Capítulo 30

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—¿No te preocupa que Jungkook parezca estar en coma?—inquirió Yoongi con diversión, observando al cachorro dormir plácidamente sobre la enorme cama.

El niño se encontraba con el cuerpo estirado, los brazos y piernas desparramadas y el torso siendo cubierto por una cobija cálida, varias almohadas acolchadas cubrían su cuerpo como si se tratara de una barrera protectora, mientras que la leve iluminación de la habitación dejó a la vista su boca abierta que dejaba salir ronquidos bajos al mismo tiempo que la melodía baja se reproducía en los audífonos con los que cayó en un sueño profundo.

—Solo pudo dormir tres horas ayer, no me extraña que parezca congelado—respondió el omega, aún sentado sobre el sofá, mirando al alfa desde su posición baja—. Te aseguro que le puede caer el techo encima que no se despertará con nada, seguramente resucitará después de las doce de la tarde.

—¿Eso no es perjudicial para él? El horario del sueño, quiero decir.

El omega hizo un sonido afirmativo.

—Lo es, pero Jungkook es muy obediente con mis órdenes, siempre suele dormirse temprano a menos de que me espere con Hoseok, y tampoco es algo que le permita hacer a diario. Ayer únicamente se lo permití porque se veía feliz terminando el cuadro que inició contigo.

Yoongi sonrió debido al bonito recuerdo de su hijo riendo cada vez que él hacia muecas debido a su falta de visión artística. El hecho de poder crear esos nuevos recuerdos de los que él sería parte lo alegraba tanto a él como a su lobo.

—Aún así, me sorprende lo rápido que se durmió, ni siquiera había tocado la cama cuando ya estaba haciéndole competencia a la bella durmiente—bromeó en voz baja, cerrando la puerta con cuidado y caminando hasta bajar las gradas para ir junto al omega.

Jimin rio ante el comentario, mirando al alfa con una ceja levantada.

—¿Tu estás hablando de competencia a la bella durmiente? Estoy seguro que eso lo heredó de ti.

Yoongi abrió la boca con sorpresa y una evidente expresión divertida en el rostro antes de picar con su dedo el estómago del omega con suavidad, sacándole otra carcajada al sentarse a su lado.

—¿Disculpa? No puedes decirme eso cuando puedes dormir de igual manera que yo. Antes tenía que cargarte para que te bañaras o de lo contrario eras capaz de pasar en cama durante tres días.

—Exagerado—musitó, arrugando la nariz—. Jamás pasé más de un día, y eso lo hacía porque se sentía bien.

—¿Qué cosa?

—Ya sabes, tu aroma. Creo que en aquel entonces te lo mencioné, no sé si posees algo diferente pero el aroma a menta parece tener cierto somnífero para mí, no podía resistirme con tus abrazos y dejándome olfatearte por horas—admitió feliz, apartando la mirada con las mejillas sonrojadas cuando Yoongi lo observó con atención.

El alfa sonrió con gusto. Siempre supo que Jimin amaba que lo abrazara de esa forma, la verdad es que de ambos él era quien más disfrutaba de "entrar en coma" como lo solía decir el omega, sin embargo, Jimin se unía a su profundo sueño cada vez que le permitía sentirlo, cuando lo acurrucaba entre sus brazos y le decía palabras de amor al oído.

Yoongi se inclinó, dándole un corto beso en la mejilla. El omega lo observó con las mejillas más sonrojadas aún, por el repentino acto.

—Me alegra que lo admitas después de varios años, pero dudo mucho que mi aroma sea la razón por la que Jungkook esté en su octavo sueño.

—Eso es porque vives un penthouse, estoy seguro que siente que está durmiendo en el mismo paraíso.

—No vivo en un penthouse, ni siquiera se parece a uno.

The alphabet killer | YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora