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¡Charlie está en casa! ¿Eso es bueno o malo?

Quackity estaba nervioso, el rostro le picaba, sus manos sudaban y estaba al borde del llanto ¿Quién podía ser? ¿Quién llegaría en un momento tan poco oportuno? Y además, estaba casi 1000% seguro que nadie conocía de su ubicación, nadie sabía de la casa blanca, nadie conocía ese pequeño lugar alejado de la vista, la casa blanca no solo se encontraba algo lejos del pueblo, sino que para llegar hasta allá era necesario tener mucha resistencia al caminar o contar con algún vehículo pues se tiene que recorrer aproximadamente una hora para llegar a la puerta de aquella gran e imponente casa ¿A caso Charlie había logrado regresar por si solo? O habían causado una conmosión suficiente para que alguien los encontrará.

—alguien abra la puerta, por favor, necesitamos terminar rápido con quién sea que esté tocando, me urge salir a buscar a Charlie— pidió entre lágrimas el chico pato

A decir verdad el chico pato jamas le había prestado atención a la sala de estar como ese día, será que estaba nervioso pero le parecía lo más importante en lo que Rubius se dirigia a abrir la puerta una sala espaciosa diseñada especialmente para el disfrute de un niño. Las paredes están pintadas de colores vibrantes, como azul y verde, que estimulan su imaginación. En un rincón, hay una alfombra suave y colorida donde puede jugar con sus juguetes favoritos. Grandes ventanales permiten la entrada de luz natural, iluminando el ambiente. Hay estanterías llenas de libros, juegos y rompecabezas que le invitan a explorar y aprender. Un cómodo sofá se encuentra cerca, proporcionando un lugar acogedor para que los padres puedan unirse a la diversión. En esta sala, el niño puede jugar, aprender y soñar sin límites.

Sonrió con tranquilidad, era todo lo que se merecía su pequeño... Su pequeño seguía perdido y el como idiota estaba pensando en los juguetes del niño, se sentía un padre terrible, hasta que unas manitas se aferraron a su pantalón y escucho unos leves sollozos que venían de un pequeño cuerpo.

— papi te prometo que no volveré a irme, te extrañe mucho, a ti y a tío Ruru y a Tío Cochi y a tío Beni y a tío Alexby— el niño mencionaba entre sollozos adoloridos pero con una sonrisa enorme, se notaba aliviado por haber regresado pero ciertamente también se le veía asustado por todo el tiempo que duró perdido

Quackity no podía evitar soltar lágrimas al ver a su pequeño entre sus brazos de nuevo, estaba nervioso, sus manos temblaban sin parar y su mente iba a mil por hora, primero tomó las mejillas de su pequeño, no tenía rasguños y aunque su rostro estaba ligeramente enrojecido el niño estaba bien, acarició su cabello, estaba algo sucio con tierra pero seguía estando bien, sus manitas tenían ligeros rasguños, tenía un pequeño golpe en una de sus rodillas y no se le entendía nada de lo que quería decir pero estaba bien, Charlie estaba sano y estaba devuelta en casa.

—Charlie — sonrió tomando al niño entre sus brazos y elevandolo hasta la altura de su rostro — ¿Dónde estuviste tanto tiempo mi vida?

Y en ese momento lo notó, había alguien más viendo esa especial reunión, alguien que tenía un tiempo viéndolo con ojos de ternura desde el marco de la puerta, Luzu, y detrás de él se encontraba un hombre mitad oso con una mirada de desconcierto.

— estuve con el Señor alcalde Luzu — dijo el niño con una sonrisa inmensa

— creo que es mejor que vengas conmigo un momento, Charlie — mencionó Alexby tomando al niño y sacándolo de aquel lugar

Que amargo momento, acababa de recuperar su felicidad, su hijo y el alcalde lo había arruinado.

—entonces tu te llevaste a mijo, lo secuestras te — fue lo primero que se escuchó después de un momento de silencio y asegurarse que el niño no podía escucharlo

— De nada por traer a Charlie, buenas noches también para ti Quacks... Quackity — rodó los ojos con molestia, respiró profundo y espero al siguente ataque del chico pato que estaba a unos centímetros de estar encima de él

— no te hagas el gracioso Luzu, por qué mierda tenías a mijo — se acercaba cada palabra un poco más al cuerpo contrario intentando agemorizarlo de alguna forma

— el niño estaba en mitad del bosque y tú ¿pretendías qué lo dejara ahí? No te entiendo

— jamás dije que quería que lo dejaras ahí, sabes que, no te interesa, es mi hijo, no tienes nada que ver en esto — estaba a la defensiva y sentía tener la razonen ese momento, como no estar a la defensiva cuando se acababa de dar cuenta que el guapo alcalde, que también resultaba ser su ex y padre de su hijo, estaba a tan solo unos centímetros de su rostro y además, había descubierto su más grande secreto

— mira, solo quería traer al niño...

— debiste haber mandado a alguno de tus estúpidos secuases— interrumpió, quería que se fuera cuanto antes de su casa

— quería traer al niño y asegurarme que estaría bien llegando a casa y que estaba en lo correcto cuando dijo que eres su papá — continuo con tranquilidad — y ya llegó a casa

— si, gracias

— un niño ¿Cuántos años dices que tiene?

— cuatro, los cumplo ayer — bajó la guardia, se golpeó mentalmente, no debía contestar a ninguna de las preguntas — pero qué te importa, no necesitas saber eso para regresar al niño a su casa

— bueno, necesito saber que el niño estará en buena manos y no en manos de un irresponsable... — guardó silencio en ese momento, la había cagado en grande, el chico pato no era alguien de perdonar

— soy su padre, sé lo que necesita, conozco todo de mijo, tuvo un cumpleaños increíble, sé cuándo es su cumpleaños, sus juguetes favoritos, su comida favorita, sus canciones favoritas, lo sé todo de él, lo cargue en mi vientre durante nueve meses y después lo amamante durante más años de los que me gustaría, conozco a mijo y sé que no necesitamos que un ladrón y corrupto nos diga que hacer— mencionaba rápido y molestó, no tenía derecho a meterse en su vida, él no era más que un abandona familias

— y aún así Charlie no sabe decirme quién es su otro padre, no creo que seas tan buen padre después de todo — Luzu estaba molesto, quién era Quackity para hablarle así, nadie, un guerrillero sin escrúpulos que mataba por matar

— gracias por su visita señor alcalde, le pido que se retire por las buenas en este momento o haré que lo retiren por las malas — tenía un tono amenazante en su voz que le hizo saber a Luzu que era momento de irse

— voy a ver al niño en unos días para estar seguro de que no lo han matado aquí, como es costumbre de alguien, con permiso — el alcalde se dio la media vuelta y salió de la casa, había tenido suficiente

—¿Qué pasó pato?— susurró Rubius con cuidado, envolviendo al menor entre sus brazos

— Luzu es un estúpido, pasó toda una tarde con él después de secuestrarlo y aún así no se dio cuenta de que es su hijo — mencionó entre sollozos, no sabía si estaba decepcionado por eso o porque el mayor sin conocer esa faceta de su vida estaba afirmando que era un mal padre.

Esta decepcionado por todo, eran una cantidad inmensa de emociones que no se había permitido sentir, su hijo desaparecido que acababa de regresar a sus brazos, su ex novio entrando por aquella puerta con en pequeño, casi como si fueran la familia que siempre quiso ser, su mejor amigo diciéndole que todo estaba bien y él sabiendo que todo estaba mal.

— no te preocupes pato, todo estará bien

— maldito día de mierda, me siento muy cansado

Y sin más, Quackity se fue a dormir y Rubius se fue a jugar con su pequeño sobrino.

¿Es mi hijo? [Luckity]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora