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El descubrimiento

-voy a vomitar - susurraba el chico pato desde su cama, últimamente se sentía mas pesado que de costumbre, toda la comida le daba asco, la cabeza le daba vueltas y los pies lo mataban si intentaba caminar mas de unas cuantas calles.

- ayer respiramos humo cuando dejaste las bombas en la alcaldía - recordó Alexby mientras llevaba pastillas para las nauseas al niño - es bastante probable que sea eso

-la abuela decía que solo hay una forma de saberlo ¡Cochi! - gritó su primo Beni haciendo que el aludido corriera hasta la habitación - tenemos un problema y necesitamos té de ruda para la duda

Los españoles no comprendían a lo que se referían, pero el chico mexicano se alarmó inmediatamente al escuchar esa declaración salir con tanta seguridad de los labios de su primo.

-¿estas loco Beni? - se levantó sin cuidado de la cama ocasionando que el mareo regresara y su cuerpo se sintiera pesado una vez más cayendo con fuerza contra la cama

- es una hipócrita primo, solo es para corroborar - mencionó con seguridad

-hipótesis - corrigió Rubius riendo un poco de la cómica escena - y es tonto, Quackity es virgen, mi intuición me lo dice, él jamás quedaría embarazado y, ademas, nadie lo ha tocado de esa forma, Alex y yo jamás lo haríamos, y ustedes son primos, eso es asqueroso

- pero el emo bonito si lo hizo - afirmó Cochi con una gran sonrisa

Los presentes voltearon a ver a Quackity, si las miradas mataran el pobre chico se encontraría varios metros bajo tierra.

-ya no ayudes, primo - mencionó Quackity con una mirada de profunda molestia pero amor, no podía odiarlo aunque en ese momento quisiera ahorcarlo - yo... tal vez no he sido totalmente honesto con ustedes- las miradas cayeron sobre él de nuevo, respiro profundo, sus manos temblaban al mismo tiempo que su labio inferior era cruelmente abusado entre sus dientes, se pellizcó con fuerza la pierna intentando calmar su nerviosismo, era mucho por afrontar - tengo que contarles algo pero de verdad necesito que estén tranquilos

Una semana antes de las elecciones

Quackity no podía aguantar la emoción, quería decirle a todo el mundo, gritar que al fin tendría a un pequeñito fruto del amor que se tenían, fruto de los heroes del pueblo, del psicólogo y el futuro alcalde, Quackity y Luzu tendrían un pequeño bebé y el menor no cabía en su emoción, aún así no planeaba decírselo a su pareja hasta que las elecciones tomarán lugar, quería emocionarlo, quería que su felicidad se multiplicará por mil.

-¡Cariño!- escuchó un grito seguido de una puerta cerrandose

Con nerviosismo, guardo la prueba de embarazo entre sus cosas, un par de suéteres y pantalones funcionaban como perfecto disfraz para la pequeña prueba rosa con dos líneas azules, respiró profundamente pues no quería que el mayor sospechara y arruinará toda la sorpresa que aún no tenía planeada pero pronto lo tendría.

-¡Voy! - respondió de regreso desordenando sus cabellos un poco, quería verse desordenado, recién despertado y aún con el típico "almohadazo" para que su lindo Luzu no pensara en nada más que su lindo novio había dormido toda la tarde, bajó las escaleras de dos en dos corriendo hasta llegar a los brazos del mayor

-¿Descansaste bien? - preguntó con una risita al ver cómo su pequeño patito seguía con la pijama

- creo que me hace falta dormir más - se sinceró el chico pato recibiendo una risa como respuesta

- a mí también me hace falta dormir - los fuertes brazos del castaño tomaron al contrario, levantando lo y llevándolo a la habitación conjunta

El descubrimiento

-algunas veces me pongo a pensar en qué pasaría si se lo hubiera dicho en ese momento - una lágrima bajo por sus mejillas mientras acariciaba su abdomen, sabía que le hacía daño al pequeño bebé que crecía en el, había dejado de comer, lloraba diario y seguía con la estúpida guerra que no iba a llegar a ningún lado, pero odiaba a Luzu, lo odiaba por traicionarlo, lo odiaba porque lo había dejado solo y lo odiaba porque su hijo no tendría un padre que estuviera para él, lo odiaba tanto que le dolía odiarlo, porque alguna vez besó sus labios como si fuera lo más preciado que tenía en el mundo, porque alguna vez sus brazos lo acariciaron con dulzura, porque alguna vez sus ojos lo veían con amor y ahora no veía más que asco en aquellos ojos y sus labios pronunciaban palabras de odio — la verdad no estoy seguro si ese día.. ya saben, hicimos al bebé

—creo que si — dijo Rubius sin pensarlo mucho — solo ocurre cuando tienes relaciones, los bebés no te los trae la cigüeña, Quackity — soltó una leve risa — y no lo hiciste más veces con Luzu, pasaba por su casa a vigilarla casi diario — admitió con una sonrisa apagada, dirigió su mirada al menor quien se encontraba con las mejillas sonrojadas

— si... Los bebés no los traen las cigüeñas — repitió buscando su propia aprobación mental

— pero mi primo es un caliente — afirmó Cochi con la sonrisa más grande que había en el mundo — seguro cogía diario

Ese día sería muy largo si Cochi seguía con sus comentarios, y como pueden imaginar, así fue.

¿Es mi hijo? [Luckity]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora