Capítulo 11

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Luego de la declaración del alcalde y de algunos oficiales encargados de investigar los asesinatos recientes, se está considerando la opción de declarar una alerta nacional por el bienestar del resto de ciudadanos y especialmente los de Seúl, donde se han llevado los atroces ataques.

Leyó con atención la noticia, la evidente sonrisa burlona no desaparecía de su rostro y daba gracias de que las ventanas del auto fuesen polarizadas, de lo contrario las mismas cámaras que tenía localizadas lo grabarían con facilidad.

Se asegura que tanto los detectives como el equipo forense ha trabajado en las últimas semanas, sin embargo, no se sabe más que él asesino es un hombre alfa. Muchos ciudadanos han opinado que se podría tratar de un militar experimentado gracias a su facilidad para esconder las pruebas, mientras que otros mencionan que se podría tratar de un criminal extranjero.

Siguen sin estar cerca de mí—se carcajeó.

La joven quien resultó ser la última victima registrada, fue trasladada con urgencia al hospital. No hemos tenido reportes de su familia y a pesar de que el equipo médico está haciendo hasta lo imposible para mantenerla estable, se teme que su vida depende de un hilo. Siendo así, la prueba más cercana para dar con el asesino está a manos de los doctores que ahora mismo están llevando a cabo la reanimación.

—Que débil puede llegar a ser el cuerpo de algunas omegas—se maravilló observando las fotos censuradas de la víctima—. Ni siquiera le hice tanto daño.

Y era verdad, a diferencia del resto de sus víctimas su intención con Jung Hoyeon no era precisamente asesinarla, de hecho, estuvo a punto de dejarla ir sin más que un poco de daño, después de todo ella se había negado a las insinuaciones para la estúpida apuesta que amenazaba con volverlo loco. No obstante, algo dentro de sí parecía despertar y ser más claro a cada asesinato. Nada era suficiente para él, porque por más dolor que les provocara a sus víctimas, el suyo no desaparecía.

Con Hoyeon disfrutó bastante observándola suplicar por su vida mientras él caminaba a su alrededor, amenazándola y golpeándola cada vez que tenía la oportunidad; quería hacerle saber cuanta amargura cargaba en su interior, pero no era suficiente...porque justamente la persona por la que hacía todo eso parecía no darse cuenta de lo evidente.

¿Cuántas vidas tenía que arrebatar para que él comprendiera que no bromeaba? Se había vuelto un asesino por él, y no solo uno común, sino el más reconocido en Corea hasta el momento. Incluso se tomaron la molestia de colocarle un nombre "Asesino del alfabeto" ¡Esas eran las noticias diarias! Así que ¿Por qué?

—...solo llama para que dejen la escena justo como esta—escuchó una voz a lo lejos.

Reconoció al oficial Taehyung, caminando al lado de un oficial al cual no conocía. Por la expresión de su rostro notó que no estaba nada feliz y eso le hizo sentirse complacido por completo; el omega era inteligente, y había reconocido la huella que jamás pensó en ocultar debido a que creyó que nadie intentaría descifrar algo tan simple como eso, tomando en cuenta que los tenis eran demasiado conocidos. Incluso Felix las utilizó al momento de dispararle.

—Sigues recordando ese caso, ¿No es así, Taehyung?—susurró apretando los labios—Será mejor que vuelva.

Aún llevando los guantes en sus manos, se dispuso a limpiar hasta el mínimo rastro de sangre sobre su cuchillo. Al menos en esa ocasión el desastre no había sido exagerado, por lo que solo tuvo que hacerse cargo de lavar su ropa y luego tirarla para que la evidencia no quedara registrada en su apartamento. Sin prueba de ADN no existía nada con lo que pudieran inculparlo.

The alphabet killer | YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora