•Capítulo 13•

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Tomé la carpeta y suspiré profundamente antes de leer la información que el detective recolectó. Una parte de mí se sentía ansioso y contrariado, pero la razón me pedía que no le diera más largas a este asunto y terminara de quitarme para siempre y de un tirón la venda de los ojos. Tengo el presentimiento de que aquí no encontraré nada de mi agrado.

—Antes de que contrajeras matrimonio con Agatha Greco, era una chica bastante liberal, abierta y que le gustaba llevar una vida alegre —empezó a decir el detective y lo miré de reojo—. ¿Y qué persona no lo haría teniendo a unos padres millonarios, más siendo hija única? Hasta yo la hubiera llevado. Sus padres eran socios con los tuyos, ¿no es así?

—Sí. Eran socios de una pequeña parte de nuestra empresa, de la cual perdieron participación y poder en cuanto cayeron en bancarrota por los malos manejos de dinero del Sr. Greco. La junta de accionistas se negó rotundamente a seguir con la asociación y les quitaron por votación unánime las acciones —explicó mi padre—. Pero fue por mi hijo que decidí darle una oportunidad a Agatha de ser la dueña de esas acciones, después de todo, se sabía manejar en el mundo de los negocios.

—Y tú aprovechaste ese instante para atarle el cuello a la yegua, ¿no es así?

Cerré la carpeta y la dejé sobre el escritorio, soltando un largo suspiro mientras mi padre y el detective me miraban fijamente.

—Me enamoré de ella desde el primer día que la tuve frente a mí. Éramos tan solo unos niños y creía que ese gusto sería pasajero, pero con el paso de los años se fue adentrando más y más en mi corazón. No me di cuenta en qué momento pasó, solo supe que ya no podía arrancarla de mi pecho y de mis pensamientos. Deseaba un mundo con ella, pero por más que tratara de llamar su atención, ella no me veía. Siempre fui invisible ante sus ojos —sonreí—. Pensé que con su situación todo sería diferente y al fin podría tener una oportunidad de ganarme su corazón, pero seguía reacia a mí. Así que no perdí el tiempo y le dije que, a cambio de su participación en las acciones, se casara conmigo. Ella aceptó sin pensarlo y así fue como creí ganarme el cielo en su infierno. Hice cualquier cosa que se me cruzó por la cabeza para ganarme su amor, más ella no quería saber nada de mí. Recuerdo que el día de nuestra boda me dijo que aceptaba compartir el resto de su vida conmigo, pero que no fuera a ilusionarme, porque nunca llegaría a amarme ni a tener el matrimonio feliz que tanto me idealizaba. Me conformé con su compañía, porque la sola idea de verla en brazos de otro me martirizaba. Si ella llegó a este punto es por mi culpa. Yo la empujé a esto.

—Bien pudo negarse a casarse contigo y demostrarle a tu padre las cualidades que poseía, pero se fue a la segura amarrando al joven heredero de una gran fortuna. Agatha es un as para los negocios. Estudió lo suficiente. Su cara bonita y su manera de envolver siempre le ha dado el éxito —simplificó el detective—. Te debes estar preguntando por qué aceptó, así que lee el informe.

Volví a tomar la carpeta en mis manos y leí con detenimiento cada palabra escrita allí. Me salté sus estudios y todo lo que sabía hasta que me detuve en algo que llamó mi atención y jamás tuve conocimiento hasta el día de hoy. Agatha tenía un novio, un hombre un par de años mayor que ella con el cual planeaba casarse y tener una vida feliz a escondidas de sus padres, pero con las malas decisiones del Sr. Darius, él la abandonó y sus padres le dieron la espalda en el momento más crítico de su vida. Algo que me sorprendió en el informe y que nunca me hubiera imaginado, era que Agatha hubiera quedado en embarazo. Su madre al enterarse la obligó a abortar para casarse conmigo, dando inicio a la guerra y rivalidad entre ellas. Un niño que no llevara mi sangre no era digno para la Sra. Beatriz, pues no obtendrían nada de dinero de mi familia sabiendo aquello.

Pero pronto la codicia la cegó, así que decidió mantenerse a mi lado lo suficiente para quedarse con todo, aun sabiendo que en pocos años su familia volvía a posicionarse entre los más ricos del país. Ha hecho su vida paralelamente con ese mismo hombre que amó y conmigo, más en el informe no dice qué papel tiene ese hombre en este juego.

—Siempre se trata del dinero, pero hay más, siempre hay más. Tu esposa sabe moverse muy bien y no es de exponerse, pero siempre hay una falla en todo movimiento perfecto. Agatha busca vengarse, en especial de su madre que la empujó a quitarle la vida a su hijo y a llevar una vida que no ha querido para sí, sino también de ti y de lo infeliz que ha sido a tu lado —pasó a la siguiente hoja del informe y una fotografía de Noa llamó mi atención—. Esta chica de aquí tiene mucho que ver en este juego. Ella es el peón y en cualquier momento lo usará a su favor para conseguir lo que quiere. Es una ventaja que tengas a su abuelo, pero no te fíes porque ella no hizo el intento de llevarse al anciano. Este tipo de mujer busca su cometido a como dé lugar y quitando del medio a quienes se le estorban.

—¿Por qué esperar diez años para vengarse?

—No tenía ni el apoyo ni el dinero para actuar de momento. Ha hecho negociaciones peligrosas para protegerse y salir invicta, donde tú y tu familia son una garantía infalible —pasó a la última hoja de la investigación, donde nuestra acta de matrimonio más unas condiciones que jamás había visto en mi vida estaban incluidas—. Tus padres le pusieron una única condición y era amarte, pero tres años después de su matrimonio, falló en la prueba.

—¿Por qué no me dijiste nada de esta condición, papá?

—Porque sabía que esa mujer no te amaría nunca, así que quisimos ponerla a prueba por un tiempo. Pensamos que con la convivencia te amaría, pero no fue así. La intentamos sobornar para que te dejara, más nos sorprendió al negarse. Sigo sin entender por qué vengarse de Karim, si fue su madre la que la obligó a llevar esta vida.

—Es imposible precisar el pensamiento de esa mujer. Me baso en lo que ha vivido para hacer el informe, más no suelo equivocarme. Si lo que busca es más dinero, más posición y más poder, pero aún no ha llevado a cabo su venganza, es porque no ha quedado embarazada. Según el informe médico del hospital donde le realizaron el aborto, ella se operó para no tener más hijos. Es en este punto donde entra Noa Michel, una joven con su parecido físico. Es una perra al aprovecharse de ella.

—Yo jamás me acostaría con Noa, ella es una niña —dije y el detective me miró con una sonrisa divertida.

—Es una chica preciosa, no una niña. La pondré bajo protección, porque no hace falta tener intimidad para quedar en embarazo, Karim.

—Esa maldita perra solo se ha estado burlando de mí.

—Esa perra es muy astuta.

Mi teléfono sonó y lo saqué de mi abrigo a toda velocidad. Al ver que se trataba de Noa, mi pulso se aceleró de miedo, por lo que me apresuré en responder la llamada.

—¿Noa?

—K-Karim, yo no me siento ni un poco bien —su voz se oía agitada y entrecortada.

—¿Qué sientes? ¿Qué tienes? —puse el altavoz por petición del detective.

—No lo sé. Estaba bien y de un momento para el otro todo empezó a darme vueltas. Tengo mucho sueño y cansancio.

—¿Dónde estás?

—Estoy encerrada en la habitación —hizo silencio por un segundo—. Ella sabe que solo fingimos y que tú la estás investigando, Karim.

—No te muevas de donde estás, ¿de acuerdo? Estaré pronto ahí contigo. Recuerda que jamás te dejaré sola, Noa.

—No permitas que me haga daño esa loca...

Salí de la empresa a toda velocidad, ignorando las palabras de mi padre y del detective. En mi cabeza solo podía pensar en poner a salvo a Noa. 

Cautivo[✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora