¿Es mi hijo? [Luckity]

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¿Cuál es mi condena?

Quackity tomo asiento en uno de los grandes sillones de la oficina del alcalde, sentía nostalgia por un futuro que no fue suyo, tal vez esa oficina sería suya, tal vez sería distinta, no habría pintado las paredes de ese color, tal vez un amarillo claro, combinaría con sus alas, tal vez Charlie tendría espacio para gatear mientras papá trabaja, se imaginaba al pequeño cuando apenas era un bebé, cuando la comida escaseaba y era incapaz de amamantar a su pequeño, todo habría sido distinto si desde él inicio hubiera tenido su puesto, el puesto que sabía que merecía, se levantó para ver el lugar, se acercó a las paredes para acariciar una de estas en donde había una gran mancha de algo morado, quiso reír, su casa estaba llena de esas manchas, pintura de Charlie, dulces de Charlie, el desayuno de Charlie, la fruta de Charlie, la plastilina de Charlie, todo tenía que ver con su pequeño hijo, vio un juguete de la caricatura favorita de su pequeño, ¿Así que eso hizo todo el tiempo que desapareció? Al menos su padre lo trató bien, sintió una opresión en su corazón al pensarlo, pasó medio día con su padre, ¿Alguna vez Charlie le perdonaría nunca decirle la verdad? ¿Alguna vez se lo perdonaría Luzu? ¿Alguna vez se lo perdonaría el mismo?.
Caminó por la gran oficina fijándose en cada detalle, había un rectángulo más limpio en la pared y en este se encontraba un clavo al tope del rectángulo ¿Una foto? Pensó ¿De qué sería la foto? Continuo caminando y vio un hoodie gris, se notaba que el tiempo le había hecho mal, tal vez antes fue negra o al menos un gris más obscuro, la tomó entre sus manos y la acercó a su rostro, olía a Luzu, olía a él, la reconoció, su emo uso ese hoodie todo el verano, recordó cuántas veces le pidió que se quitará ese hoodie, le daba calor solo el verlo, lo odiaba, quería llorar en ese momento, odiaba tanto a Luzu, pudieron haber tenido la familia más hermosa, el mundo les tendría envida, con el hoddie entre los brazos caminó al escritorio que se encontraba al centro de la oficina, vio algo que lo impactó, una foto, tal vez la foto que estuvo colgada en la pared, un cuadro algo destruido, el vidrio ya no se encontraba ahí, pero el marco seguía intacto, una foto de Luzu y él, conocía esa foto, ambos fueron a la feria de karmaland, Luzu le regaló un peluche de... No podía recordar qué era el peluche, pero recordaba el sentimiento, recordaba la felicidad y sus ojos se aguadaron, las lágrimas no tardaron en salir, se odiaba a si mismo, había pasado toda la semana llorando, de pronto escuchó unos pasos acercándose, corrió al sillón en el que antes se encontraba aún con el hoddie entre sus brazos.

— Quackity, como alcalde tengo que leerte tus crimenes, y déjame decirte que son... — se detuvo al ver al chico en el sillón, se veía pequeño, destruido y tenía su hoddie entre sus manos, quiso abrazarlo en ese momento, decirle que todo iba a estar bien, que él se iba a encargar de su bienestar, pero no pudo decir nada de eso — son bastantes

—promete que Charlie estará bien — susurró el pelinegro — por favor, solo quiero que Charlie esté bien, él no merece nada de esto, nació dentro de todo los problemas que causé, pero él es un niño bueno, no hace travesuras, se duerme temprano, por favor, sé que no estoy en posición de pedir nada pero te pido que Charlie esté bien — suspiro antes de volver a hablar, tomó toda la valentía que quedaba en su cuerpo, acercó la prenda del contrario más a su rostro — por el amor que nos tuvimos alguna vez

Ambos se quedaron en silencio, lo comprendieron, era el dolor de un padre, era el dolor de una persona que conocía al pequeño.

— no te preocupes por él, hablando de tu sentencia — cambio de tema, no dejaría que nadie dañará a ese niño, pero tenía que hablar de otras cosas con Quackity — Vegetta va a ser el juez, ya sabemos cuál es tu sentencia pero necesito que él la firme, no te preocupes por tu hijo, arreglare para que puedas verlo más seguido de lo que crees, pero, necesito que te declares culpable, va a llegar Vegetta, te va a leer los cargos y tienes que declararte culpable