"La única forma de evitar la tentación es caer en ella." Oscar Wilde
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Segunda parte de Traiciones y venganza
Advertencia: Smut, un poquito de drama xd
Tom y yo nos hemos acercado más, pasamos mucho más tiempo juntos, pongo como excusa que me ayuda en clase de transformación, que no es en sí totalmente falso, si me ayuda, aunque la mayor parte del tiempo estamos haciendo actividad física, y sin ropa.
Ha sido una grata sorpresa, lo bueno que es en la cama, muchísimo mejor que Draco, Tom es mucho más bestia, más salvaje, pero a la vez es más delicado, él recorre minuciosamente cada parte de tu cuerpo, se encarga de existirte con cada toque o caricia que da, es muy complaciente en todos los sentidos. Una combinación fantástica.
— Buenos días, Lestrange. — me saluda pasando por mi lado Tom con su grupo de Slytherins
— Buenos días. — saludo de vuelta.
Creo que Tom me está comenzando a gustar, no era mi objetivo, pero no lo he podido evitar, Draco cada día me importa menos y es difícil actuar enamorada con él, no hemos tenido sexo desde que estoy con Tom, es que no me nace, no lo deseó.
— Hola, bonita. — me saluda Draco dejando un beso en mi cabeza.
— Hola, bonito. — le regreso el saludo, se sienta junto a mí y comenzamos a comer, al rato llegan Blase y Pansy.
— Buenos días, tortolitos — nos saluda Blase. Pansy nos sonríe, pero sé que no es sincera.
— Buenos días, Blase — los dos se sientan y comen con nosotros.
— Bonita, ¿hoy estarás ocupada?
Hora de iniciar el plan.
— Si amor, sabes que mañana nos harán un examen y me debo preparar.
— Entiendo, me vas a hacer falta.
— Y tú a mí. — le digo con una falsa sonrisa.
Es un mentiroso, siempre que yo tengo algo que hacer, sea con Tom, con Blase o con quien sea, esos dos se escabullen a la torre de astronomía, ya no se arriesgan a que los atrape en la sala común. Sé a qué hora más o menos van a ir y nosotros llegaremos antes.
Ya son las nueve, Tom y yo estamos llegando, subimos hasta el observatorio, hay unas mantas y almohadas sobre el gran sillón.
— ¿Trajiste todo esto? — lo miro con una sonrisa, él asiente y me guía con la mano para sentarnos juntos.
— Más tarde hará frío, no queremos que te enfermes.
— Eh, tú serias él enfermó — le hago puchero.
— Si tú lo dices — pone su mano sobre mi pómulo y lo acaricia, su calor me gusta, acerca su rostro al mío y me besa, me gustan sus besos, ¿qué digo? Me gusta todo de él. — ¿estás segura de hacer esto?
