Capítulo 31

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Solo porque no quiero que lean con ansiedad, no, nadie los va a escuchar. 

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Tan pronto como Yoongi entró a la habitación cargando al omega, no tardó en pegar su espalda contra la pared, siendo un poco brusco en el proceso, mas no lo suficiente para lastimarlo. Jimin estiró el brazo para terminar de cerrar la puerta y colocar el seguro, y Yoongi relajó sus brazos ante la diferencia de peso, agradeciendo no haber perdido el equilibrio en el camino.

El pelinegro se separó de los labios del omega para besar su mejilla, distribuyendo los besos por su rostro antes de bajar a la barbilla, donde tomó la oportunidad para dejar un camino húmedo del cuello hasta la clavícula, aprovechando para succionar y morder, terminando por lamer las zonas que se encargaba de marcar, como si fuese una disculpa muda. Sus manos pasaron de los muslos hasta los glúteos, encargándose en apretar lo mejor que la posición le permitía con las piernas rodeándolo.

Jimin cerró los ojos con gusto, sintiéndose poderoso y casi halagado por tener a Yoongi desesperado por él. Jugó un poco con el borde de la camisa que portaba el alfa, fallando cuando la posición y el agarre no le permitió siquiera levantarla.

—Yoongi—lo llamó en un quejido, apretándole los hombros con molestia.

Al escuchar su nombre, el pelinegro levantó la mirada, comprendiendo lo que quería el omega y caminando para permitírselo. Elevó el cuerpo delgado y se lamió los labios cuando la altura de Jimin superó la suya debido a la posición. Entonces, debido a un paso en falso, Yoongi terminó resbalando, cayendo con el omega entre sus brazos directamente a la cama.

Ambos se miraron con los ojos bien abiertos y las cejas levantadas, riendo en sintonía debido a lo patéticos que se vieron al momento de rebotar contra la cama.

—No me mates la pasión de esa manera—bromeó el omega, utilizando sus pies para bajar hasta que sus rostros quedaron a la misma altura.

—Lo siento, sabes que el equilibrio no es mi punto fuerte—respondió con una sonrisa que dejaba expuestos sus dientes y parte de sus encías de manera adorable.

Yoongi deslizó sus manos adentro de la camisa floja del castaño, sus dedos acariciándole las costillas y la zona pectoral antes de volver a los bordes, elevando sus manos para así retirar la tela que cubría su torso. Jimin elevó un poco el cuerpo, levantando los brazos para que el alfa lo dejara semidesnudo. Estuvo a punto de pedirle que él hiciera lo mismo, pues ansiaba el contacto piel con piel con urgencia, pero no hizo falta, pues de inmediato Yoongi retiró su propia camisa para tirarla a un lado.

El pelinegro se inclinó, dispuesto a saborear los labios de su predestinado una vez más, no obstante las manos de Jimin lo frenaron de golpe antes de tener la oportunidad de siquiera acercarse. Yoongi bajó la cabeza antes de devolverle la mirada, notando que sus ojos enfocaban una zona en específico de su cuerpo, aquella zona del cuello donde la marca adornaba su piel.

The alphabet killer | YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora