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Charlie dormía tranquilo en la cama de su padre, Quackity sonrió con ternura, eso siempre fue su sueño, ver al pequeño dormir dentro de esas cuatro paredes que contenían tantos recuerdos y ahora que parecía tenerlo no le gustaba, no ea la manera en que quería conseguirlo y si era sincero ya no lo quería, ahora estaba acostumbrado a su vida, de hecho la amaba, le gustaba vivir en la Casa Blanca y se sentía culpable por hacer a su pequeño cambiar de hogar tan abruptamente.

El padre observa a su pequeño tesoro, Charlie, mientras duerme plácidamente en su cama. Su rostro angelical y sereno transmite una profunda paz. Las pestañas largas y rizadas descansan sobre sus mejillas sonrosadas, mientras su respiración pausada acompaña el suave arrullo de la noche. El chico del binnie siente una mezcla de ternura y admiración al contemplar a su hijo dormir. En ese momento, el mundo se detiene, y solo existe la dulce imagen de Charlie, un recordatorio del amor incondicional y el milagro de la paternidad. Todo lo hacía por él.

—necesito hablar con ambos— susurro Quackity a Rubius indicándole la salida con una leve inclinación de cabeza.

Cerró la puerta con cuidado, evitando despertar a su pequeño niño, la persona más importante en su vida, se dirigieron a donde se encontraba Luzu quien aun tenia el ceño fruncido un claro gesto de desagrado.

—perdón Quackity, te juro que no volveré a despertar a Charlie — le dijo Rubius en un tono burlón sentándose en el sillón frente al alcalde, sabia que ese no era el tema de discusión pero le parecía cómico ver al peli negro tan molesto después de dormir a su pequeño

—cállate, wey— le mencionó a punto de soltarse a reír, el semi oso siempre le hacia recuperar el buen humor— es algo mas importante que eso, no quiero mas peleas estupidas frente a Charlie, él no necesita escuchar a adultos pelear constantemente

—claro, dijimos que tendríamos crianza respetuosa— recordó Rubius con una sonrisa al ver el rostro de confusión de Luzu, él no habia estado en ningún momento del niño y no comprendía lo que ambos querían decir.

—no tiene nada que ver— ahora si Quackity no logro contener su risa y soltó la carcajada mas sonora que habia escuchado ese pequeño pueblo, juró que podía despertar a los vecinos — ¿recuerdas cuando en su primer cumpleaños Cochi le regaló una granada pintada de azul con su nombre? Definitivamente no conocemos la crianza respetuosa

—no recordaba esa, pero recordé cuando Beni le regaló un lanzallamas — le respondió con una historia igual de horrible a vista de Luzu pero demasiado graciosa para los otros dos chicos que no podían parar de reír

—por eso necesito alejar al niño de todos ellos— habló Luzu lo suficientemente alto como para que ambos dejaran de reír y lo voltearan a ver, uno mas molesto que el otro pero ambos totalmente furiosos — no me parece gracioso que Charlie este jugado con armas

—no me paree gracioso que abandones a tu familia...— habló rápido Rubius dejando a Luzu en shock y molesto

—yo no los abandone, ellos...

—cállense los dos — Quackity no espero mas antes de gritar y calmar la estupida pelea que seguro empezarían — no quiero mas peleas, Luzu no puedes alejar a Charlie de su familia ¿crees que por descubrir que eres su padre tienes el derecho a decidir sobre él? Estas equivocado, él ha estado bien durante 4 años, nunca necesito otro padre porque tiene tíos que lo aman y aun no necesita otro padre, bien puede tenerte o no tenerte en su vida y le dará totalmente igual— el rostro de Luzu se desfiguro con una mueca de tristeza y dolor, Quackity tenia razón, en ese momento era un adulto mas para el pequeño, un adulto insignificante— no te sirve de nada pedirle que abandone a sus tíos porque te va a odiar y estoy seguro que no quieres ser odiado por él, así que bájale un chingo mi buen, porque acabas de encontrar a tu hijo y lo puedes perder igual de rápido, Rubius es su mejor amigo— el oso tenia una sonrisa triunfante al escuchar esas palabras salir de la boca del chico del binnie — ódialo si quieres pero en el momento en que Charlie se de cuenta que Rubius no es querido aquí se va a ir con él y Rub tiene todo el derecho de llevárselo si lo cree oportuno, a final de cuentas confío mas en él— señaló al chico dirigiéndole una sonrisa tierna y una mirada amorosa, se notaba que eran una familia feliz y unida, el alcalde los envidiaba— que en ti — le dirigió una mirada cargada de asco, así que tu decides

Luzu lo entendió en ese momento, no iba a ser tan fácil recuperar lo que por derecho creía que era suyo



Hola, no suelo avisar cosas pero esto me pareció importante decirlo, intentaré terminar de escribir esto antes de que terminen mis vacaciones (exactamente en una semana martes 8) sino me veré en la terrible obligación de abandonarlos un semestre.
Disfruten y voy a intentar seguir teniendo actualizaciones diarias.

¿Es mi hijo? [Luckity]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora