"La única forma de evitar la tentación es caer en ella." Oscar Wilde
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Advertencia: Smut
Voy camino al gran comedor, ya es algo tarde, pero aún no he cenado y muero de hambre. Estaba con el profesor Snape ayudándole con unas pociones para las clases de mañana.
Voy hacia mi mesa y me siento a comer, al rato veo al rubio platinado entrar al gran comedor. Me ve y se dirige hacia donde estoy.
— Hola Lestrange, ¿cómo te fue con Snape?
— Bien, aunque me retuvo mucho tiempo y me moría de hambre — digo y meto otra cucharada a mi boca con necesidad, cosa que lo hace reír — me alegra que te divierta mi hambre — él niega divertido.
— No me burló de ti tonta, solo de la forma tan desesperada en la que comes — me analiza por unos segundos — tienes... — coge una servilleta — algo aquí... — pasa la servilleta por la comisura de mi boca, lo observó atentamente, él se queda mirando mis labios por unos segundos, lo miro confundida, al ver mi expresión desvía la mirada — em... bueno... yo tengo cosas que hacer, nos vemos mañana... Adiós — se levanta y se va dejándome confundida, ¿qué demonios acaba de pasar?
Una vez termino de comer voy a mi sala común, en los sofás no está Draco, están Pansy y Daphne, con los demás.
— ¿Han visto a Draco?
— Llego algo raro, se fue directo a su habitación — me dice Pansy.
— Okey, gracias Pan — ella me sonríe en respuesta. Camino hacia las habitaciones de los chicos, llegó a la de Draco y toco, pasa un rato y nadie habla
— Oye sé que estás ahí, soy Cassie — un ruido se escucha dentro y al cabo de unos minutos se abre la puerta. Tras ella está Draco abrochando sé el pantalón con la camisa abierta, sin la corbata y con el cabello desordenado — ¿estás bien? Te ves... ¿agitado?
— Si estoy bien, ¿a qué venías? — dice mirando hacia otro lado.
— ¿Puedo pasar? — se quita y me deja entrar — ¿qué fue lo del comedor? — no responde — di algo — sigue sin decir nada — por favor
— No fue nada, en serio — camina hacia una de las ventanas
— ¿Esperas que te crea? — me acercó a él y él se aleja — ¿qué hice?, ¿por qué actúas así? — lo sigo
— ¿En serio no te das cuenta? — da media vuelta y me ve con el ceño fruncido, camina hacia mí, joder se ve muy imponente, yo camino hacia atrás hasta que mi espalda impacta con la ventana. La luz de afuera ilumina su rostro.
— ¿De qué me debería dar cuenta? — trago saliva, lo tengo demasiado cerca. Él niega y desvía la mirada — dime — me vuelve a mirar y se centra en mis labios, vuelvo a tragar saliva, creo que sé por dónde va la cosa.
Se acerca rápidamente a mi cara y me besa, abro los ojos sorprendida. Él se comienza a separar de mí, pero ahora soy yo quien lo besa, se sobresalta, pero continúa el beso, acaricio su mejilla y él pone sus manos en mi cintura atrayendo mi cuerpo al suyo, un bulto en su pantalón hace que me separe de él.
