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Luzu decidió no ir a trabajar ese día, su familia lo necesitaba en casa, habían pasado una tarde increible, llena de juegos, películas y abrazos, hasta que el pequeñ Charlie se quedó dormido entre los brazos del alcalde, el niño cayo rendido después de una tarde de juegos, ambos padres se impresionaron de lo temprano que era, apenas seis de la tarde y el niño ya estaba agotado.

— ¿crees que debería despertarlo?— preguntó Quackity acariciando el cabello de su hijo y dedicándole una sonrisa tierna, amaba a ese pequeño

—déjalo dormir— susurro el alcalde cargando al menor para subirlo a su habitación — te prometo que si se despierta durante la madrugada yo iré a cuidarlo— menciono mientras desaparecía por las escaleras

Quackity se acomodó en el sillón y tomo una de las tazas encontradas en la mesa de centro, aun tenia algo de café pero no mucho, vio la taza de Luzu la cual estaba totalmente vacía, se levanto con ambas a tazas entre las manos para llenarlas, ya que su hijo se había dormido era momento de los adultos.

Por otro lado, Luzu acostaba al niño en la habitación de invitados, habitación que usaba el alcalde como propia , tal vez el pequeño necesitaba acercarse mas a su padre, reconocerlo como alguien cercano a él, quería dormir con el niño esa noche, cuidarlo, vivir lo que vivió el pelinegro cuando solo eran Charlie y él, querías sentir esa conexión.
En la penumbra de la habitación, el alcalde ve al niño dormir, el pequeño pecho sube y baja con total tranquilidad, apenas se escucha el ruido del viento golpeando contra la ventana, con cuidado el padre salio de la habitación dejando al menor solo finalmente quien se removió un poco en la cama buscando el calor de su padre y haciendo un pequeño puchero al no encontrarlo, Luzu se retiró la camisa y la coloco en una de las almohadas pidiendo internamente que el niño lo aceptara, queria salir corriendo con Quacks, era de los pocos días que tenían tiempo para estar solos, últimamente su vida era ser padres y lo amaba, no lo mal entiendan, pero también quería avanzar en otras cosas con Quackity.

Bajó corriendo las escaleras en cuanto vio que el niño abrazo la almohada, ni siquiera se preocupo por ponerse otra camisa, solo corrió, le urgía sentarse en aquel sillón en donde ya veía el gorro sobresalir dandole la espalda, ni siquiera dio la vuelta para sentarse en el sillón, simplemente lo saltó.

—eres un pe dejo te, Luzu— le gritó el peli negro claramente asustado — neta eres un pendejote, como me caga que me asustes así, pinche idiota — la boca del mexicano no paraba, tenia guardado un gran repertorio de groserías

—lo siento— se empezó a reír, amaba el rostro de asustado y enojado del chico pato, su corazón latía solo por él

—neta eres un pendejote, te iba a contar algo pero ya no quiero, porque te la pasas asustándome, te odio — su rostro enrojeció, estaba avergonzado por asustarse tan fácil desde que vivía con Luzu, o bueno, desde que estaba en prision domiciliaria en casa de Luzu, pero al mismo tiempo sabia que estaba sucediendo, se sentía feliz y tranquilo, ya no temía a las explosiones, amenazas de muerte y armas disparandose, pero temía en aquellos pequeños momentos en los que Luzu llegaba desapercibido, bajaba su guardia en aquel lugar, sabia que no tenia porque preocuparse de absolutamente nada pues el alcalde lo protegería de cualquier cosa

—cuéntame, Quacks— pidió haciendo un puchero, hasta ese momento el chico del binnie no se había dado cuenta de que el contrario estaba sin camisa, estaba demasiado ocupado insultando para ver su aspecto

— ¿por qué no tienes camisa?— preguntó sin poder dejar de ver aquel bien formado abdomen, el hombre hacia ejercicio y se notaba

—se la dejé a Charlie — se encogió de hombros con una sonrisa, claro que sabia que el contrario lo estaba viendo y le encantaba — mis ojos están aquí— tomó con cuidado el rostro del menor y lo elevó hasta estar cerca de sus labios

—Luzu, tengo algo que contarte— la respiración del contrario aun golpeaba contra su rostro, podía sentir la sonrisa cerca de sus labios, el otro brazo acariciaba suavemente su cintura, deseaba besarlo pero primero tenia que contarle algo

—dime, Quacks— susurró haciendo al menor estremecerse entre sus brazos

—Lusuuuuu— el mencionado sonrió, tenia años sin escuchar aquel lindo apodo— me encantas Luzu, te amo, me gustas demasiado, ya no puedo guardarlo mas tiempo, me encanta verte al despertar, me fascina verte con Charlie, en tan poco tiempo has logrado meterte en el corazón de mi hijo y es lo mas sexy qué hay en el mundo, Luzu, yo te a...

Sonó el teléfono de la casa, cortando el momento, el alcalde tuvo que levantarse y apartar a Quackity lentamente, tomo el teléfono y lo acerco a su oído, el chico pato mostraba su molestia viendo al alcalde con el seño fruncido.

—hola— contesto el castaño sintiendo unos brazos aferrarse a su cuerpo y un ligero susurro pidiéndole que colgase —¿cómo? — el chico parecía asustado —tienes que estar mintiendo — Quackity estaba desesperado ¿ahora qué sucedía? — prepara todo para investigar, estaré ahí en algunos minutos, finalmente colgó viendo al chico pato algo asustado — el acta de nacimiento de Charlie está en el diario de Karmaland — el alma del peli negro cayó a sus pies, queria gritar, llorar, golpear algo, queria matar al responsable pero no pudo decir nada— tengo que ir a la oficina a arreglarlo, te prometo que todo estará bien, le llamare a Rubius para que tire acompañe

Quackity lo sabía, estaba 100% seguro, nada estaría bien.

¿Es mi hijo? [Luckity]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora