Noa
Desde que tomé el valor de besar a Karim, todo entre nosotros cambió para bien. Cada que tiene oportunidad y nadie nos ve me besa como si el mundo se fuese a acabar. Sus besos son una adicción, algo delicioso de lo que nunca me voy a cansar de probar.
No hemos hablado de lo que tenemos, pero sea lo que sea, no quiero que termine. No hay nada mejor que pasar el tiempo entre sus cálidos brazos y degustando sus labios. Sueño con un nosotros y una bonita historia de amor. Nada más con pensarlo, un suspiro involuntario escapa de mis labios.
He querido evitarlo a toda costa por temor a lo que dirán si llegan a descubrir que tenemos algo, pero lo cierto es que no puedo cohibir lo que el corazón y todo mi ser desea y siempre termino cediendo al roce maravilloso de sus labios. Una parte de mí quiere poder tomar su mano sin pensar en nada ni nadie, más no puedo darme el lujo de que hablen de nosotros por los pasillos de su empresa. Suficiente tiene Karim con todo el revuelo que esa loca destornillada formó y el cual está todavía muy reciente.
Pareciera que estoy soñando con los ojos abiertos. Karim es un hombre maravilloso y perfecto, con el cual me he idealizado una relación de telenovela igual a las que le gustaba ver a mi abuela en vida. Cada día se adentra más y más en mi corazón.
Como ya inicié con mis clases, ahora trabajo medio tiempo en la oficina, pero Liz se marchó de vacaciones y el trabajo ha aumentado muchísimo. No tengo ni la menor idea en dónde pueda estar, pero espero que regrese pronto para que mis cargas no sean tan pesadas, sobre todo, para que le dé paz a ese pobre hombre que no hace más que buscarla con desespero. Jamás imaginé que ella estuviera enamorada de Alex y viceversa, pues desde la primera vez que lo vi interactuar, parecían odiarse a muerte, más entendí mucho cuando ella abrió su corazón y me confió su mayor secreto.
Alex no ha dejado de venir cada día desde que Liz pidió sus vacaciones preguntando por ella. Se ve tan abatido y triste, realmente desesperado por saber a dónde fue.
—¿De verdad no sabes nada de ella, Noa? —preguntó Alex por enésima vez y negué—. Son amigas, ¿no? Dime dónde está, por favor. Te prometo que no le diré que me lo dijiste.
—Es que no sé y no estoy diciendo mentiras. Lo único que sé al igual que tú, es que le pidió a Karim sus vacaciones pasadas. Le envié los documentos que debía firmar, pero no me dijo nada, solo me envió los papeles firmados y ya. Le he escrito y llamado, pero tampoco ha respondido su teléfono. Quizás fue a algún retiro, a la playa o fue a visitar a su familia.
—¿Cómo no lo había pensado antes? Eres un sol, Noa. Gracias —desvió la mirada Karim y este sonrió—. Ya sabes lo que tienes que hacer.
—¿Olvidaste lo que te pidió? Cuando uno pide tiempo, es porque quiere estar solo y pensar.
—No quiero recordarte esto, pero lo haré porque fue lo mismo que me dijiste hace años. Aunque bueno, es una comparación muy estúpida porque son casos diferentes —sonrió triste—. Siento que la perdí para siempre.
Ignoré el hecho de que me duele y me incomoda muchísimo escuchar hablar de esa bruja cuando hacía parte de la vida de Karim y me centré en el brasileño. Alex da la impresión de ser un mujeriego y coqueto nada más con darte una sonrisa, pero todos estos días esa chispa que lo caracteriza tanto se desvaneció. Muy poco sonríe, se la pasa perdido en sus pensamientos y no hace más que revisar su teléfono con la esperanza de recibir alguna señal de Liz. Es como si todo lo que ella me contó de él, no fuera real.
A mis ojos el hombre la ama, porque de no ser así, no le hubiera importado que se marchara ni se hubiera preocupado tanto por ella aquel día que fue a buscarla al club.
—¿Y piensas retenerla? ¿Vas a cometer mi misma estupidez, con la única diferencia de que ella sí te ama y nunca se negará a ti? Alexandre, deja que el tiempo se encargue de acomodar todo en su lugar. ¿Crees que buscándola y trayéndola de vuelta vas a lograr que no te rechace? Si te pidió tiempo, es porque quiere organizar sus pensamientos y aclarar sus sentimientos hacia ti. Déjala estar con ella misma y encontrar lo que está buscando para su vida y su bienestar.
—No entiendes...
—Claro que no entiendo, porque yo jamás me involucraría con una mujer y no le pondría el lugar que merece. Una vez me obsesioné y eres testigo de lo mal que acabó todo. No vayas por el mismo camino, porque lo único que estás haciendo es herirla. Ahora bien, ¿tú la amas o solo es deseo lo que sientes por ella? Tú también deberías pensar y aclarar tus sentimientos. Que el miedo de perderla porque te ha entendido por estos años y ha estado para ti cada vez que la busques, no te haga entender otra cosa.
—Ya te dije que la amo. Llevo mucho tiempo amándola en silencio.
—Y es tu culpa, porque si de verdad la amarás, jamás le hubieras ocultado lo que sentías. Alexandre, no te apresures en la vida, porque si das pasos largos y erróneos, puedes caer en un pozo sin salida. Y salir de ese lugar es mucho más difícil de lo que crees. Toma su ausencia para pensar en lo que significa verdaderamente Liz para ti. Cuando tengas tu corazón y tu mente en sincronía, te ayudaré a buscarla. Ahora vete, que tengo mucho trabajo atrasado y nos estás haciendo perder tiempo.
¿Cómo no desearlo todo con él, si es tan bello y maravilloso?
En completo silencio y con una mirada contrariada y nublada en lágrimas, Alex se marchó de la oficina. Quise ir tras él para darle ánimos, pero sentí un par de brazos rodearme desde atrás y su cálido aliento en mi cuello me hizo estremecer.
—Déjalo. Tiene que sufrir un poco por estúpido y por no darse cuenta a tiempo de la mujer tan maravillosa que siempre tuvo a su lado —me apretó contra su pecho y mi corazón se agitó—. Ya me tiene fastidiado con sus lloriqueos y yo lo único que quiero es disfrutar contigo cada vez que tenemos un poquito de tiempo —me giró entre sus brazos y acarició mis labios con suavidad—. Te he extrañado como no tienes idea. La mañana es muy larga.
—También te he extrañado, pero te recuerdo que tienes una reunión en menos de media hora, Sr. Leroy —solté una risita ante su gesto de fastidio—. No es momento de abrazos ni de besos.
—¿Cómo que no? —atrapó mi labio inferior entre sus dientes y sentí un fuego intenso correr por mi ser—. Te besaré hasta acabarte los labios. La reunión que se espere.
Sin más, me robó el aliento en un apasionado beso que hizo temblar cada fibra de mi ser. De todos los besos que me da, cuando me besa con rudeza e intensidad, despierta en mí una corriente que me atraviesa de pies a cabeza y se agudiza por debajo de mi piel, resultando sofocante y dolorosa.
—Bonita, ¿saldrías conmigo esta noche? —susurró, descansando su frente sobre la mía—. Esta vez no habrán tragos de por medio, solo seremos tú y yo y una deliciosa cena.
Asentí, volviendo a unir mis labios con los suyos dándole una respuesta, pero en medio de la intensidad y la agitación, se separó de mi boca con suavidad sin dejar de apretar mi cuerpo contra el suyo.
—Será mejor que vayamos a la reunión bien tranquilitos, ¿no crees? —miró mis labios y se mordió los suyos—. Dios, pero es imposible tener calma cuando lo único que deseo es tenerte entre mis brazos cada segundo del día.
![](https://img.wattpad.com/cover/339635049-288-k608145.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Cautivo[✓]
RomanceLa venda que Karim lleva por muchos años en sus ojos, caerá tras la presencia de una dulce jovencita que le hará replantearse su vida, en especial, ese matrimonio en el que lleva preso por tanto tiempo y del cual no ha podido escapar.