Capítulo 5

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Al momento en que otro mareo se hizo presente, tuvo que cerrar los ojos varios segundos para recomponerse. Era el tercero que tenía ese día y se cuestionó  la razón por la que su cuerpo estaba debilitándose tan repentinamente, hasta su lobo parecía afectado y aunque no era la primera vez que este parecía perderse por completo en su interior, aun así, no dejaba de sentirse afectado.

Llevaba cerca de una semana sin dormir bien y con la noticia de que Jimin sería su compañero, era menos probable que durmiera correctamente. Tenía tanto que preguntarle y decirle que el pensarlo hacía que sus dedos picaran por tomar su mano.

Jamás esperó que el omega ahora se dedicara a la criminología. Recordaba que ese fue uno de los gustos que compartieron al conocerse, ambos solían perder el tiempo viendo series relacionadas con asesinatos y tráfico de drogas, además de que cuando él debía estudiar temas de ese tipo, Jimin era el primero que estaba sobre él para estudiar juntos ¿El omega también había tenido que atravesar las pruebas físicas para ser oficial? Hasta él recordaba las veces en las que llegó lastimado y cansado por los golpes y entrenamientos, donde lo único bueno era que Jimin se tomaba todo el tiempo del mundo para cuidarlo y tratar sus heridas con cuidado.

Ser detective no era precisamente el trabajo deseado, de hecho, no lo consideraba para nada cercano a lo que Jimin quiso dedicarse en algún punto de su vida y era imposible no sentirse intrigado por saber cuál fue la razón para terminar encontrando al omega en una situación como esa.

Por otro lado, lo meditó ¿Merecía que el omega le diera explicaciones?

Había tomado tantas malas decisiones que se sorprendía de como seguía de pie. De lo único que estaba seguro es que sin importar cuantos años pasaran, jamás dejaría de culparse a sí mismo por arruinar eso que tenía con Jimin, creyendo que tenía todo controlado. No importaba cuanto tratara de convencerse de que para protegerlo fue necesario romperle el corazón, porque después de todo, lo abandonó sin darle una sola explicación, y ahora se encontraba pagando las consecuencias.

Creo que lo encontré—masculló su hermano a través del celular—. Tiopentato de sodio, ese pudo haber sido el barbitúrico que se subministró.

—¿Pueden acceder a esa sustancia así de fácil? No parece ser algo que puedas encontrar en el súper de la esquina.

—En realidad no. Se utiliza para tratamientos de crisis agudas de epilepsias o convulsiones. Si él lo consiguió, fue porque alguien se lo facilitó ¿No trabajaba en algo relacionado?

—No, pero estudiaba medicina. Al parecer visitaba a un psicólogo por la depresión y el estrés, tal vez por esa razón era fácil hacerles creer que se suicidó.

Pobre chico, sé lo que es pasar por el inicio de la carrera.

—Claro, lo dice el nerd que se graduó con honores—musitó con sarcasmo.

—¿Por qué lo dices de esa manera? ¡A mí también me fue difícil! ¿Sabes lo que es aprenderse el nombre de cada hueso y músculo del cuerpo?

—Tanto estudio para solo medicar con paracetamol—bromeó sonriendo cuando su hermano le insultó.

Es el mejor medicamento que puede existir sobre la faz de la tierra.

—Claro—dijo siguiéndole el juego—¿Crees el asesino lo haya colgado ahí? Las marcas del cuello se ven extrañas.

Yoongi, soy doctor, no un médico forense.

—Has visto más cosas ¿Qué se yo? Tu cerebrito me ha ayudado bastante hasta ahora—admitió dejando caer la espalda contra el asiento del auto—. No tenía planeado aceptar este caso, caerle bien al alcalde no me interesa. 

The alphabet killer | YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora