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No estaba en mis planes terminar embistiendo al hermoso omega frente a mí contra la pared del baño mientras él se sostiene de la resbaladiza baldosa, intentando que sus rodillas no cedan ante el placer que compartimos.

Se suponía que solo sería una inocente y rápida ducha, pero me fue imposible ignorar la espuma que resbalaba por su espalda y la hermosa curva de su trasero para luego perderse entre sus piernas, provocando que la limpiara con la mano, internando demás los dedos entre sus esponjosas nalgas.

El obsceno sonido de nuestras mojadas pieles chapoteando es lo único que se escucha en el baño, sumado a ocasionales y bajos jadeos que se nos escapan de vez en cuando.

—Ya... no... puedo... —Gime a cada embestida, su voz entrecortada me hace aumentar la velocidad mientras mi mano derecha toma su miembro con firmeza, masturbándolo rápidamente y al ritmo de mis estocadas. Sus paredes me aprietan deliciosamente, mandándome al cielo, haciendo que pueda tocar las estrellas por unos instantes para luego regresarme de golpe a la tierra ante tan deliciosa sensación.

Mis colmillos desean hundirse en su piel, puedo sentir el sabor de mi sangre cuando rasgo mis labios en un intento de contenerme.

—Ah... Lionel... voy a... ah... mierda... —Su esencia me llena la mano y ensucia la pared frente a nosotros mientras su cálido y húmedo interior me aprietan tan deliciosamente que me corro solo unos instantes después, saliendo con prisa, llenando su espalda y trasero con mi propio semen al no querer anudarlo en una posición tan incómoda y poco segura.

Sus suaves jadeos y agudos gemidos me vuelan la cabeza mientras ambos intentamos recuperar el aliento, su cuerpo sufre de espasmos placenteros mientras sus rodillas tiemblan, haciéndome saber que, si no estuviera sosteniéndose de la pared, caería en cualquier momento.

Yo me encuentro en la misma situación, el abdomen se me contrae a cada chorro de semen que mi cuerpo lanza sobre él.

—Ricitos... ¿Estás bien? Ven acá. —Le doy vuelta lentamente, sosteniendo con firmeza su cintura mientras abro la llave del agua para poder enjuagarnos.

Lo tibio del agua nos golpea el cuerpo mientras el vapor comienza a llenar la habitación de nuevo. Los vidrios y el espejo están completamente empañados, el cancel de cristal tiene marcas de nuestras manos al estilo de "Titanic" por todas partes, haciéndome sonreír.

—Estoy cansado —Susurra con la frente pegada a mi hombro, dejando que el agua le resbale por la espalda.

—Lo sé chocolatito, pero debemos terminar de asearnos. Deja que te talle la espalda, después de todo, era lo único que faltaba, te enjuagaré el cabello y te llevaré a la cama. ¿De acuerdo? —Lo siento asentir mientras deja un beso sobre la marca que me hizo hace un rato.

Comienzo con mi tarea, tratando de ser lo más rápido posible sin dejar de ser delicado. Una vez termino con mi tarea cierro la llave del agua y salgo de ahí con él casi colgando de mi cuello para luego envolverlo en una suave y mullida toalla.

La gran diferencia de altura me hace un poco difícil la tarea de llevarlo a la cama, pero me las arreglo para no terminar en el suelo mientras lo encamino hasta allá. Lo recuesto con suma delicadeza, haciendo a un lado el cobertor que ensuciamos, dejando solo las sábanas. Guillermo me mira con los ojos entrecerrados a causa del cansancio, pero una hermosa sonrisa adorna sus hermosos labios, haciendo que le robe un efímero y tierno beso.

—¿Quieres quedarte así? Iré a terminar de bañarme. —Él asiente, acurrucandose en ese mismo lugar. Sonrío con ternura mientras regreso al baño, apresurándome mucho más con mi cuerpo para poder volver cuanto antes a su lado.

❀ My Dear Sunflower ❀ 𝑀⃪𝑒⃪𝑠⃪𝑠⃪𝑐⃪ℎ⃪𝑜⃪𝑎⃪ ❀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora