𝘗𝘰𝘦𝘮𝘢𝘴 𝘥𝘦 𝘶𝘯 𝘱𝘭𝘦𝘣𝘦𝘺𝘰 / Mr.Phissa / Mpreg AU.

XXIII

" Un corazón roto es doloroso, más que nunca es tormentoso, un dolor en su alma destrozo "

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El día era de esperar ser aburrido para la mayoría de todos, menos para el trío de hermanos en ese momento pues habían planeado todo un plan para que el alado confesara su amor a una persona.

Una joven de cabello risado y castaño corto pero hermoso, ojos totalmente blancos que pocos habian visto ya que son cubiertos un velo negro, alto de tes clara y delgado, siempre llevando un uniforme diferente al resto por su apariencia tan fina.

Su nombre es Eret Alastair.

El menor de los hermanos estaba más embobado que una polilla ante las lámparas, podía estar todo el día hablando de él ya que eran cercanos y ambos disfrutan la compañia del otro, pero como siempre había un problema.

Eret castaño era un príncipe y Quackity un simple plebeyo más del montón.

Para el era una misión imposible llegar a tener el corazón del príncipe, solo de mirarlo y el como se aleja era un golpe duro para el, pero esta ves tenía un plan junto a sus hermanas.

—¡Solo ve y dile lo que sientes wey! - Liza arrastraba al pato.

—No es tan fácil - se resistía de ir.

—Mira, Polli se encargará de entretener a su guardia para que lo hables.

—Pero mejor vamos por un chocolate y un panecillo ¿no? - se trato de safar pero fue en vano.

—Mira pinché gallina pintada o te atmas de coraje o de vuelves un cobarde.

—Poético - dijo la azabache.

—¡Literalmente eres mi gemela! - se defendió.

—Soy tu cuata y media hermana haci que cierra el pico - se descuido un poco y se le escapo el pato.

El chico sabía de pies a cabeza que contaba con el apollo de sus hermanas y si su hermano estubiera le arrancaría la cabeza al oji blanco ya que es muy protector. Pero en ese momento solo quería que la tierra lo tratara para que no se enfrentará a sus emociones.

Por otro lado.

Eret miraba de reojo al alado junto a sus hermanas, le parecia algo divertido de ver tal escena que el trío armaba pero poco le importaba, solo miraba al alado de lejos, pese a no aparentar ser bueno era demasiado educado, cortes, atento, enérgico, lleno de curiosidad y eso le llevó a dejar que entrera a su corazón.

—¿No hablaras con el? - pregunto su guardia.

—¿Dijiste algo Foolish? - no le presto atención.

Foolish era un ser mágico, un tótem dorado con ojos de esmeralda, partes de un tiburón blanco resaltaban por su cuerpo, era como su hermano y este era consiente de los sentimientos del castaño al pato.

—Ya me harte de estar escuchando cada mañana sobre Quackity esto, Quackity lo otro, Quackity no se que, Quackity no se cuanto - lo tomó por los hombros - Solo dile.

—No es tan fácil - trato de safarse.

—Tengo una idea, yo distraigo a sus hermanas y tu vas a invitarlo a salir.

—¿No sería mejor ir a desayunar? - trataba de salir del tema.

—. . . Quédate aquí.

El totem se marchó dejando al castaño con dudas, Foolish fue directo con las hermanas del alado con la excusa de que tenía que buscar algo y ellas sabían donde quedaban, ambas también aprovecharon para dejar al pato solo y dijiera lo que quería.

—Yo... - estaba nervioso, se notaba en su cola.

—¿Pasa algo Quackity? - ladeo la cabeza.

Las palabras eran un nudo en su garganta y un candado en su boca que le impedía decir algo, apenas podía creer que estaba frente a elle.

—Qu-queria saber si t-tu... Tu quiere-

—¿Te parece si mañana vamos a comer algo? - alzó un poco su velo para verlo.

El chico estaba rojo como un tomate y hirviendo como el agua en la fogata, le tomo la iniciativa.

—Me parecer bien - por fin dijo algo bien.

Ninguno apartaba la mirada del otro, era un echizo ante los demás pero poco les importaba a esos jóvenes, pues solo con la simple presencia del otro.

El el fondo se veía a las chicas peleando a golpes con el totem el cual sufría en el piso.

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Pinché amor, no tengo a badie y yo aquí escribiendo :>