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—¿Estás segura?

—Claro que sí, no llevo semanas siguiéndolo para que me confunda ahora. —Alan me mira con duda, pero vuelve la vista a mi teléfono y pronto esa mueca se convierte en una sonrisa.

—Eres increíble Daniela.

—Lo sé.

El alfa sigue deslizando la pantalla en donde no solo hay fotos de muy buena calidad que muestran a Guillermo andando solo por las calles de Qatar, sino también un video de un alfa abrazándolo por los hombros, ambos se sonríen antes de entrar al hotel en el que yo misma lo hospedé. Claro que sé que ese alfa no es nadie importante, incluso sé que es novio de alguien más, pero eso no importará cuando el video circule por las redes.

—Esto me dará muchísimo dinero, mañana es la final y todos hablarán de cómo hará Lionel Messi para jugar sabiendo que su supuesto omega se ve con otros. —Ambos nos reímos, chocando las copas de vino que tenemos en mano.

Le envío el mismo video a Martino, ya contiene mi marca de agua, pero necesito que parezca contenido de alguien que lo ha grabado por casualidad y su cuenta de twitter anónima es perfecta para eso. Mi celular comienza a timbrar en cuanto él ve el mensaje.

—"¿Qué se supone que es esto?" —Me cuestiona sin siquiera permitirme saludar.

—¿Eres ciego? Solo ponlo en tu Twitter y deja que yo haga el resto. —Ruedo los ojos con exasperación.

—"¿Y en qué se supone que me beneficia?"

—¿Yo qué sé? Piensa un poco hombre, si Lionel lo ve va a odiar a Guillermo, si más personas reconocen a Raúl en el video van a asumir que ahora salen juntos, ¿Ya entiendes?

—"Bien... espero que tengas razón." —Gruñe antes de colgar y yo vuelvo a rodar los ojos.

—Que pesado —susurra Alan sin apartar la vista de su computadora.

—Está obsesionado con ese idiota y le jode que tenga tantos alfas alrededor, casi tanto como me jode a mí, pero por razones diferentes.

—¿Por eso se hicieron tan buenos amigos? —Sonrío de lado al notar cierto tono molesto en la voz del alfa.

—Solo somos socios, tenemos intereses en común, una meta si quieres verlo de esa forma. No seas celoso. —Me burlo, acercándome por detrás para ver cómo envía el correo a la editorial del periódico para que la noticia salga cuanto antes.

—¿Celoso? Jamás. —Se gira hacia mí y su aliento con olor a vino y tierra húmeda me embriagan y aturden. El sol de la tarde entra por la ventana, pintando todo de un romántico anaranjado.

—Ese tinte pelirrojo te queda muy bien —susurro antes de inclinarme para besarlo, pero mi teléfono vuelve a sonar, interrumpiéndome a medio camino.

Suspiro antes de contestar.

—¡Guille! Pero qué milagro que llamas, justo estaba pensando en ti. —Finjo sonar emocionada y feliz mientras coloco el altavoz para que Alan también escuche.

—"Hola Dan. ¿Sabes? No te he agradecido todo lo que has hecho por mí, el haberme salvado de la policía aquella vez, lo del bar, el hotel, la plática..."

—Oh, no tienes que agradecer, somos amigos ¿No? —Ruedo los ojos y Alan sonríe con burla.

—"Precisamente por eso quiero agradecerte, verás, mis amigos y yo queremos ir al partido de mañana, es la final después de todo, pero queremos pasar lo más desapercibidos posible, así que pensamos en ir tantas personas como sea posible, ¿Te gustaría venir con nosotros?"

❀ My Dear Sunflower ❀ 𝑀⃪𝑒⃪𝑠⃪𝑠⃪𝑐⃪ℎ⃪𝑜⃪𝑎⃪ ❀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora