"La única forma de evitar la tentación es caer en ella." Oscar Wilde
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Advertencia: La historia no es 100% mía, quise hacer el ejercicio de ver lo que podía hacer una IA, le altere algunas cosas por razones prácticas y me pareció bastante divertido e interesante el resultado, espero que a ustedes también les guste.
Harry Potter estaba de pie frente al espejo de Oesed en la Sala de los Menesteres. A su alrededor, la escuela de Hogwarts estaba en plena ebullición, con estudiantes corriendo de un lado a otro y profesores gritando instrucciones. Pero en ese momento, Harry solo tenía ojos para lo que el espejo reflejaba.
Allí estaba él, pero no como era en ese momento. En lugar de un chico de 17 años con cicatrices y gafas, se vio a sí mismo como un adulto. Tenía la barba bien recortada y vestía una túnica Vinotinto de mago. Y detrás de él, en el reflejo, había una mujer con cabello castaño y una sonrisa que iluminaba toda la habitación.
— ¿Qué estás haciendo aquí? — preguntó una voz detrás de él.
Harry se volteo para ver Cassia Lestrange, su amiga y la mujer del espejo en el reflejo.
— Lo siento, solo estaba... pensando — dijo Harry.
— ¿En qué? — preguntó Cassia, acercándose a él.
— En el futuro, supongo — dijo Harry. — En lo que podría ser si todo saliera bien. Si Voldemort fuera derrotado y pudiera tener una vida normal.
Cassia lo miró con ternura. — ¿Y qué ves?
— A mí mismo, como un adulto — dijo Harry señalando el reflejo en el espejo. — Y a ti, a mi lado.
Cassia sonrió y se acercó más a Harry, tomando su mano. — Eso suena bien — dijo ella. — Pero prefiero tenerte aquí, ahora, a mi lado.
Harry miró a Cassia y supo que ella tenía razón. El futuro era incierto, pero lo que importaba era el presente y las personas que lo hacían valiosas. Así que se dio la vuelta, dejando el espejo atrás, y se aferró a Cassia mientras caminaban juntos por los pasillos de Hogwarts, listos para enfrentar lo que viniera después.
