“Ya no me queda nada que perder, me acabas de arrebatar hasta el alma”
Tenía que ser un error, un fallo en la investigación de Klaus. Mi padre no era un monstruo como me había contado. Aunque en algo sí que tenía razón.
Había momentos de mi infancia que no recordaba, pequeñas lagunas. Era como si parte de mi infancia había sido borrada y no lo recordaba hasta que Klaus lo dijo.
Por otra parte, la llamada de Analis me había sacado casi que corriendo de su departamento para encontrarla en casa junto a Miguel horas antes del entierro.
—Es que no me contesta el teléfono —me dice Analis—. Llevo todo el día llamando y nada.
—A mí tampoco —agrega Miguel con los brazos cruzados.
—Discutimos —pongo mi boca en línea—. Supongo que por eso no contesta, sabemos cómo es Black, se aleja en cuanto algo le molesta.
—Lo llamaba para avisarle que el funeral es en la tarde —me dice la rubia.
—Envíale un mensaje y listo —agrego—. No va a faltar, después de todo es tu amigo.
Miro a Miguel que se encuentra apagado, sin rastro de sentimientos en su rostro. Coloco mi mano en su hombro y le doy un leve apretón.
—Voy a darme una ducha y vuelvo enseguida.
Me doy una ducha rápida, ya que no queda mucho tiempo. Vestida de negro, recojo todo mi cabello en lo alto de mi cabeza. No aplico maquillaje y salgo nuevamente al salón donde mi amiga y su pareja ya estaban cambiados, listos para irnos.
No hablábamos, el silencio, en cambio, no era incómodo dentro del auto.
Supongo que la muerte no solo te quita una vida, también las ganas de continuar con ella.
En el cementerio ya estaban todos menos Black.
Sin preámbulo el oficiante comenzó con la ceremonia, los padres de Miguel y Laura se encontraban destruidos, tantos que no pudieron agregar un elogio fúnebre.
—Mi hermana era un dolor de cabeza —Miguel limpió sus lágrimas con el dorso de su mano antes de iniciar—. Desde pequeña era testaruda, en el colegio me golpeaba todas las semanas con un chico distinto por ella —suelta un suspiro—. Daría lo que no tengo por abrazarla una última vez.
La voz se le quiebra y le es imposible continuar.
Se agacha y recoge en puño la tierra, seguido por sus padres y Analis que hacen lo mismo para arrojarla sobre el ataúd.
—¿No lo harás? —Analis me susurra al oído.
—No puedo fingir.
Laura no me caía bien, y sería hipócrita de hacerlo. No me considero su familia y menos una amistad.
No necesito arrojar un puñado de tierra para simbolizar y dar por terminada su vida.
Los presentes lanzan sus rosas y en medio de la multitud un chico llega captando la atención de todos.
—Perdona —el castaño irrumpe, confundido y alza la voz—. ¿Roma? ¿Quién es Roma?
Doy un paso al frente. Todos los presentes están mirando el paquete que trae entre sus manos, sin duda alguna era un repartidor.
—Yo soy Roma —me le acerco y arrugo la frente.
—Esto es para ti —me ofrece un paquete y una tarjeta.
Lamento mucho la pedida de una chica tan increíble y zorra como Laura, no merecía morir, pero bueno siempre se van los mejores. Es inevitable.
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Acaba Conmigo ✓
Mystery / ThrillerAl pueblo llegaría un asesino, uno que se acercaba cada vez más, como una sombra que se cierne sobre la luz. Poco se sabía de él, excepto que dejaba un rastro macabro: rosas blancas manchadas con la sangre de sus víctimas. Si alguna vez te encuentra...