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Pensamientos que vienen y van

Quackity entró a la habitación lanzando sus maletas contra la cama viéndolas rebotar y finalmente cayendo en el suelo con fuerza, se sentó en el suelo acercando sus rodillas al pecho y abrazándose a si mismo ¿desde cuando lo sabía? Quiso preguntar, quiso gritarle y decirle que si lo sabia por qué no había ido por su hijo, por qué no los había apoyado ¿por qué no había intentado ser un padre para Charlie? Tantas cosas pasaban por su cabeza y el dolor en su corazón no se iba.

—Quackity, lo siento, no pensé antes de hablar — escuchaba que del otro lado de la puerta gritaba Luzu y daba ligeros golpes a la puerta los cuales comprendía como una suplica para que abriera

—por favor, vete, solo vete, déjame estar solo — susurro entre gruesas lagrimas de dolor

—Qucks, abre por favor— suplico sentándose al otro lado de la puerta esperando por el menor — entiendo si estas molesto pero necesito que abras, hablemos de esto

—no tengo nada que hablar contigo — el menor se acerco a la puerta, se sentó delante de esta dentro de la habitación, las lágrimas aun caían sin cuidado mojando su rostro pero se sentía más tranquilo, estaba nervioso, no lo mal interpreten, quien no estaría nervioso después de escuchar el secreto mejor guardado de forma tan simple, en una pelea tonta, claro que estaba nervioso pero se sentía tranquilo pues había caído un peso gigante de sus hombros — no quiero hablar de nada contigo — corrigió, comprendió que en realidad si tenía algo que decirle pero no la fuerza para hablarlo

—¿Charlie es mi hijo? — quería estar 100% seguro de lo que escuchó en su oficina, quería saber la verdad pero sabia que Quackity no hablaría — te propongo algo, no tiene que ser esta noche pero podemos intentarlo— escuchó un murmullo de aprobación del otro lado de la puerta, sonrió sabiendo que Quackity ya no lloraba, se sentía una persona terrible, había puesto al chico pato en un lugar en el que no saldría fácilmente — puedes hacerme una pregunta y la voy a contestar, después puedo hacerte una pregunta y la tienes que contestar, si no contesto una pregunta tienes derecho a hacer otra

Escuchó como el pestillo se abrió y con esto la puerta lentamente fue abriendo hasta dejar ver el interior de la habitación y a un pequeño chico con el cabello revuelto, sin gorro, con los ojos hinchados y la nariz roja, Luzu se acerco a abrazarlo, rodeo con sus brazos el cuerpo contrario, él lo abrazó cálidamente, sus brazos rodeándolo con ternura y afecto. En ese gesto, se transmitió una conexión profunda y reconfortante. Sintió cómo sus preocupaciones se desvanecían y su corazón se llenaba de calma. Un abrazo que expresaba amor y protección, creando un vínculo especial entre ambos. Agradecía internamente que quino intentara alejarlo y se culpaba mentalmente por las lagrimas que el menor seguía soltando en su hombro

—si, Charlie es tu hijo— susurro aun entre sus brazos y con el rostro hundido en su pecho — ¿por qué la prisión domiciliaria es en tu casa? Pensé que te referías a mi casa cuando dijiste domiciliaria

El ambiente se tranquilizo nuevamente, el corazón de Luzu latía con felicidad, un hijo, Charlie era su hijo, Quackity tenia un hijo, un hijo con él, se sintió idiota, paso la semana lamentándose pensando que ese pequeño era de Rubius, verlo convivir con el mayor le daba esa sensación de calidez de hogar y todo ese tiempo estuvo tan equivocado.

—porque estaba celoso— respondió al fin admitiendo un secreto que su corazón no quería decir, admitir que estaba celoso ¿por qué lo haría?

—¿celoso? ¿De qué?— preguntó rápidamente Quackity, había apartado su rostro el pecho del mayor para verlo a los ojos y sonreír, Luzu conocía esa sonrisa, era de esos momentos en los que él menor se sentía en plena confianza

—es una pregunta y una pregunta, Quacks— vio al menor sonrojarse al mencionar el lindo apodo, tal vez no se había dado cuenta que antes lo había llamado así

—lo siento— susurró para tomar la mano del mayor y dirigirlo al interior de la habitación

—¿cuál es tu comida favorita?— el rostro de sorpresa de Quackity no se hizo esperar

Le sorprendía como Luzu podía desperdiciar una pregunta en algo tan simple, saber su comida favorita, pudiendo preguntar cuando era el cumpleaños de su hijo, cuantos años tiene, por qué lo oculto tanto tiempo, cuando lo vería, o incluso reclamarle por todo lo que había pasado, no, Luzu escogió preguntar por su comida favorita.

—Siguen siendo las quesadillas con una buena salsa, mi buen— sonrió ante la respuesta, era su turno— ¿de qué estabas celoso?

— de Rubius, son tan cercanos, pensé que Rubius era el padre de Charlie — acepto con una sonrisa feliz, se sentía totalmente lleno en ese momento, no quería mas que esa noche se repitiera por toda su vida

—no seas tonto— escucho la pequeña risa — Rubius es guapo pero no es mi tipo

—¿quieres que le hable a Rubius para que traiga al niño?—Quackity quiso sonreír, parece que sus preguntas eran únicamente para acomodarlo a su nueva vida

—si, por favor, extraño a mi pequeño— vio a Luzu salir de la habitación, maldito, tenia una pregunta más que quería ser resuelta, tendría otro momento después, se sentía feliz pero al mismo tiempo se sentía vulnerable, había dejado salir todo lo que su corazón se empeñaba con guardar— ¿por qué te lanzaste como candidato en el último momento?— susurro para si mismo cuando vio que Luzu estaba lo suficientemente lejos para escucharlo

Dejó salir un suspiro y se dedico a explorar la habitación, era bastante parecida a como la recordaba, vio que aun se encontraban algunas fotos, se dedico a abrir algunos cajones para ver donde poner su ropa y se percató que estos aun se encontraban llenos de su antigua ropa, suéteres de los que tenia copia exacta en su maleta, camisas, pantalones y algunos zapatos, en realidad Luzu no había cambiado nada en ese lugar, cerro los cajones con una sonrisa, se acosto en la cama boca arriba, tal vez era mejor descansar un poco antes de que llegara su hijo, se acostó en su lado de la cama, esta era suficientemente grande para que dos personas entraran cómodamente, el otro lado aún olía a Luzu, se regañó mentalmente, estaba siendo demasiado lindo con él, Luzu no merecía entrar en su corazón tan rápido, cuando se fue había tomado todo en el, no le dejó fuerza para levantarse al día siguiente y continuar con su vida, tal vez lo estaba pensando demasiado pero eso sonaba como una disculpa falsa para no parecer el tipo malo, Quackity ya no caía tan fácil como antes.

¿Es mi hijo? [Luckity]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora