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Mis compañeros de equipo y mi entrenador están eufóricos, todos ríen a carcajadas y yo solo puedo apretar los puños y contar hasta diez de manera lenta, incluso llego al veinte, intentando que la furia que crece en mi interior disminuya, o de lo contrario le arrancaré la cara al estúpido alfa frente a mí.

El estúpido chiste que acaba de hacer me deja estupefacto, ni siquiera puedo pensar claramente, mi alfa ruje de indignación y furia en mi interior, deseo dejarlo salir y que cobre venganza por la insinuación e insulto que acaban de hacer hacia nuestro omega.

Sopeso la situación de manera rápida ¿Cuáles son mis opciones?

"1.Golpeo al imbécil frente a mí. No… me sancionará o peor, me expulsará.
2.Me río. Ni loco, jamás me lo perdonaría. Idioteces como esa no deben aplaudirse ni para quedar bien.
3.Me hago la víctima. ¿Pero cómo? Quiero defender a Ochoa, mi lobo me lo pide a gritos, incluso la cabeza empieza a dolerme por retenerlo. Pero si lo defiendo solo les daré más de qué hablar y podría meterlo en problemas, si no es que ya lo está.
Maldita sea, jamás debí tocarlo."

Mi lobo se hace pequeño ante ese último pensamiento, la sola idea de no estar cerca de aquél hermoso hombre de cabello rizado nos produce malestar.

—¿Disculpe? Entrenador Scaloni… ¿Acaso insinúa que no sería capaz de anotar un gol sin necesidad de "engatusar" al omega? ¡Hey, Enzo! ¿Tú te tiraste al portero?

Mi lobo gruñe de manera posesiva y esas palabras me queman la garganta, pero no veo otra forma de salir de esta.

Enzo me mira, de pronto todo está en silencio y la tensión aumenta. Mi compañero alfa se acerca a mí de manera lenta, amenazante y llenando el ambiente con feromonas que me indican me quiere retar a una pelea.

—¿Qué mierda estás diciendo? ¿Acaso me viste cara de enfermo? ¿QUIERES QUE TE PARTA LA CARA?

—Hey, chicos, vamos. No quise decir eso Messi. Es solo que pude ver cómo lo miraste… —Scaloni intenta apaciguar el ambiente, pero se echa un par de pasos atrás, por si Enzo me salta encima. "Pf, menudo cobarde".

—Yo solo decía… no fui el único en anotar un gol, supuse que entonces Ochoa estaba más que distraído ¿No?

"Mierda, para de una vez o voy a rajarte el cerebro" Mi lobo me gruñe, puedo sentir su furia dirigida hacia mí.

"Tampoco me gusta esto, mierda. Solo espera un poco."

Enzo me mira, relajándose un poco.

—Bien, supongo que entonces no estás tan oxidado. Para que lo sepan, no, no me lo tiré… pero no me molestaría nada sacrificarse por el equipo, saben a lo que me refiero.

El maldito asqueroso me guiña un ojo y yo solo sonrio a medias, intentando una vez más no sacar las garras y colmillos para abrirle la yugular.

Mi alfa me rasguña las entrañas con su furia, si pudiera describir la sensación, diría que siento cómo me sangra el corazón.

El ambiente vuelve a ser ligero y amigable, las personas han vuelto a charlar y reír, mis amigos me abrazan una vez más, felicitándome y vitoreando los goles.

De un momento a otro y sin saber cómo, ya tengo una copa de champán en la mano, mi mochila ha desaparecido de mi hombro y estoy al centro de todo. Me pongo tenso. Necesito encontrar esa mochila.

—Un brindis por nuestros goleadores de hoy. ¡Por Enzo y por Messi!

Las voces corean nuestros nombres, luego todos beben de golpe sus copas. Fuegos artificiales que no tengo idea de dónde han salido resuenan en mis oídos y papelitos de colores caen a nuestro alrededor desde unos tubos de cartón, pero mi mente y atención no está en ese momento, si no más allá, en cierto alfa que escudriña mi mochila, abriendo el cierre y vaciando su contenido como si se tratara de confeti.

❀ My Dear Sunflower ❀ 𝑀⃪𝑒⃪𝑠⃪𝑠⃪𝑐⃪ℎ⃪𝑜⃪𝑎⃪ ❀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora