Capítulo 9

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—¿Soy el único que siente una vibra extraña?—preguntó Jungwon, mirando a su alrededor con curiosidad.

—Asesinaron a un chico aquí ¿Esperas que el ambiente sea agradable?—criticó Taehyung.

Jimin ignoró la plática para prestar atención a lo que era la escena del crimen de la sexta victima registrada, Lee Felix.

Lo analizó con atención. En sus años trabajando junto con Seokjin aprendió algo durante sus entrenamientos, y es que todos los asesinos seriales contaban con un motivo que los empujaba a perder la humanidad. Más que un problema mental también existía una posible conexión con otro factor externo. Le era difícil creer que la persona detrás de ese desastre asesinara a personas por mera diversión. Si el responsable se daba a la tarea de seleccionar a sus víctimas tan meticulosamente, tenía que existir algo detrás.

Era extraño.

Miró de reojo la mancha de sangre seca sobre el suelo. El motivo de muerte de Lee Felix había sido ocasionado por la pérdida de sangre después de que el asesino le disparara en el estómago, afectando tejidos y órganos importantes, para después retirar la bala sin piedad alguna, haciendo que el dolor y hemorragia fuese peor.

—¿Por qué crees que la haya retirado?—indagó Taehyung llegando a su lado.

—Es inteligente, sabía que lo primero que buscaríamos sería el registro del arma—respondió sin devolverle la mirada—. De todas maneras, es difícil de hacerlo, pero no todos en Corea pueden tener armas, así que el control es más estricto.

—¿Y si hubiese sido un arma ilegal? ¿Cómo sabríamos quien fue el comprador?—preguntó esta vez Jungwon.

—Eso es lo complicado, pero muchos de los criminales no conocen que tan común o extraña es la fabricación de ciertas armas. Para conseguir datos que nos ayuden podemos interrogar a los vendedores autorizados, todos deben tener datos de sus compradores.

—¿Descarte?

—Exacto.

Taehyung se alejó unos pasos, acercándose al pelinegro que se mantenía agachado justo debajo de la mesa de la cocina, iluminando y desplazándose con lentitud mientras la luz ultravioleta de la diminuta lampara le señalaba pequeños puntos sobresalientes. Yoongi buscaba alguna sustancia o huella que los oficiales anteriores no hubiesen encontrado.

—No estás teniendo suerte con eso ¿Eh?—le dijo Taehyung, agachándose a su lado.

—Hay un rastro, pero no logro encontrar el origen—respondió sin apartar su atención del suelo.

—¿Origen? No hay huellas de ningún tipo, a ver, dame eso—pidió, terminando por arrebatarle el objeto al pelinegro, quien lo dejó sin más.

—Mira aquí—le pidió Yoongi, haciendo que iluminara uno de los espacios cerca de la pata de la mesa, sus dedos arrastrándose por el suelo hasta que un rastro blanco quedó en evidencia—. Hay algo que se derramó por aquí.

—¿Cloroformo?

—Lo más seguro es que sí. No sería extraño que el sujeto tenga acceso a su propio laboratorio personal, no lo sé, pero no hay más rastros, si hay algo aquí entonces ¿Dónde está el resto que se derramó?

Taehyung lo escuchó con atención, aseriando el rostro al entender el punto del pelinegro. Tenía razón, al momento de pasar la luz ultravioleta por el suelo se podía observar un rastro blanquecino. Si podían ver gotas en la escena entonces tenía que existir una mancha más grande, deduciendo que al sujeto se le resbaló uno de sus frascos.

The alphabet killer | YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora