•POV LIZ II•

2.7K 282 14
                                    

Es difícil hacerte entender a ti misma lo que debes soltar si una parte tuya se aferra con todas sus fuerzas a un imposible. Sabiendo que Alexandre nunca me tendrá en cuenta más que para llevarme a la cama, ¿por qué sigo pensando lo que puede pasar entre nosotros si fuera tan diferente?

Lo que más deseo en esta vida es olvidarme de él, erradicarlo para siempre y no tener que sufrir cada vez que aparece a poner todo mi mundo de cabeza. Siempre y cuando siga trabajando con el Sr. Leroy, tendré que hacerme a la idea de que lo veré por temporadas.

El día había empezado mal y había terminado mal, por lo que necesitaba sacarme esta horrible sensación de bruma del pecho. Queria borrar cassette y dejar de sentir, pero es que tampoco tengo amigos cercanos para que me ayuden con esta tusa que me está matando poco a poco.

Me encontraba terminando de recoger mis cosas cuando Noa salió de la oficina de mi jefe, con sus mejillas encendidas y los labios hinchados. Al menos alguien recibió su buena dosis de besos, ¿o será que sucedió algo más entre ellos? Es decir, no puedo pensar nada malo de ellos, porque mi jefe es todo un caballero y Noa es tan tímida y tierna, que es imposible que hayan hecho cositas en la empresa, ¿o sí?

Por culpa de ese estúpido olvidé lo que había visto en horas más tempranas, cuando mi jefe y mi compañera se estaban comiendo la boca a gusto. ¿Cuántas horas han pasado luego de eso? No puedo creer que no me haya dado cuenta de que tenían algo antes, si ahora que lo pienso, mi jefe la miraba mucho.

—¿En qué momento llegaste que no te vi? —le pregunté, haciéndome la que no había visto nada.

—Hace un rato, pero no te vi en tu lugar.

Qué mentirosilla, ¿eh?

—Seguramente debiste llegar cuando fui a los archivos —le seguí el rollo—. ¿No me digas que el jefe te hizo venir?

—No, para nada. Yo... yo vine a hablar con el Sr. Karim sobre mis horarios.

Ella es tan linda y tierna, me recuerda a Lizbeth antes de que jugaran con su corazón.

—¡Te dije que pasarías! ¡Felicitaciones! —le di un fuerte abrazo—. Esto está para ir a celebrar y no me puedes decir que no. No todos los días te reciben en una de las mejores universidades del país.

—Yo no bebo, así que no creo que...

—No seas aguafiestas, Noa. Solo será una copa, además, si no te gusta beber, conozco un lugar donde preparan cócteles deliciosos sin nada de alcohol. Vamos, déjame invitarte uno, ¿sí? —hice un puchero que le sacó una risita.

—Bueno, es que debo ir con mi abuelo.

—No será más de uno, te lo juro.

—Está bien —aceptó y aplaudí eufórica.

***

Antes de irnos al club, fuimos hasta mi apartamento para acicalarnos. Noa estaba reacia a usar uno de mis vestidos, pero al final terminó aceptando de tanto que le insistí. El vestido negro y ceñido a su cuerpo le quedó como un guante, perfecto y precioso.

—Si solo es una copa, ¿por qué tenemos que usar estos vestidos tan formales?

—Ya sabes, etiqueta del club. Además, no quería ir con el uniforme de la empresa. ¿Te imaginas que conozca el amor de mi vida y me vea en esas faldas y sacos tan incómodos? No, mi amor. Tenemos que estar bellas y preparadas para las sorpresas que el destino nos pueda dar.

—Eres todo un caso, Liz.

—Puede que tú también encuentres el amor —sonreí divertida—. ¿O ese corazoncito ya tiene por quién latir?

Cautivo[✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora