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2:15:00 pm, los niños saldrían en, exactamente 15 minutos mas, en la casa del alcalde se encontraban cinco de los criminales mas buscados preparándose para su siguiente gran asesinato, en realidad no era a alguien de mucha importancia, no era al alcalde, o a un familiar del alcalde, no era a un secuaz, al jefe de policías, no era a nadie de los que estaban acostumbrados a matar o al menos a atentar contra sus vidas, era a una simple directora que decidió que el dinero era mas importante que su vida, era casi irónico, tanto dinero y no poder usarlo ¿en qué gastaría tanto dinero una mujer muerta? Seguro no lo había pensado.

Quackity deslizaba por su cuerpo un ajustado traje de neopreno negro, un chaleco antibalas y unos cómodos tenis para correr, se colocó unos guantes igualmente negros, no quería manchar sus manos, con esas acariciaba la suave piel de Charlie y abrazaba a Luzu toda la noche, volteo a todos los lados viendo como los demás se estaban colocando su ropa de diario encima de la protección anti balas que acababan de colocarse, tal vez no era de esperarse que en la escuela tuvieran armas pero tenían que estar protegidos en cualquier momento, cualquier cosa podría salir mal y no querían ser ellos quienes cometieran un error.

—¿estas listo?— le susurro el chico oso

Asintió lentamente tomando una de las armas y escondiéndola entre su ropa, una pequeña pero poderosa Glock 50, 2:16:08 pm, salían de la casa con destino a la pequeña escuela.

—hay muchos padres— susurró Alexby viendo como los padres hacían fila fuera de la escuela esperando a que sus hijos salieran

—cambio de plan— dijo Beni entregándoles a cada uno un pasamonatañas negro, aun con el pasamontañas sabían que eran ellos, eso no servía para esconderse pero si servia para que los padres se asustaran y se alejaran de ellos para no ser dañados —el plan cambio de homicidio a secuestro, si alguien se les atraviesa intenten no matarlo, si es demasiado insistente, mátenlo, no vinimos a hacer amigos

El chico pato sonrió, extrañaba esa personalidad de Beni que solo salía en esos momentos, frío, calculador, amenazante.

—¿todos entendieron las indicaciones de Beni?— preguntó el del binnie con una enorme sonrisa apenas cubierta por su pasamontañas, vio a todos asentir, 2:17:34 pm— corran, en cuanto abra la puerta Rubius y Alexby van a dirección, Cochi toma el volante, Beni y yo esperamos en la oficina de la secretaria— Quackity tomó la puerta del auto y la abrió con un fuerte empujón, vio como todos salieron corriendo.

Todo iba en cámara lenta, los padres lloraban, estaban asustados, gritaban el nombre de sus hijos, pedían que no le hicieran daño a los menores, el semi oso y el cura entraron corriendo hasta la oficina en donde se encontraron a la directora vuelta loca buscando algo ¿buscaba el sobre con dinero que Rubius se había llevado? Jamás lo sabrían, en ese momento tomaron a la directora por la fuerza e intentaron sacarla de la dirección pero muchos niños comenzaban a correr por la puerta principal intentando llegar hasta donde sus padres, 2:21:47 pm, dejaron salir antes a los niños, era una estupidez, casi parecía que intentaban hacer que los mataran, Quackity veía a todos los pequeños correr en dirección a sus padres y como estos estaban aliviados al tener a sus hijos entre sus brazos, ellos eran padres y debían comprender el terror de saber que alguien puede dañar a tu hijo, debían comprender a Quackity quien solo quería deshacerse de quien amenazaba contra la vida de su hijo, finalmente salieron los dos chicos que sostenían a la directora con fuerza y la metieron en el auto, la mujer estaba llorando y gritaba, suplicaba para que la soltaran, gritaba de dolor sintiendo su rostro lleno de golpes, pedia que alejaran las armas de su cuerpo pues podía sentir el cañón de una pistola en su espalda haciendo que no se detuviera en ningún momento y continuara caminando.

—¡llamen a la policía!— gritó viendo a los aterrados padres

—cállate—le susurró Rubius —estas a dos segundos de que se me acabe la paciencia y te mate aquí, frente a todos, maldita zorra

La directora guardo silencio entre lagrimas, se sentó ente Rubius y Quackity, tenia demasiado miedo como para intentar algo, quería gritar o golpear a sus captores pero temía lo que ellos podrían hacerle. Vio como Rubius se quito finalmente el pasamontañas dejando ver su muy atractivo rostro, la directora aun tenia algo de miedo pero al menos le agradaba que su captor era atractivo.

—hace demasiado calor como para seguir con todo esto puesto, nadie nos va a atacar— se quejo el semi oso viendo al chico pato

—ya era momento— susurró el chico pato quitándose el pasamontañas y desabrochando su camisa, cosa que Rubius vio como la señal para poder desvestirse totalmente.

Rubius vestía solo su bóxer, el resto de la ropa se encontraba lanzada por todo el auto, el calor lo estaba matando, mientras que la directora tenia un evidente sonrojo que todos notaron pero no dijeron nada al respecto.

—ponte ropa, indecente — le regaño Alexby haciendo que de mala gana Rubius se colocara un pantalón y una camisa, al menos ya no tenia tanto calor

—¿a la Casa Blanca?— preguntó Cochi quien manejaba sin un rumbo aparente

—si, necesito hablar con Luzu— confeso el chico pato sabiendo que todos se burlarían de él

No tardaron mucho en llegar dichas burlas, un gobernado y mandilón, estaban teniendo el mejor momento de sus vidas mientras que la directora no dejaba de llorar y rogar por su vida, habían extrañado esa sensación mas que a nada en este mundo.

—seguro extrañabas la Casa Blanca, primo — menciono Beni en cuanto entraron en el terreno de dicha casa.

—esta igual que el día que la deje — sonrió viendo la imponente casa frente a ellos. En cuanto se estacionaron, bajaron todos del auto menos Quackity, quien tomó a la directora por el cabello y lo estiro para bajarla con fuerza viendo como los ojos de la mujer se volvían a llenar de lagrimas — no llores, sabes porque estas aquí, es un ajuste de cuentas— sonrió viendo como la directora se asustaba aun mas y comenzaba a llorar mas fuerte, la dejo caer en el suelo en cuanto pusieron un pie dentro de la propiedad— mas te vale que no ensucies nada

El chico pato se desapareció por los pasillos dejando a la asustada mujer acostada en la entrada, los demás chicos caminaron ignorándola, pasaban a su lado fingiendo que ella no estaba ahí, se sentaron como de costumbre en la sala esperando al chico pato que tenían tanto tiempo sin ver, la vida era buena para todos, menos para la directora que tenia los nervios a flor de piel.

"Hola ¿Luzu? Estoy en la Casa Blanca, espero no te moleste, puedes venir para acá con Charlie si quieres, pero avísame antes de venir ¿si?... muy bien... yo también te amo... adiós" se escuchó la voz de Quackity y las burlas comenzaron de nuevo.

2:31:45 pm iba a comenzar la mejor parte, podían sentirlo en el ambiente, los chicos parecían divertirse demasiado y la directora tenia cada vez mas miedo.

¿Es mi hijo? [Luckity]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora