XXVI

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" Uno puede cambiar para que lo lleves a aceptar pero el corazón y la mente no olvidarán por más que lo desearas "

《 ♔ 》

Phillip solo miraba su comida mientras su mente estaba en las nubes, procesando todo lo ocurrido deste el día de ayer, todo era bastante extraño y no dejaba eso de lado, su padre no lo a matado y lo llama hijo al igual que su madre, sus hermanos incluso le sonrieron y abrazaron.

Si, algo estaba mal.

Solo en sus anteriores sueños era una relación haci, ahora que es real era incómodo a más no poder y era de esperar, tenía que escapar con el azabache lo más pronto posible, estaba seguro de que todo era un plan para que cuando baje la guardia lo acuchillaran por la espalda.

—Hijo - escucho a su padre - No has tocado tu comida.

—¿He? - lo miro un segundo para desviar su vista rápidamente - Una disculpa majestad.

—Feipe no es necesario que le digas haci - era su madre.

Solo asintió y comió en silencio, no quería hablar realmente con ellos.

—Sabes que no hay que ser formal con tu propio padre - hablo el hombre - ... Ante nadie a decir verdad, no eres un plebeyo.

Plebeyo, esa palabra resonó en su cabeza por un buen momento.

—Mejor cuentanos algo querido, ¿alguna novedad en tu mente que quieras compartir?

—No hay ninguna novedad Majestad.

El rey rendido y respetando al doncel decidió hablar con él resto de la familia, Phillip solo escuchaba la conversación mientras que comia de a poco su desayuno, no miraba al resto por estar acostumbrado a ello y comia en demaciado silencio como para que apenas se escuche los cubiertos, no por nada solía robar comida por las noches y comer a escondidas cuando era castigado.

Apenas terminar de comer se paro tomó, su plato junto con los cubiertos y el vaso.

—Gracias por la comida - hizo una reverencia y se dio la vuelta.

—¿A donde vas?

—Voy a lavar mis trastes majestad, me retiro.

Sin más se retiro y hizo lo dicho, se seco las manos y camino directo a su habitación.

—'Solo empacare mi ropa y algunas pinturas' - pensó - 'Bueno, también mis pinceles... ¿Pero cuales?'

—Felipe, tengo que hablar contigo - era nuevamente su padre.

—¿Pasa algo majestad? - se dio la vuelta para verle.

—Solo acompáñame - empezó a caminar.

El doncel siguió al soberano, mentiría si dijiera que estaba tranquilo ya que por dentro moría de miedo y nervios, ya se veía muerto, tieso, calcinado.

Terminaron en el jardín real, este se veía con más vida, más color, nuevas flores estaban plantadas y al parecer muy bien cuidadas.

—Sabes Felipe - miro a su hijo - Nunca me hablaste sobre tu pasión por el arte, eres muy talentoso.

—Supongo que lo olvidé su majestad... mil disculpas.

—Hijo mio, no tienes que ser formal... no eres un plebeyo del montón, tu formas parte de la realeza - sonrió.

𝘗𝘰𝘦𝘮𝘢𝘴 𝘥𝘦 𝘶𝘯 𝘱𝘭𝘦𝘣𝘦𝘺𝘰 / Mr.Phissa / Mpreg AU.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora