¿Imaginaron alguna vez enamorarse de la persona más detestable del mundo? Pues así le pasó a Quackity, quien a pesar de temerle, terminó rendido ante los "encantos" del mayor.
Aclaraciones:
-Se shipean cubitos.
-Karmaland AU.
-Se ambienta en Karmala...
Luzu colgó el teléfono mientras se sentaba en su cama, sin embargo su semblante había cambiado, se veía hasta cierto punto molesto. Apretaba el celular con cierto enojo, su respiración comenzó a hacerse más pesada mientras su mirada se apagaba; tenía un semblante tan serio que daba escalofríos.
Sin embargo toda esa furia desapareció al sentir como unos brazos lo rodeaban por su cuello, provocando que el brillo de sus ojos volviera, mientras que una hermosa sonrisa se dibujaba en su rostro.
-Muy buenos días, patito.- susurro a medida que giraba su rostro para poder verlo.
-Buenos días, Lusu...- alargo esta última palabra antes de depositar un corto beso en los labios de su novio.
-¿Dormiste bien?- hablo a medida que se separaba de aquel abrazo, girando y asi poder abrazarlo bien. El menor solo asintió mientras volvía abrazarlo por el cuello, recargando su frente con la del mayor. -Eres tan tierno...-
-Cállate...- le susurro antes de ocultar su rostro en su cuello.
-Si, si...- se burló un poco. -¿Te parece si tomamos una ducha rápida? Hoy tenemos mucho por delante...- el menor solo asintió.
-Pero ¿Puedes cargarme?... No tengo mucha fuerza hoy- confesó con un poco de vergüenza.
-Claro que sí patito...- sin más lo tomó delicadamente en sus brazos para después llevarlo a su destino.
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A pesar de que el mayor había dicho "ducha rápida" se había tomado su tiempo para bañar al menor, tomándolo tan delicadamente, casi como si se pudiera romper.
-Eres un tonto...- susurro a medida que dejaba que el mayor lo secara.
-Pero soy tu tonto.- rio un poco antes de secarse el también, dejar la toalla y volver a cargar al menor para llevarlo a la cama. -Hum... Espera.- terminó por sentarlo en una silla para después cambiar las sábanas, finalmente había sido una buena noche.
-Siento que estás algo apurado...- pregunto mientras se secaba su cabello. -¿Pasó algo?...- el mayor se quedó callado, terminó por tender su cama antes de volverse a acercar al menor.
-A decir verdad...- hablo a medida que tomaba sus manos, provocando que el menor se tensara y es que el ver el semblante serio del mayor a veces llegaba a causarle escalofríos. -Yo-...- sin embargo no pudo escuchar su confesión, ya que el timbre había comenzado a sonar. -Maldita sea...- terminó por vestirse rápidamente, poniéndose aquel traje que tanto le gustaba al menor.
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