50. Esta Loco

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Rick: Cuéntame que pasó —suspiró frustrada.

Es de noche y todos ya están enterados de lo que sucedió, Tara esta en la enfermería y aun no despierta y la familia de Deana están totalmente destrozados.

Glenn: Yo lo obligue —empieza a contarle —. No podía sacar a Aiden sin su ayuda.

Cass: Nosotros queríamos salvarlos y el… solo huyó como un maldito cobarde —siento un gran nudo en mi estómago —. Tuvimos que dejarlo ahí, él nos pidió irnos de ahí, así que nos fuimos y quedamos atrapados en esas mierdas giratorias, los tres de un lado y Nicolás del otro.

Glenn: Solo tenía que sostener la puerta —bajo la mirada —. Pero entró en pánico... Noah... le dimos la mano... Nosotros lo teníamos y...

Cass: Esta muerto y punto —digo con molestia.

Molestia por no hacer nada más y molestia hacia Nicolás por no seguir unas simples órdenes.

Glenn: Lo intentamos —nos miramos de reojo —. Y lo vimos morir.

Rick coloca su mano en mi hombro, ni siquiera intente apartarlo.

Glenn: Pensé en dejarlo —juego con la cadena de mi reloj —. Inventar una historia. ¿Crees que debí haberlo hecho?

Rick: Ellos no saben lo que hacen —lo miró —. Ninguno.

Glenn: Se lo mostraremos.

Rick: No sé si podrán ver como son las cosas —no lo harán —. No sé si son capaces, aun no están listos.

Glenn: Tenemos que estar aquí —suspiro —. Hacernos cargo.

Cass: Lo haremos —miro a Rick —. Sin nosotros está gente morir. Debemos tomar el control, ¿no?

Rick: Pero sus reglas no son como las nuestras.

Glenn: Ahora somos ellos —indica —. Ahora estamos juntos. Noah creía en este lugar. De verdad, tenemos que hacer que esto funcione.

Cass: Ahora, más que antes, nos estarán vigilando —sigo jugando con la cadena —. No sabemos que le dirá ese idiota a Deana.

Rick: Vayan a descansar —muerdo mi mejilla —. Ambos lo necesitan.

Cass: Cómo digas —me levanto y entro a la casa.

Subo las escaleras para luego entrar a mi habitación, me tiro en la cama y suspiró con frustración.

Este fue uno de esos días de mierda que no he querido volver a vivir, él fue la última persona que la rubia ayudó y ahora… esta muerto.

Ahora mismo necesito sexo de olvido con Daryl para olvidar este maldito día.

Alguien da ligeros golpes en la puerta, me levanto y camino hacia la puerta.

Al abrirla mi expresión de frustración cambió a una ligera sonrisa al ver a Carl cargando a Judith.

Cass: Se supone que es tu hora de dormir, ¿que quieres, niño?

Carl: ¿Esa es tu forma de tratar a tu mejor amigo que viene hasta aquí para consolarte? —arqueo una ceja divertida.

Cass: ¿Consolarme?

Carl: Te conozco desde que tenía once años, sé cuando te sientes culpable por algo —me entrega a Judith —. Y con Judith pensamos que necesitas compañía.

Cass: ¿O no quieres admitir que tienes miedo porque tienes quince y quieres ser maduro?

Carl: Quizás un poco —me hice a un lado para que pasara —. Sabía decisión.

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