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El sueño de Quackity

Quackity se encontró sumido en una pesadilla inquietante que parecía no tener fin. Todo comenzó cuando cayó en un sueño profundo después de un largo día de actividades. Al principio, parecía ser un sueño normal, pero poco a poco, todo comenzó a tornarse oscuro y perturbador.
Se vio a sí mismo en un mundo distorsionado, un lugar sombrío y desolado donde todo era desconocido y amenazante. La atmósfera estaba cargada de tensión, y una sensación de peligro lo invadió por completo. Quackity intentó gritar, pero sus palabras se ahogaban en el silencio, como si estuviera atrapado en su propia mente.
A medida que avanzaba, se dio cuenta de que no estaba solo. Sus amigos, Rubius, Alexby, Cochi y Beni, también estaban atrapados en esta pesadilla aterradora. Los encontró a lo lejos, desorientados y temerosos, pero no podían comunicarse entre ellos. La pesadilla parecía aislarlos y mantenerlos en una eterna lucha individual contra sus peores temores.
En su viaje a través de esta pesadilla surrealista, Quackity se enfrentó a situaciones cada vez más perturbadoras. Aparecían monstruos horribles y criaturas deformes que parecían haber salido de sus peores pesadillas. La oscuridad los rodeaba, y cada paso que daban los acercaba más a la desesperación.
En un momento, se encontraron atrapados en un laberinto interminable de callejones oscuros y laberínticos. La sensación de claustrofobia los envolvía, y cada giro que daban parecía llevarlos a un callejón sin salida. Las paredes estaban cubiertas de símbolos extraños y murmullos incomprensibles que los atormentaban.
En otra ocasión, una lluvia torrencial cayó sobre ellos, empapándolos hasta los huesos. Los truenos retumbaban y los relámpagos iluminaban el cielo oscuro. Los árboles parecían retorcerse en formas grotescas, y los gritos de angustia llenaban el aire. Quackity intentó buscar refugio, pero no había escape de esta tormenta pesadillesca.
Las pesadillas se volvieron cada vez más intensas y aterradoras. Quackity se enfrentó a sus peores temores y secretos más oscuros. En un momento, se encontró cara a cara con una versión monstruosa de sí mismo, reflejando todas sus inseguridades y miedos más profundos. La mirada vacía de esa figura distorsionada lo aterrorizó.
A medida que avanzaba, también se dio cuenta de que su liderazgo, su fuerza y valentía, se estaban desmoronando. Se sintió impotente para proteger a sus amigos y enfrentar los horrores que los rodeaban. La pesadilla parecía estar consumiéndolo, rompiendo la confianza que había construido en sí mismo y en su capacidad para enfrentar cualquier desafío.
En medio del caos y la desesperación, Quackity finalmente encontró un rayo de esperanza. Un resquicio de luz en medio de la oscuridad. Fue una voz suave y reconfortante que rompió el silencio. Era Charlie, que había encontrado la manera de comunicarse con él a través de este laberinto de pesadillas.

Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, la pesadilla comenzó a desvanecerse. La oscuridad se desvaneció gradualmente, y la luz del día comenzó a filtrarse en su mundo.

Quackity despertó sobresaltado, su corazón palpitando acelerado y su respiración agitada. Una sensación de miedo se apoderó de él mientras miraba a su alrededor, confundido por la realidad de su sueño. Las imágenes aterradoras de su pesadilla todavía lo atormentaban. Con un suspiro de alivio, se dio cuenta de que todo había sido solo un sueño, pero la intensidad de la experiencia lo dejó exaltado, temblando y ansioso por un momento antes de volver a encontrar la calma.

—papi— la suave voz susurraba— papi, despierta papi, vamos, levanta te, el alcalde Luzu hizo Waffles para desayunar

Logro enfocar su mirada en un pequeño Charlie que lo veía con la sonrisa mas llena de vida que jamás creyó obtener, ese pequeño era aun sol

—voy en un momento mijo, dile a Luzu que me deje waffles— le respondió reincorporándose en la cama

Vio al pequeño correr para salir de la habitación dejándolo sumido de nuevo en sus pensamientos ¿qué había sido todo eso? Creía que lo sabía, pero si era lo que pensaba estaba totalmente jodido, vio hacia los lados hasta encontrar una mesita de noche algo empolvada, acaricio uno de los cajones hasta sentir una letra tallado en el, "Q" sonrió, era su cajón y nadie lo había movido de ahí "bien, ahora tengo que ver si siguen mis cosas dentro" pensó mientras abría el pequeño cajón, dulces que seguramente estarían caducados para ese punto, una loción, el olor favorito de Luzu, todas las mañanas solía despertarse antes que el mayor para esparcir algo de loción en su cuerpo para que el castaño pudiera olerla al despertar, unos... unos condones, su rostro se volvió rojo "no es como si no los hubieras usado antes" se reprochó mentalmente "pero esta no es la situación en la que esperaba verlos" soltó un suspiro dejando los condones al fondo del cajón donde nadie pudiera verlos, al menos sabia que Luzu no los había usado con nadie mas pues la caja estaba completa, y finalmente llego a a lo que tanto buscaba, un cuaderno y una pluma, tomo ambos entre sus manos y giro las hojas hasta encontrar una limpia.

—recuerdos de guerra— Quackity susurró mientras escribía, si que estaba jodido si de eso se había tratado su pesadilla, creía que ya no había superado, pero al parecer no era así

El chico del binnie escuchó tres ligeros golpes en su puerta seguidos de esta abriéndose, era Luzu, entro a su habitación tranquilo viendo al menor aun sentado en la cama en pijama.

—buenos días, Quackity— menciono con una sonrisa

En ese momento el pelinegro se detuvo a ver al contrario, cabello castaño desarreglado, ojos rojos, una sonrisa increíblemente linda, unos labios tan irresistibles, sentía ganas de besarlo, el torso descubierto... Luzu no llevaba camisa, se rostro se volvió rojo de la pena, tenia que apartar la mirada de aquel torso bien trabajado, pero no podía, en verdad lo intentaba pero no podía, o no quería

—buenos dias— se animo a decir finalmente apartando la vista del contrario —¿quién te dio permiso de entrar en mi habitación?— "eso Quackity, muéstrale que lo odias y que para nada te afecta que entre un guapo hombre semidesnudo a tu habitación" pensó mientras intentaba mantener un rostro de disgusto

—lo lamento, solo quería hablar de las clases de Charlie

Claro, las clases de Charlie, no lo había discutido antes con sus increíbles maestros Rubius y Alexby

—Rubius se lo puede llevar para que tome sus clases todos los dias y regresarlo en la tarde, no entiendo que es lo que necesitas hablar— le contesto levantándose de la cama y comenzando a caminar hasta su ropa, si Luzu quería jugar él también jugaría, no se permitiría ser el único nervioso en aquella situación

—no creo que se necesario...— guardó silencio en cuanto vio al chico pato quitarse la camisa y el pantalón para quedar únicamente en bóxers

—¿qué no crees necesario?— pregunto viendo como el contrario pasaba la vista por todo su cuerpo, bingo, obtuvo la reacción que quería

—no creo que sea necesario que Rubius venga por Charlie, creo que podría meterlo en una escuela normal, en en kinder en el que van todos los niños de karmaland

Quackity se detuvo, se sentía estupido, intento avergonzar a Luzu por su estupida necesidad de venganza cuando él solo quería hablarle de la educación de su pequeño, tomo su ropa rápidamente y se la colocó, tomaría una ducha mas tarde, en ese momento no se sentía capaz de pasar mas tiempo semi desnudo en frente del castaño

—es mitad de año ¿crees que lo acepten?

—lo van a aceptar, solo tengo que mover algunas influencias y lo harán — mencionó con una sonrisa enorme transmitiéndole tranquilidad al contrario— te esperamos para desayunar, abajo hay waffles

Luzu salió de la habitación dejando a un pensativo Quackity detrás, por otro lado el corazón del alcalde estaba a punto de explotar, había sangre fluyendo a lugares en los que normalmente no fluía, sus manos temblaban y su rostro y cuello estaban totalmente sudorosos, si se quedaba dos segundos más dentro de esa habitación Quackity jamás se lo perdonaría

—¿estas bien Luzu?— preguntó Charlie sobresaltando al mayor —¿cuándo va a bajar papi?

—lo hará pronto, no te preocupes, vamos a esperarlo en la cocina

¿Es mi hijo? [Luckity]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora