Camino distraídamente por algún parque que me encontré mientras comía un sandwich, pensando y pateando una pequeña piedra, con las manos en los bolsillos de mi pantalón de mezclilla y el teléfono silenciado en uno de mis bolsillos traseros.
"¿Qué se supone que debo hacer?"
"Y te lo sigues preguntando... creeme que estoy a nada de mandarte a un rincón y ser yo quien tome las decisiones." Me responde mi lobo con molestia.
"¿Y si no es lo correcto? ¿Y si metemos a más gente en problemas? Lo mejor es irnos."
"Y que Javier te afeite la cabeza mientras duermes luego de darte la paliza de tu vida, claro, qué buena idea, humano."
Suelto una patada mucho más fuerte que las anteriores, mandando la piedra muy lejos de mí, entre un par de arbustos.
—Madre luna, por favor, mándame una señal para saber qué hacer. —Susurro al viento, sintiendo a mi lobo gruñir y rodar los ojos con hastío.
Estamos a menos de un día de la final y yo sigo debatiéndome entre si lo mejor es irme, hablar con mis amigos o, por mero capricho y para lastimarme de la manera más hermosa que conozco, quedarme a ver a Lio jugar este que podría ser el partido más importante de su carrera.
"Parece que la bofetada de Javier no te fue suficiente, ¿Verdad? ¿Por qué querrías irte sin avisarles?"
"Claro que me dolió, pero no quiero más miradas juzgándome ni regaños."
"¡Suenas como un maldito niño caprichoso! ¡Ni siquiera me haces caso a mí! ¿Y no quieres que te sermoneen? Por la luna... Javier debió haberte roto la puta nariz, a ver si así al menos te aclaraba las ideas."
Mi lobo me gruñe, exasperado y sumamente molesto, pero ni siquiera me importa, aunque no puedo evitar sentirme triste e incomprendido.
¿Por qué ni siquiera él es capaz de ver que lo hago por un bien mayor?
Sigo caminando, jugando con mi sándwich de jamón a medio comer para ocupar mis manos, que tiemblan por la ansiedad que me provoca todo esto. El cielo es claro, el calor del día comienza a llenar el ambiente, por lo que agradezco haber salido temprano a caminar, el sol recién comienza a asomarse por el horizonte, pero todo a mi alrededor ya se ve bastante iluminado. A unos metros de mí veo a un grupo pequeño de jóvenes, corren todos juntos detrás de lo que parece un cachorrito, gritando y riendo, a lo que yo sonrío, feliz por ver que aún hay gente que se divierte jugando afuera, pero lo siguiente que escucho me hiela la sangre.
Puedo escuchar un corto, pero agudo alarido de dolor, seguido de muchas risas, claras y fuertes. Acelero el paso hasta acercarme a los arbustos por donde los vi desaparecer tras el perro, encontrándome con la peor escena que pude imaginar. El cachorro, temeroso y dolorido, se agazapa, intentando desaparecer en su lugar y con una pata levantada del suelo, a su alrededor los cuatro jóvenes lo observan con una enorme y escalofriante sonrisa en los labios.
—Vamos, dale otro. —Anima el más grande de todos, observando a uno de sus compañeros, el cual tiene en la mano un bate de béisbol.
"¿Están haciendo lo que creo que están haciendo?"
La respuesta me llega de inmediato al ver a otro de los chicos soltar una fuerte patada sobre las costillas del tembloroso cachorro, que vuelve a chillar con dolor. Yo me había quedado en mi lugar, completamente en shock al ver la escena, intentando comprobar que no me equivocaba, pero ese alarido y las risas consecuentes me sacan de mi estado catatónico antes de que pueda suceder cualquier otra cosa.
—¡Hey! ¿Qué mierda creen que hacen? —Grito para llamar su atención y tratar de evitar que el perro reciba más golpes. Los cuatro pares de ojos me miran entre divertidos y amenazantes, provocando que me sienta como en la secundaria de nuevo, vulnerable y observado
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❀ My Dear Sunflower ❀ 𝑀⃪𝑒⃪𝑠⃪𝑠⃪𝑐⃪ℎ⃪𝑜⃪𝑎⃪ ❀
FanfictionLionel Messi, el alfa más cotizado y mejor pagado de todos. Delantero de la selección de argentina en el mundial Qatar 2022. Guillermo Ochoa, el mejor portero de México, Omega destinado del gran alfa. Estar separados nunca fue una opción para Mess...