Capítulo 16

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Soltó un siseo suave al momento en el que Seokjin volvió a limpiar la zona cubierta por los hilos restantes que cerraban su herida. Su brazo ya no dolía como antes, el proceso de sanación fue rápido después de todo su riguroso cuidado y esfuerzo para no desgarrarse con un mal movimiento. Ahora lo que quedó fue el malestar al momento en que todos y cada uno de los hilos fueron retirados por unas pinzas finas. El beta aplicó un ungüento que se sintió frío por el roce de sus dedos limpios y húmedos de alcohol.

­—¿Pudieron revisar el resto de las casas?—preguntó Jimin con curiosidad, buscando sacar un tema de conversación con el desorden provocado recientemente.

—Todas y cada una, creo que hasta los techos fueron revisados—respondió Seokjin aún concentrado en el trabajo—. El reporte que le tuve que enviar al alcalde fue tan extenso que el solo recordarlo me da dolor de cabeza. Esta semana fue un desastre en la comisaría.

Jimin asintió de acuerdo.-

—¿Cuántas hallaron en total?—indagó.

—Fueron un total de 10, una por cada víctima. En el caso de Kim Gyeong había dos cámaras extras, supongo que las colocó de esa manera porque la casa era muy grande—explicó—. Ahora mismo están buscando si hay algún chip oculto que nos dé otra pista de quien se puede tratar ese cínico.

—Dudo mucho que sea posible encontrar algo con esas cámaras tan diminutas—confesó apartando la mirada

—Que desconfiado eres, tenemos nuestros métodos—apuntó.

—Papi, necesito más pintura v-verde—dijo Jungkook, asomándose por la puerta con cautela.

—Dame un segundo—pidió el omega.

Una vez que Seokjin detuvo lo que estaba haciendo, abrió la gaveta de la mesa de noche y estiró su brazo derecho, entregándole un pequeño frasco. El pelinegro se acercó con rapidez para tomar este y salir igual de rápido a cómo llegó

—Diosa...¿Viste su camisa? Esa pintura es permanente—se quejó.

Jimin cerró los ojos ante el ardor de su herida y a pesar del dolor, agradeció que el beta interrumpiera sus ruidosos pensamientos de golpe. Al fin tenían una de las pistas más claras del porqué el asesino parecía estar siempre un paso delante de ellos, y aún así no dejaba de pensar que seguían estando detrás de él. Mientras ellos encontraban sus rastros, el responsable ya debía estar planeando su siguiente asesinato.

—¿Han encontrado algo nuevo?—indagó nuevamente. 

—Algo así, seguramente les llegaran archivos nuevos en los siguientes días. Se comprobó que Lee Felix si contaba con un permiso especial de armas, pero curiosamente el arma registrada no era de él, sino de su primo.

.—¿Y dónde está él?

—Siendo investigado como el resto de su familia. Todos los familiares y amigos más cercanos de cada victima han sido revisados de pies a cabeza e incluso varios han sido vigilados por oficiales especiales en secreto.

—¿No es eso acoso?—bromeó el omega.

—No cuando hasta nosotros mismos estamos siendo vigilados.

Jimin giró la cabeza tan rápido que el movimiento provocó un leve dolor en el cuello.

—¿A qué te refieres?

Seokjin suspiró. El comentario había salido de su boca sin pensarlo y ahora tenía al omega mirándolo con intriga y una intensidad que conocía perfectamente; no importaba cuanto quisiera protegerlo de lo que sucedía, este no lo dejaría en paz hasta que le explicara.

The alphabet killer | YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora