•Capítulo 35•

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Noa

Tal vez estoy exagerando demasiado, pero es mi culpa, porque no he dejado de pensar en una vida entera junto a Karim. Es una locura que en tan poco tiempo ya esté soñando en casarme con un hombre que no hace mucho salió de un matrimonio. Tal vez él no busca unirse en un compromiso más serio por más que me diga que me ama. Tal vez piensa que vivirá lo mismo y por eso no lo quisiera.

Me estoy enloqueciendo, no debería botarle mente a ese tipo de cosas. Hace poco empezamos una relación, como para yo estar pensando en casarnos y todo ese cuento mágico. El tiempo acomoda todo en su sitio, por lo que no tengo que estar pensando en cosas que, quizás nunca vayan a suceder. Hoy estamos juntos, pero tal vez mañana ya no...

Saqué de mi cabeza ese pensamiento loco y me enfoqué con Ariadna en organizar la fiesta de aniversario de los Sres. Leroy. Gracias al cielo Liz me respondió el teléfono y nos dio toda la información que necesitábamos.

La semana pasó muy rápido. Me sentía nerviosa, pero a la vez feliz porque habíamos alcanzado a organizar todo para la fiesta sorpresa, aun así, antes de que los invitados llegaran, me tomé el tiempo de verificar que todo estuviese en orden. Es la primera vez que organizo un evento y en un tiempo muy corto, tanto Ari como yo nos sentimos felices por el resultado.

—Te ves preciosa, mi amor —sonreí al escuchar su voz detrás de mí—. Todo les quedó muy bonito.

—¿De verdad? ¿Te gusta? —me giré y por poco sufro de un infarto.

Es normal ver a Karim de traje, pero especialmente hoy está mucho más atractivo rozando entre lo formal e informal.

—Todo me encanta.

—¿Crees que les guste?

—Estoy seguro de que les va a encantar —rodeó mi cintura y me acercó a su cuerpo—. Gracias por ayudarme a hacer todo esto.

—Fue con todo el gusto.

Enredé mis brazos en su nuca y lo acerqué a mí, ansiosa por devorar sus labios. Me ha convertido en un adicto de sus besos y de sus caricias. Ahora solo puedo pensar en sus manos sobre mi cuerpo, haciéndome estremecer y alucinar. Cada día que pasa me convenzo más de que es el hombre indicado. A él se lo quiero entregar todo.

No pudimos besarnos tan tendido y apasionado como hubiéramos querido porque los invitados empezaron a llegar y debía recibirlos junto a Ariadna. Cuando todos llegaron y ya se encontraban en sus respectivas mesas, los padres de Karim llegaron. No se veían sorprendidos con la fiesta, pero sí muy felices.

Fue imposible no sentir una punzada incomoda en el pecho al pensar que, probablemente Karim no quiere volver a casarse. Y por más que quiero entender su mala experiencia con esa loca, no puedo creer que se cierre a ser feliz. Aquellos pensamientos me llevan a imaginar que lo nuestro no durará como lo he soñado y que otras mujeres van a pasar por su vida y solo serán sus "novias". Todo eso y más pensamientos empiezan a hacerme dudar de sus sentimientos.

Sacudí la cabeza para sacar ese pensamiento de mi cabeza y suspiré. No debo empezar a suponer o las inseguridades van a superarme y Karim jamás me ha hecho sentir insegura. Todo con él es más que perfecto, mi único miedo es que lo nuestro solo sea un sueño.

—Gracias a todos por asistir y ser parte de este día tan especial. También le quiero agradecer a Noa y Ari por todo el esfuerzo que hicieron para que esta celebración se llevara a cabo —Karim levantó su copa de vino y todos lo seguimos—. Solo puedo decirles a mis padres que gracias por todo lo que han hecho por mí, por ser los mejores y nunca dejarme caer. Les deseo muchos años más de vida juntos. Un brindis por la Sra. y el Sr. Leroy.

Cautivo[✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora