•Capítulo 6•

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•Karim•

Sabía que Agatha no me amaba, que me despreciaba, que por si ella fuera nunca se hubiese casado conmigo de no ser por todas las deudas que sus padres tenían, pero, aun sabiendo todo eso, yo mismo me creé la ilusión y lo único que me ha traído esta vida que a fuerza quise forjar a su lado ha sido dolor, tristeza y decepción. Si no quería permanecer a mi lado, ¿por qué no me lo dijo desde un principio? Con dolor en el alma, la hubiera dejado ser libre en cuanto sus negocios volvieron a alzarse con fuerza, porque antes de mi felicidad, estaría siempre la de ella.

No me ama, pero tampoco se aleja de mí ni me pide el divorcio, por lo que no entiendo por qué contratar a una chica para que haga todas esas cosas que le pidió a Noa. No entiendo por qué sigue aquí, si yo jamás la he retenido.

Debe haber una razón por la que no se ha ido de mi lado. Siempre creí que muy en el fondo de sí, sí me amaba y le costaba aceptar sus sentimientos hacia mí, pero ahora ya no sé qué pensar de ella. No sé lo que está tramando con todo esto. ¿Qué es lo que quiere exactamente de mí, si yo ya se lo he dado todo y, aun así, no es feliz a mi lado? ¿Qué más puede arrebatarme? Le entregué incluso hasta mi dignidad y no ha hecho más que pasar por encima de ella como si nada.

Con un dolor indescriptible en el pecho y un enorme nudo en la garganta, cerré la carpeta y fui en busca de Noa. Necesito respuestas y ella es la única que me las puede dar en este momento, porque encarar a Agatha, solo la pondría en sobre aviso, pero no había rastro de ella por ninguna parte cercana de la casa.

No tengo más opción que dar con su dirección e ir hasta su casa. Supongo que esto era a lo que se refería con que no podía trabajar más aquí. He de confesar que me sorprende que no haya aceptado este "trabajo" como lo determinó Agatha, viendo que le prometió bastante dinero, una casa y vivir de maravilla por el resto de su vida, incluyendo lo de su abuelo.

Debería sorprenderme lo que ha hecho la mujer que amo, pero realmente no la hace. Es más, hace años esperaba que llegara el momento en el que quisiera deshacerse de mí. Podré amarla ciegamente, tener esperanzas de una familia y un amor bonito junto a ella, pero cada persona, por más buena y soñadora que sea, tiene un límite; y ella está rebasando el mío. Si quiere ser libre, que me lo diga de frente y, por más doloroso que sea, la dejaré tomar el camino que quiera, pero este tipo de juegos solo me confirman que está en búsqueda de algo más. Y ese algo más lo voy a descubrir.

***

Me mantuve en silencio durante la cena, pensando en la poca vergüenza que esta mujer tiene. ¿Cómo puede actuar como si nada? ¿Cómo es que está tan tranquila? Lo que más rabia me da, es que la ame tanto y todavía, a pesar de que es una descarada, desee tenerla conmigo.

¿Por qué tuve que enamorarme de ella? Habiendo tantas mujeres en este mundo, me enceguecí con Agatha y no soy capaz de ver más allá de ella. No veo una vida si no es a su lado. Quisiera dejar de sentir todo esto, pero es lo único que conozco, lo único que he vivido...

—¿Y Noa? No la he visto por aquí —se limpió la comisura de sus labios con el pañuelo antes de dejarlo sobre la mesa—. ¿Dónde está?

—Tampoco la he visto —respondí secamente y me miró brevemente—. Quizás está realizando sus labores.

—Supongo —se levantó de la mesa—. Si te la encuentras por ahí, dile que la espero en mi oficina.

—Le diré.

La vi marcharse del comedor y solté un profundo suspiro, tratando de encontrar en mi mente un plan que la haga decirme sus verdaderas intenciones conmigo. Debí haberle hecho caso a mis padres desde hace mucho, cuando me advirtieron que Agatha no era la indicada para mí, pero ya no hago nada al lamentarme, si yo mismo me eché la soga al cuello sabiendo que algún día podría llegar a quitarme la vida con ella.

***

La noche fue larga y tortuosa. Mi mente y mi corazón se debatieron como de costumbre; uno tratando de hacer entrar en razón al otro. La observé mientras dormía y me pregunté por qué una mujer tan bella era tan fría, es como si no guardara ningún tipo de sentimientos por dentro.

—¿Tan difícil es que me ames? —susurré, conteniendo las ganas de acariciar su mejilla y sus suaves labios.

Me levanté de la cama a la fuerza, alejándome de ella y de ese poder sobrenatural que posee y que con su solo presencia ejerce en mí. Cada vez que está cerca de mí, no logro pensar correctamente y no hago más que cometer estupideces, que solo me lastiman a mí mismo. Esta vez mi corazón está empezando a escuchar lo que mi razón lleva diciéndole desde hace mucho tiempo y no había querido prestar atención.

Anoche, antes de recogerme en la cama, pude escabullirme a la oficina de Agatha y encontré la dirección de la casa de Noa, por lo que, apenas me acicalé y me tomé mi taza de café habitual, salí sin que mi esposa se diera cuenta. Parece que su plan no le salió como lo tenía pensado, pues me preguntó varias veces por Noa y su paradero, a lo que le respondí que no la había visto desde la mañana.

La casa de Noa quedaba al otro lado de la ciudad, en una zona bastante olvidada y de apariencia peligrosa. Su cosa contaba con solo un piso, pero había un jardín delantero que dejaba ver que allí antes se podían apreciar bellas flores, solo que en el ahora, se encontraba en el olvido y con un vasto pastizal.

Toqué su puerta por largos minutos, pero nadie salía a abrirme. Por lo que recuerdo que mencionó, solo vive con su abuelo, ya que su hermano se encuentra en el exterior. ¿Es posible que su abuelo esté internado en algún hospital?

Cuando pensé que ya nadie saldría, la puerta se abrió lentamente, dejándome ver a un hombre mayor que se le dificultaba movilizarse. Su caminar era lento y sus ojos trataban de distinguir la persona frente a sí.

—¿Noa? —inquirió, palpando con sus manos el marco de la puerta para bajar el escalón—. Cariño, ¿eres tú?

—Buenos días. Soy Karim Leroy, el jefe de Noa, su nieta, ¿Ella se encuentra?

—Se fue a vivir a su casa, bueno, eso fue lo que me dijo antes de marcharse. Que movilizarse todos los días de aquí a su casa no sería sencillo, por lo que su esposa le propuso vivir allí con ustedes.

Todo lo tenía fríamente calculado, ¿eh?

—Sí, ella está viviendo en mi casa —fruncí el ceño—. Me dice que no ha venido, ¿verdad?

—Correcto, no ha venido —su confirmación me preocupó, pues ella salió ayer de la casa—. ¿Le pasó algo a mi niña?

—No, no señor —miré de reojo el interior de su casa y fruncí el ceño—. Vine a llevarlo conmigo a un mejor lugar, donde lo puedan atender y esté en vigilancia permanente mientras Noa se encuentre fuera de aquí. No es adecuado que permanezca aquí solo en casa.

—Pero esta es mi casa y Margarita me trae comida. Siempre está pendiente de mí.

—Lo entiendo, pero le aseguro que será temporal.

—Está bien, está bien —aceptó sin problema alguno—. Siempre y cuando esté cerca de mi niña, puedo sobrevivir un tiempo fuera de casa.

—Déjeme ayudarle a hacer sus maletas.

Le envié un mensaje rápido a mi padre, pidiéndole que nos reuniremos lo más pronto posible, al igual que le pedí que llamara a su hombre de confianza. No es normal que Noa haya desaparecido, justamente cuando decidió no seguir el plan de Agatha y saliera ayer de la casa.

¿Agatha tendrá algo que ver con su repentina desaparición? Espero que no, porque de ser así, no sabría cómo hacerle frente. Esto ya no es un simple juego. Además, Noa está en su libre derecho de no aceptar un "trabajo" que no quiere realizar.

Espero que se encuentre bien, porque esa chica no tiene por qué estar involucrada en este asunto. Me siento culpable, si la hubiera detenido a tiempo y no le hubiera permitido irse de la casa, ella estuviera aquí con su abuelo.   

Cautivo[✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora