Enamorándome de mi bully ⟦ Luckity ⟧

Capítulo XXXVII - No puedes ordenarme

Advertencia: Acoso sexual y sangre.

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-¿Qué fue lo que te pasó?...- intentó acercarse a su padre, pero este retrocedió.

-No finjas ahora.- lo miro desde arriba. –No te metas en lo que no te importa.-

-Solo intento ser amable.- lo miro mal, terminó por alejarse y cruzarse de brazos. –Es raro verte así, es todo.- lo miro por un segundo antes de comenzar a caminar.-

-Es es ¡lárgate!- le gritó mientras observaba cómo se alejaba. El menor suspiro pesadamente mientras caminaba, odiaba a su padre, lo odiaba demasiado.

-"Aun así..."- se detuvo en seco. -"¿Qué habrá hecho ahora como para que lo hayan golpeado así?"- pensó. "La última vez que lo vi así fue hace años, cuando se endeudo y no quiso pagar..."- miles de dudas llegaron a su mente, pero lastimosamente ninguna obtuvo respuesta. Estaba tan metido en sus pensamientos que no se percató de lo que estaba pasando a unos metros de él.

-¡Aléjate de él!- ese grito provocó que se saliera de sus pensamientos, tuvo un mal presentimiento, mismo que lo obligó a comenzar a correr a la dirección de donde venía aquel grito. Encontrándose así con una horrible escena.

-¿Y si no lo hago, que?- Quackity se encontraba forzando al pobre de Spreen casi parecía que quería darle un beso, todo ante la mirada atónita de Juan quien gritaba desesperado que lo soltara. -A ver cabrón...- lo dejó caer en el piso, el pobre híbrido oso estaba como en shock, no tanto por el trauma de querer ser acosado, ya que podía defenderse sin más, solo que esta vez se trataba de Quackity, el tierno niño que todos conocían. -¿Quien demonios te crees como para darme órdenes?- se acercó peligrosamente al de anteojos quien solo atinó a retroceder por miedo y más al notar la altura de este.

-Y-Yo...- trago grueso al ver como este lo acorralaba, terminó por bajar la mirada.

-Eres muy bonito también.- lo tomó del mentón, obligándolo a verlo. -¿Te lo habían dicho?-

-P-Por favor...- miro a su novio, quien aún se encontraba en el suelo. -Spreen...- comenzaron a brotar lágrimas de sus ojos.

-Pero no llores, cariño...- se acercó a su rostro y así lamer aquellas lágrimas que desbordaban de sus mejillas. -No voy a hacerte nada... Nada que no vayas a disfrutar.- sonrió de lado antes de comenzar a acercarse a sus labios.

-N-No...- este cerró fuertemente sus ojos, esperando aquel contacto. El híbrido pato sonrió malévolo, estaba por soltarlo pero justo sintió como alguien lo empujaba fuertemente, haciendo que casi cayera al piso.

-¡¿Pero qué mierda te pasa Alexis?!- se trataba de Luzu, este apenas había reaccionado. El menor lo miró enojado, pero al ver la expresión que tenía el oji rubí algo despertó dentro de él. Luzu tenía su mirada llena de celos, mismos que recorrían todo su cuerpo, respiraba pesadamente debido a todo lo que sentía, pero sobre todo estaba enojado, enojado por las acciones del menor.

-La pregunta aquí es...- se acercó hasta él, fue cuando el castaño se percató de la altura que tenía este. -¿Tu quien mierda te crees?-

Juan aprovechó que estaba distraído, ayudó a Spreen a levantarse y se lo llevó lejos de ahí, esto ayudó mucho a que Luzu se sintiera aliviado por ellos, pero ahora se sentía angustiado por lo que pudiese pasar a continuación.