Enamorándome de mi bully ⟦ Luckity ⟧

Capítulo LIX - Graduación (Tercera parte)

Después de esa triste despedida, Quackity había sido llevado al lujoso apartamento del híbrido de cabra, para por fin tener su primer encuentro antes de volar a otra ciudad. A pesar de que no habían entablado conversación alguna, desde el primer momento a solas Jschlatt quiso acariciarlo e incluso besarlo sin preguntarle. Sin embargo el menor le ponía la excusa de que estaba sucio y que por lo menos le diera el privilegio de estar limpio para él, causando así cierta satisfacción en el moreno.

-Bien.- hablo mientras abría la puerta de su baño, dejando a la vista el buen gusto que este tenía. -Puedes tomar una leve ducha, perfecta para quitar toda la maldita esencia de aquel hombre de tu precioso cuerpo...- habló morbosamente a medida que susurraba en su oído, haciendo que el pobre híbrido pato se estremeciera debido a todo el miedo que este aún causaba en él, mirando solo al suelo sin poder moverse. -Por cierto.- lo tomó fuertemente del mentón, obligándolo a que le viera a los ojos. -Tengo varios hombres cuidando este edificio, siendo imposible que te vean y que te traigan de nuevo a mi... Así que, si me entero que tuviste la estúpida idea de intentar escapar, te prometo...- se acercó a él, quedando a centímetros de sus labios. -Que no tendré piedad al hacerte mío.-

Al pobre Quackity se le salieron las lágrimas, el tenerlo de nuevo tan cerca le había provocado sentir mucho más miedo del que ya tenía antes, ya que apenas cayó en cuenta de que esta vez, por mucho que suplicara y rogara no tenía escapatoria, esta vez de verdad tendría que entregarse en cuerpo y alma al causante de todos sus traumas.

-¿Quedó claro?- gruño al no escuchar respuesta del menor.

-Si...- susurro mientras intentaba retener su llanto.

-Bien.- terminó por soltarlo antes de dejar una bolsa encima del lavabo. -Cuando salgas, quiero que uses esto.- sin esperar a que respondiera, este salió del baño, azotando la puerta.

Al estar solo por fin pudo dejarse envolver en todo su sentir, terminando así por caer de rodillas al suelo mientras comenzaba a sollozar amargamente, lo más silencioso que podía, finalmente no quería que el otro le escuchara.

-Todo es por mi Lusu...- susurro mientras seguía sollozando. -Al final, todo valdrá la pena por el...-

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Después de tener un largo baño, mentalizándose para lo que sucedería después, comenzó a secarse mientras se miraba en el espejo, notando así lo hinchados que estaban sus ojos, debido a todo el llanto que aún perduraba y quería salir de su interior, pero ya no había tiempo para ello, esta vez debía enfocarse en lo que le esperaba.

-Maldito asqueroso...- susurro al ver la ropa que le había dejado, siendo esta una lencería, parecía que era un tipo de bikini de encaje rosa, no dejando nada a la imaginación. -Me encantaba tanto vestirme así para Lusu, y ahora no puedo sentir mas que asco al verla...- nuevamente su corazón se quebró, el volver mencionar a su querido Luzu le había provocado un vacío en su interior, un vacío que jamás podría ser llenado por nadie que no fuera su querido castaño. -Maldita sea...- susurró mientras cubría su rostro con sus manos, lágrimas comenzaron a brotar mientras intentaba calmarse, lo único que quería era despertar de esta horrible pesadilla... Pero tristemente era la realidad.

Suspiró profundamente antes de bajar sus manos, observándose en el espejo antes de lavar su rostro, eliminando cualquiera rastro de lágrimas de su ser, escondiendo sus hermosas alas, ya que se había propuesto el jamás dejar que Jschlatt las tocaría.

-Es ahora o nunca...- sin esperar más comenzó a vestirse con aquella ropa que el moreno había escogido para él, sintiéndose cada vez más mal con todo lo que llevaba puesto. Por ello optó por ponerse una bata de baño, que a pesar de ser corta podría cubrir perfectamente toda su ropa. -Dame fuerzas, Lusu...- susurro mientras miraba el anillo de compromiso, dándole un leve beso antes de por fin decidirse a salir.