Capítulo 18

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—Responde, por favor, responde—susurró Hoseok, caminando en círculos dentro de la habitación que estaba comenzando a asfixiarlo por el inoportuno calor que se filtraba adentro.

—Lo sentimos, el número que usted marcó no se encuentra disponible.

¡Por la diosa! ¡¿Dónde rayos estás, Seokjin!?—chilló exasperado cuando su décimo intento para contactar al beta fue un fracaso.

Escuchó la tos de Jimin y de inmediato se volteó a verlo, acercándose para colocar una mano sobre su cabeza y preocupándose al instante al notar que la temperatura no lograba bajar, de hecho, parecía como si a cada hora aumentara un grado más. Llevaba cerca de tres días y medio cuidando al omega, quien al inicio parecía estar débil y con un leve malestar estomacal, pero ahora el escenario era diferente, el castaño estaba empeorando cada vez más y la razón por la que aún no lo llevaba al hospital era porque Jimin se negaba a salir de su nido, si tratara de oponerse a la órdenes del lobo, terminaría por matar al omega.

—S-Seokjin no...contestará—escuchó susurrar a Jimin con los ojos cerrados—. Está trabajando...con...e-el equipo fo-forense.

—¿Y por eso ha tenido el celular desconectado por tres días? ¡Esto es importante!

—E-el caso...l-lo es más—respondió, sintiendo sus labios dormidos.

—Diablos Jimin, tus dientes están castañeando demasiado ¿Qué debo hacer?—preguntó al aire, de repente sintiendo ganas de llorar por ver al omega en ese estado.

—E-Estaré bien—aseguró.

—Claro, estarás bien—ironizó—. No haces más que empeorar a cada segundo que pasa, ¿Qué está sucediendo? Puedo sentir tu aroma a celo pero ¿Por qué estás así? Ya esto no es normal.

—L-Los supresores están provocando...que mi lobo se p-ponga así.

—Sí, sí, sé que cada celo es peor por tu tonta obsesión por ocultar tu aroma, pero esto jamás había sucedido, y de verdad no puedo quedarme de brazos cruzados a esperar a que te pongas peor.

—No—lo detuvo de golpe al notar que el pelirrojo hizo el amago de acercarse para levantarlo.

—¡Jimin, no seas tan terco! Puedes terminar muriendo si no bajamos tu temperatura—recriminó con molestia.

Jimin negó.

—El nido...—masculló.

Hoseok lo pensó un poco, recordando la explicación que Jimin le dio después de haber despertado de su desmayo. Era una fortuna que estuviera cerca al momento de que esto sucediera, de esa manera fue capaz de levantarlo y tratarlo de inmediato, dejando los lienzos nuevos que le daría a Jungkook con tal de cuidar de su mejor amigo, pero no dejaba de sentirse furioso ¿El idiota de Yoongi había sido capaz de marcharse luego de haberlo visto en ese estado? Jimin aseguró que no fue de esa forma, aun así, no confiaba en el alfa pelinegro.

—Necesito llevarte al hospital, Minnie—volvió a decirle, recibiendo una negativa que le hizo cubrirse el rostro con frustración—De acuerdo, ¿Entonces que quieres que haga? ¡No estas reaccionando a nada! ¿Qué es lo que necesitas?

Jimin abrió los ojos con lentitud, percibiendo la manera en la que estos parecían querer cerrarse automáticamente a pesar de que las cortinas de la habitación estaban cerradas con tal de que la iluminación del exterior no le molestase. Hoseok tenía razón, él mismo podía sentir que su cuerpo cada vez se sentía más débil al punto de percibir un cosquilleo comenzando a circularle por las manos, su vientre dolía en demasía y no sentía que era capaz de digerir nada de lo que su amigo le dio para alimentarse. Sabía que ningún medicamento, comida, o descanso lograría calmar su estado, pues era su lobo el que sabía perfectamente que necesitaba para volver en sí.

The alphabet killer | YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora