" El miedo de perder a alguien es una maldición, es un sentimiento que hace perder el control de tu emoción "
《 ♔ 》
Phillip recoria nuevamente los pasillos del castillo pero con una ropa más cómoda, osea, la que suele usar y sin la corona molesta ya que le pica la cabeza.
Solo se dedicaba a ver el lugar con calma pero fue interrumpida por las pisadas de los guardias y también forcejeos de alguien, decidió esconderse dentro de la sala del tronó, donde al parecer llevaban a una persona.
No podía verle la cara ya que un saco cubría su rostro pero aun haci podía ver que estaba nervioso por sus fuertes forcejeos y su cola inquieta, la cola de un demonio, eran forcejeos de esa persona, llevando en su cuello una cadena atada a este, atado de manos y pies golpeados al igual que su cuerpo ya que solo llevaba sus pantalones lo cual le extraño, realmente estaba nervioso y más al ver como su padre entraba con ira.
Azotó las puertas del salón y su paso era tanto firme como fuerte, de cariz baja y maldad en su mirada, apenas se sentó en el trozo los guardias de arrodillaron ante el, azotando al pobre demonio contra el suelo.
-'Puta madre weon' - pensó - 'Necesito salir de aquí'.
No sabía como salir de ese lugar y realmente no podía ya que solo había una puerta y solo podía salir por esa misma.
-Quitenle el saco a la bestia - ordenó el soberano.
Y tal como fue la orden, le quitaron el saco y la cadena del cuello al demonio, se trataba del mismo chico que fue por el reclamo del trabajo, Phillip realmente no sabia lo que pasaba, ¿Ladrón? ¿Asesino? ¿Traidor? Lo último que se imagino era que ese demonio fuera un simple granjero.
-¿Se puede saber el por qué regresaste? - jugaba con los anillos en sus dedos.
-M-Majestad... Se que d-dijo que no vol-volviera pero realmente la gente del campo ne-necesita el dinero...
-¿Y por qué tengo que creer en tu palabra? - hizo una seña.
Phillip no entendía nada, ¿Por qué lo trataba haci? Miraba con atención y miedo aquel momento, el pobre chico estaba aterrado como si de él mismo diablo se tratara.
-Majestad le ruego que me crea... no quiero problemas enserió - suplico lleno de lagrimas - Solo quiero que mi gente sobreviva...
Era demasiado para el doncel, un pobre chico arrodillado y suplicando por su gente era de apiadarse, tenía un poco esperanza de que el rey le dejase en paz... pero lamentablemente no fue la realidad.
Su padre lo miraba con repudio, con asco, con ira, el realmente no quería a ningún demonio en sus aposentos y por ello se encargará de eso.
-Como ya sabes hay un precio a pagar... - le fueron entregados los guantes de cuero - ¿Verdad?
La cara del chico no tenía descripción, una mirada que parecía ver su vida entera en segundos, su cuerpo tratar de safarse de las cuerdas pese a rasparse, empezando a inperventilarse cada ves más que el rey se acercaba al el, le fue entregada la misma cadena que el demonio tenía atada a su cuello con anterioridad, pero esta ves en un rojo vivo como el infierno.
La esena fue marcada como si de un flechazo a su cabeza se tratara.
El rey enroscaba la cadena sobre el cuerpo del chico, deste el abdomen hasta el cuello con rapidez para que cuando estubiera envuelta en el, apretarla contra su piel y pese a ello seguía en vivo rojo, la piel siendo quemada a carbonizada de a poco, el desgarrador, estruendoso y tenebroso grito del chico que recorría sus oídos.
-Las plagas como tu deberían ser exterminadas - susurro al oído del chico.
Con un poco de la cadena la coloco sobre sus párpados lo cual era un enorme dolor, la cadena caliente que quemaba su piel casi como si de tela fina se tratara, el fuego del infierno era presente en el pobre demonio que agonizaba hasta romper sus cuerdas vocales, su piel con rojo, negro en algunas partes de sus brazos y espalda, llegando a ver un poco de los huesos de sus brazos junto con sangre goteando de a poco sobre la piel calcinada de negro como el carbón, su cara quemada como si fuera un bosque.
El cuerpo del chico callo al suelo derrocado, un guardia le tomó el pulso.
-Sigue vivo Majestad - hablo.
-Entonces llevenlo afuera del castillo - ordenó - No me importa si los perros solo comen, seria un bien pata ellos y para mi.
Solo fue cubierto por el saco y fue arrastrado hasta la salida del palacio, su consejero entró en la sala casi después de que se llevarán al demonio.
-Señor, los reyes de Caernarfon-
-Bien, yo mismo hablo con ellos - se paro y se retiro del lugar.
Phillip estaba aterrado, tapando su vica con fuerza tanto para no llorar como vómitar de él revuelo de su cabeza, sus ojos más abiertos que nunca y su respiración era demasiado descontrolada, sudando frio y miedo en todo su cuerpo.
-'Es un mounstro... no tendrian que venir' - pensó - 'No puede llegar otro demo-' ... Missael...
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¿Le damos cuello?
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𝘗𝘰𝘦𝘮𝘢𝘴 𝘥𝘦 𝘶𝘯 𝘱𝘭𝘦𝘣𝘦𝘺𝘰 / Mr.Phissa / Mpreg AU.
FantasyFelipe, conocido como Phillip es un joven doncel y el segundo hijo de la familia real del reino de Phiwerin, en uno de sus varios intentos de escapar de su hogar llega a la biblioteca del palacio, lo cual hizo que la curiosidad le ganará y empezará...