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Me despierto incluso antes de que suene mi alarma, la luz que entra por la ventana me indica que no es tan temprano como para volver a dormir y al comprobar la hora en mi celular, me doy cuenta que solo faltan quince minutos para las ocho, por lo que cancelo la alarma y me levanto de la cama, sintiéndome animado y emocionado ante la promesa latente de ver al alfa de mis sueños en persona.

Me ducho a conciencia, aplicando varios productos en mi cabello para poder dejarlo lo mejor posible, tomo mi tiempo en cepillarlo, secarlo y aplicar las diferentes cremas que me ayudan a mantenerlo en su lugar y que el calor extremo de este desierto no lo dañen. Para cuando termino, me quedan solo quince minutos para terminar todo lo demás, por lo que me aplico una crema con protector solar de forma rápida, algo de inhibidor de aroma ya que mi celo aún me hace oler demasiado fuerte y me calzo las bermudas, la camisa lisa en tono azúl claro y los zapatos que completan mi atuendo.

Espero no lucir demasiado como un turista cliché. Justo a las nueve en punto, me llega un mensaje de Lio, diciendo que ya me espera abajo. Respondo con una sonrisa en los labios, enviando otro mensaje al grupo en el que estamos Raúl, Hirving y yo, avisándoles que me voy. Ambos lo reciben, pero seguro están dormidos, por lo que, sin esperar respuesta, bloqueo el celular y salgo de mi habitación, comprobando que llevo la billetera y las llaves del lugar.

La emoción me hacen latir el corazón de forma acelerada y los nervios hacen que me suden las manos, pero sin duda me siento feliz, ensanchando mi sonrisa cuando la imágen de Lionel sentado en el asiento del conductor, con un par de gafas para el sol puestas y una enorme sonrisa me reciben. Veo su intención de bajarse del auto para abrir mi puerta, pero corro hasta ahí para detenerlo, entrando de inmediato al fresco interior, siendo recibido por el fuerte aroma a café, haciendo que me relaje de inmediato.

—Buenos días. —Lo saludo sin poder deshacer mi sonrisa.

—Hola. —Un fugaz beso es dejado sobre mis labios, haciéndome voltear a todos lados para comprobar que nadie nos ha visto, sonrojándome segundos después. —Vamos a desayunar algo común ¿Te parece bien? Hay un restaurante de hot cakes a unas cuadras de aquí.

—Me parece perfecto.

—Vamos entonces.

—Pero... ¿Y la gente? —No puedo evitar preocuparme.

—Es domingo, son las nueve de la mañana en un desierto, dudo mucho que alguien que nos pueda reconocer a simple vista esté fuera a esta hora, y en caso de que así sea, entonces no veo el problema de que dos "colegas" decidan desayunar juntos. —Las comillas que hace con sus dedos me hacen sonreír, restándole importancia a la palabra que usó para describir nuestro encuentro.

—Bien, ahora, la sorpresa

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—Bien, ahora, la sorpresa. Aunque debo advertirte que no eleves demasiado tus expectativas, no es algo tan grande, pero espero te guste lo que preparé. —Me rasco la nuca con nerviosismo, estacionando el auto a las afueras de un lugar bastante lleno de gente para ser medio día.

❀ My Dear Sunflower ❀ 𝑀⃪𝑒⃪𝑠⃪𝑠⃪𝑐⃪ℎ⃪𝑜⃪𝑎⃪ ❀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora