Capítulo LIX - Graduación (Cuarta parte)

925 103 144
                                    

A pesar del cansancio, Quackity siguió corriendo con todas sus fuerzas, intentando encontrar a Luzu antes que Jschlatt, tenía miedo de todo lo que podría hacerle este con tal de que el pato fuera solo para él, finalmente el plan era matara Luzu a penas se alejara de ellos, sin embargo nadie contaba con que el oji rubí sería capaz de arriesgar su vida con tal de volver a ver a su pequeño pato.

-¿En dónde estarás?...- hablaba entrecortadamente, el hecho de haberse transformado de la nada lo había cansado de sobremanera. Todo su cuerpo dolía de una manera inigualable, sin embargo el amor por Luzu era mucho más fuerte como para poder ignorar todo esto, al menos en su mayoría. Sabía que si seguía buscando, en algún momento podría encontrarse con su querido castaño, a pesar de no conocer esta parte de la ciudad.

El tiempo seguía corriendo y aún no tenía éxito, lentamente estaba perdiendo las esperanzas, además de que su cuerpo cada segundo se volvía cada vez más lento hasta el grado de no poder respirar bien. Arrastraba los pies, sentía como sus ojos querían cerrarse, pero esto no lo iba a detener, al menos no ahora.

-"No voy a descansar hasta encontrarte"- pensó sin detener su camino. -"¡La esperanza es lo último que muere!"- estaba tan sumido en sus pensamientos que no se percató de que había llamado la atención de alguien, quien al notarlo comenzó a seguirlo sigilosamente. -"¿No es así?"- fue cuando pasó por un pasillo, mismo en donde se había ocultado aquella persona, quien apenas tuvo la oportunidad jalo bruscamente al menor, tapando su boca mientras que con su otro brazo lo aprisionaba por la cintura, dejándolo inmóvil. -¡¿Mhm?!- el pobre híbrido pato apenas y había podido reaccionar, comenzó a luchar con todas sus fuerzas, sin embargo le era inútil, estaba muy cansado como para hacerlo, esta vez estaba nuevamente a la merced de alguien desconocido... O eso era lo que creía. Había alzado la mirada para mirar a su depredador, solo para llevarse una gran sorpresa, quedándose callado por la impresión que este le había dado.

-Mi Quacks...- susurro a medida que quitaba la mano de su boca, girándolo para poder abrazarlo protectoramente. -Mi pequeño Quacks...-

-L-Lusu...- por fin había encontrado a su prometido, o mejor dicho lo habían encontrado. Terminó por dejarse caer en sus brazos, aferrándose a él mientras las amargas lágrimas comenzaban a rodar por sus mejillas. -M-Mi Lusu...- sollozaba apegado en su pecho. -Pensé q-que no volvería a v-verte...-

El mayor solo se dedicaba a abrazarlo, mientras de igual forma las lágrimas comenzaban a invadirlo, quedándose en esa posición por varios segundos, intentando calmarse mutuamente antes de volver a la realidad.

-Vamos, Quacks... A-Aquí no es seguro...- susurro antes de separarse y entrelazar su mano libre con la del mencionado, comenzando a caminar.

Quackity asintió y decidió seguirlo de cerca, siendo guiado hasta el estacionamiento de un hotel abandonado, caminando hasta un lugar escondido del mismo. Al sentirse seguros por fin volvieron a verse, solo para encontrarse con varias sorpresas.

-L-Lusu...- este se encontraba más golpeado, tenía moretones en partes de su rostro, partes de su ropa estaban rotas, además de que parecía que tenía una enorme herida en su estómago, debido a la sangre que se comenzaba a notar en su ropa. -Mi amor, debemos ir al hospital...- lo miro preocupado.

Sin embargo el mayor no respondió nada, a decir verdad todo el dolor que estaba sintiendo cesó cuando noto la mordida que el menor tenía en su clavícula y cuello, los cuales ya se estaban poniendo moradas debido a la intensidad de la mordida. Terminó por desabrochar un botón de su camisa para poder ver la marca de la clavícula mejor.

-Lusu...-

-¿Él... te lastimó mucho?- pregunto con temor en su voz, dedicándole una mirada triste, pensando que quizás aquel hombre ya hubiera poseído a su pobre pato. -Y-Yo... Lo lamento.- empezó a llorar con impotencia, abrazándolo delicadamente mientras comenzaba a sollozar. -D-Debí ser más fuerte... Maldita sea, me odio, me odio por esto...- se separó lentamente de él, tomando su rostro entre sus manos para poder verlo. -Mi patito...- acariciando delicadamente sus mejillas. -D-De verdad lo siento...- apoyó suavemente su frente con la de él, comenzando a susurrar varias veces "Lo siento" sin dejar que el menor se explicase.

Enamorándome de mi bully ⟦ Luckity ⟧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora