52. Plan Arriesgado

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Luego de esa reunión todos volvieron a sus casas, aterrorizados por lo que ocurrió.

Abraham se encargo de los cuerpos para mañana enterrarlos, nosotros volvimos a nuestra casa.

Les entrego tazones con cereal a Morgan y Daryl para que coman algo.

Morgan: Gracias —asentí.

Rick esta revisando las cosas que traía Morgan en su mochila, me siento al lado de Daryl.

Con su mano libre toma mi mentón, mueve mi rostro a la derecha para ver mi pómulo.

Me mira confundido, niego con la cabeza dandole a entender que de lo diré luego.

Tomo su mano y la llevó a mi boca para darle un beso en los nudillos.

Morgan: Era verdad —lo miramos —. No terminó.

Rick: Hablaremos mañana —se acercó a él —. Escucha… Ya no corro riesgo.

Morgan: Haces bien.

Daryl y yo nos miramos, deja el tazón en la mesa al terminar de comer, me toma de la mano.

Cass: Nosotros iremos a descansar —nos levantamos, miro a Rick —. Limpiate y has lo mismo.

Rick: Si, jefa —nosotros nos fuimos.

Subimos las escaleras y entramos a nuestra habitación, suspiró frustrada y me tiro a la cama.

Cass: Me voy a volver loca por este día —me doy vuelta para mirar al techo, paso mis manos por mi rostro —. Sería bueno que fueras a bañarte.

Daryl: Gracias por decirme que apesto —se acerca.

Apoya sus manos a los lados de mi cabeza, coloca su pierna en medios de las mías.

Mantenemos la mirada en el otro, se agacha para besarme, sujeto su chaqueta para que no se aleje.

Nos alejamos, creo, luego de quince minutos.

Daryl: Presiento que me extrañaste —sonreí.

Cass: No tienes idea —nos levantamos —. ¿Algo interesante en esa salida?

Daryl: Nada —se sienta a mi lado —. ¿Y aquí?

Cass: Noah esta muerto —me mira sorprendido —. Fuimos a un lugar y todo salió mal, Noah murió al igual que el hijo de Deana, todo por culpa de Nicolás. Y bueno, ya sabes el resto de lo que sucedió.

Daryl: ¿Estas bien? —niego.

Cass: Glenn y yo vimos como… —suspiró —. En fin, ya no importa.

Daryl: Lamento no haber estado aquí para ti —niego, sonrió un poco.

Cass: Pero ahora estas aquí —acarició su mano con mi pulgar.

Daryl: Tengo algo para ti —lleva su izquierda al bolsillo de su chaqueta, saca una bolsa pequeña —. Ábrelo.

Cass: De acuerdo —digo algo confundida al tomar la bolsa.

La abro y la tomó de abajo para dejar caer el contenido en la palma de mi mano.

No puedo evitar entreabrir la boca sorprendida. Dos argollas de matrimonio están la palma de mi mano.

Sonrió.

Mis ojos se cristalizan por las lágrimas que no puedo contener por la alegría, alzó la mirada hacia Daryl.

Cass: Sí…

Él sonrie y ambos nos acercamos al otro al no poder contener más las ganas de besarnos por la felicidad.

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