XIV

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" Das un paso a la ves, yo odservandote estaré, por que contigo bailare "

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El doncel tenía curiosidad por su paradero del día de hoy, o más bien noche, el sol se empezaba a ocultar dando vista de un cielo entre naranja y azul oscuro, una combinación que a los ojos de el, era perfecta. No podía esperar para salir pero tenía que ser paciente, ya que el azabache se estaba arreglando al igual que el.

Esta noche vestiría algo diferente a lo que suele tener, llevaba una camisa parecida a la que trae siempre solo que con pequeños detalles naranjas en los volantes, un chaleco de color entre rojo y anaranjado con detalles más oscuros en forma de flores, los pantalones eran igual de blancos que la camisa y unas botas marrón claro hasta las rodillas.

Sepillo su cabello cabello para es estubiera liso y poder atarlo ucon un pequeño lazo para que hiciera juego.

-Enserió le tendré que pagar mucho - murmuró bajo, miro a su alrededor para ver si no estaba el azabache, no quería otro susto.

Dio un pequeño suspiro para calmarse un poco, aún seguía sin creer que saldría con el poeta de noche, ¿Qué harán esta ves? Estos días le a preguntado de todos sus gustos, como la música, pintar, bailar, leer, comida, ect. Simplemente no podía pensar en algo conciso.

-Te ves bastante bien.

Al voltear se topó con el poeta, vestía con una camisa igual a la suya pero de color negro, su chaleco con detalles claros en forma de huesos, su pantalón oscuro junto con botas no muy largas pero hacían juego con lo demás, su típico sombrero y anillo en su lugar, se estaba acomodando su capa con cuidado y como su propia cola se enrolla un su cintura.

-Pues tu tampoco te ves mal - fue lo único qué se ocurrió.

El azabache solo río un poco, Phillip estaba curioso en ese momento, el azabache tenía un bolso donde guardo algo que le llamó la atención del doncel.

-¿Y ya nos vamos Missa? - se acerco al nombrado.

-Si ya tiene todo, entonces si majestad.

-Pues no me hace falta nada... ¡Vamos!

Phillip salió apresurado de la casa, iba a empezar a caminar pero ni el sabia a donde irian esta ves, a lo que espero al azabache, este estaba cerrando la puerta, no quiere otro robo.

-¿Ahora si nos vamos? - ladeo la cabeza.

-Bien, ahora si nos vamos.

Ambos empezaron a caminar por las calles que eran iluminadas por la poca luz del atardecer, Phillip miraba su alrededor, notaba el cambio ya que no era mucha la gente que seguía fuera de sus hogares, los puestos ya no estaban y la mayoría de locales cerraban sus puertas. Pero ellos solo caminaban en silencio, al ver a su acompañante, este solo parecía estar alerta en casi todo momento pero la realidad era otra, este buscaba un lugar en específico.

Siguieron haci hasta llegar a una taberna, se hacía llamar "Las doce campanas".

-Es aquí - abrío la puerta y dejo que el doncel pasara primero.

Al entrar se asombro, había demasiada gente en el lugar, unos vestían ropa más casual mientras que otros vestían más elegantes, un lugar lleno de luces y personas que convivían entre sí como si nada, era algo increíble. Missa tomó la mano del menor y lo guió a la barra de bebidas para tomar asiento en el lugar.

-¿Desean algo en especial? - su acento delataba que no era de por aquí.

-Por ahora estamos bien haci - tomo la pregunta el poeta - Gracias Lana.

𝘗𝘰𝘦𝘮𝘢𝘴 𝘥𝘦 𝘶𝘯 𝘱𝘭𝘦𝘣𝘦𝘺𝘰 / Mr.Phissa / Mpreg AU.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora