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CDMX, 2018

—Hola chico guapo. —Suelto un respingo cuando alguien me abraza por los hombros desde atrás, enredando sus enormes brazos en mi cuello, haciéndome una llave a modo de juego.

Sonrío enormemente al reconocer el característico aroma a manzana y canela, girando dentro del flojo agarre para quedar de frente al pelirrojo que me devuelve una hermosa sonrisa.

—Hola fortachón. —Respondo para luego dejar un pequeño y fugaz beso en sus labios. —¿A dónde me llevarás a cenar? Es nuestro primer aniversario.

—¿Qué te parece una cerveza y unas palomitas en el balcón de mi apartamento?

—¡Saúl!

—Bien, bien. —Saúl se carcajea ligeramente, abrazándome incluso más fuerte que antes, pegándome a su cuerpo. —Tengo algo planeado, así que ve a cambiarte, algo cómodo, no te preocupes, nadie nos verá.

Me separo de él y observo su vestimenta, mezclilla, camisa de manga corta con los primeros botones desabrochados y zapatos de piso. Un atuendo casual y cómodo que resalta los enormes músculos de mi novio, dignos del gran boxeador que es.

—Ya veo... ¿A dónde me llevará el gran Canelo?

—Es una sorpresa, chico lindo, vístete y salgamos de aquí. —Obedezco, caminando hasta mi habitación bajo la atenta mirada de Saúl.

Unos minutos después estoy vestido con un cómodo pantalón entubado, una camisa de manga larga y unos "Vans" color negro, me siento cómodo y creo que podría ser apropiado para una cena casual, por lo que salgo de mi habitación sintiéndome emocionado y expectante.

—¿Acaso piensas llevarme a conocer a tus padres? —Pregunto una vez llego a su lado de nuevo, viéndolo teclear rápidamente en su celular.

—No mi chico lindo, sabes que... es complicado. Iremos a otro lado, uno en donde nadie nos molestará. —Me siento herido y molesto a partes iguales.

—Claro... ¿Qué diría la gente?  —Digo en tono serio, sin poder evitar que las palabras me salgan rápidamente. —Tú, el gran alfa Saúl Álvarez, saliendo con un asqueroso e insignificante arquero y además, hombre.

—Hey... cariño, sabes que no pienso eso. —Saúl me toma por la cintura, pero mi ego se siente herido, igual que mi lobo, quien esconde la cola entre las patas y baja las orejas con tristeza, por lo que me quito de encima  al alfa sin mucha delicadeza.

—Claro, pero los demás sí y tú "no quieres que las cosas se compliquen".  —Hago comillas con mis dedos y trato de imitar su voz. —Siquiera mencionas tener pareja, la gente cree que sigues soltero. ¿Tienes idea de cómo me siento con eso?

—Pero yo solo te quiero a ti, sabes lo mierda que pueden ser los medios y la sociedad, tú y yo...

—¿Tú y yo? No existe un tú y yo fuera de estas paredes Saúl, puedes mantener tu relación privada, pero no es correcto ocultar que estás en una, son cosas completamente diferentes.

Me cruzo de brazos, haciendo tanta presión como mi cuerpo me lo permite, clavando mis uñas en la palma de la mano para intentar distraerme y evitar que las lágrimas de enojo y desilusión me rueden por las mejillas.

—Mi amor... Lo siento tanto, en verdad que sí, tienes toda la razón. —Eso no lo esperaba, por lo que aflojo el agarre de mis manos. —En serio lo siento.

Se acerca lentamente a mí y sus palabras me llegan a los oídos al mismo tiempo que su delicioso aroma a canela y manzanas, que me envuelve como un cálido abrazo, haciéndome ceder lentamente, permitiéndole estrechar mi cuerpo. Me acurruco entre sus brazos, recargando mi mentón sobre su cabeza, como si yo lo consolara a él.

❀ My Dear Sunflower ❀ 𝑀⃪𝑒⃪𝑠⃪𝑠⃪𝑐⃪ℎ⃪𝑜⃪𝑎⃪ ❀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora