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Con un mensaje rápido a Lionel, aviso que todos estamos en el hotel, pidiéndole que se divierta mucho.

—¿Entonces está todo resuelto? —Javier me mira desde atrás de su hamburguesa doble antes de darle una gran mordida.

—No realmente, no hubo mucho tiempo para hablar, pero creo que lo importante está dicho —respondo antes de darle un mordisco a mi hotdog con tocino.

—No, solo están de acuerdo en que hablarán, no han resuelto nada. —Me regaña Raúl mientras se limpia la boca luego de mancharse con la salsa de sus costillas a la barbecue.

Ruedo los ojos con hastío, pero le doy la razón. A mis pies se encuentra el cachorro, observándome con ojos enormes y el hocico empapado en saliva.

—Ni aunque me pidas por favor voy a darte de mi comida, lindura. La comida para humanos te hace daño, después compraré algo para ti. —Desvío la mirada de su lindo rostro para no sentirme tentado a darle de mi comida y bufo cuando veo a Raúl hacer el intento de replicar. —No Raúl, ni huesos para roer ni tocino, mucho menos carne. Esto está condimentado y no pagué tanto para que venga a enfermarse.

Mi amigo baja la vista hacia el perro, que lo mira entre resignado y dolido, yendo a acostarse en su camita, cojeando exageradamente para luego dejarse caer con un exagerado suspiro saliendo de su hocico.

—Eres un dramático —le digo mientras ruedo los ojos y sigo comiendo.

La noche se convierte en madrugada, mis amigos se van luego de acabar su comida y yo me acuesto a dormir sintiendo el pecho cálido y un vacío un poco menos doloroso que antes.

Cierro los ojos poco a poco, conforme el sueño invade mi sistema, mi ultimo pensamiento es Lionel, pero ya no es un pensamiento triste y, aunque la incertidumbre sigue ahí, ahora la esperanza me hace no ser tan pesimista.

—Espero que todo salga mucho mejor ahora... —murmuro antes de caer dormido.

Me despierto de golpe al escuchar un alboroto al otro lado de mi puerta, hay mucho ruido, el cachorro ladra sin parar, soltando uno que otro gruñido en esa misma dirección. ¿Alguien intenta entrar por la fuerza? ¿Qué mierda está pasando?

Más golpes y voces demasiado altas para ser solo susurros, pisadas fuertes y la manija de mi puerta moviéndose sin parar. Un golpe sordo y luego un chasquido. ¿Lograron quitar el seguro? ¿Cómo?

Todo queda en calma, soy incapaz de moverme de mi lugar, aferrandome a las sábanas como si mi vida dependiera de eso. ¿Por qué no puedo moverme? ¿Nadie más escucha eso? Que alguien me ayude...

La puerta se abre de golpe, pero la oscuridad al otro lado es total, no puedo ver nada más allá del marco.

Una respiración demasiado pesada se hace presente, casi puedo sentirla sobre mi cuello... otra vez... como ese día... Conozco esa respiración.

—¿Qui-quién es? —Mi voz es apenas un susurro, suena aguda y completamente diferente a como suelo hablar. ¿De verdad soy yo?

Miro mis manos, muevo mis pies y por primera vez intento levantarme, pero el cuerpo me pesa como si estuviera hecho de plomo, mis manos parecen las de otra persona y la respiración se escucha cada vez más cerca y fuerte. La oscuridad consume toda la habitación y los ladridos del perro ya no son más que un murmullo lejano.

—Te dije que serías mío... —Una voz... su voz, gutural y distorsionada, me agita el cabello al hacerse presente sobre mi hombro y me hace querer gritar, la respiración de aquél sujeto me pone los pelos de punta y un grito agudo se atora en mi garganta cuando una fuerza descomunal con forma de un par de manos me arrancan de la cama.

❀ My Dear Sunflower ❀ 𝑀⃪𝑒⃪𝑠⃪𝑠⃪𝑐⃪ℎ⃪𝑜⃪𝑎⃪ ❀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora