–¿Crees que lo hará? ¿Qué se casará? –inquirió una vez más Ashton.
Heath puso en blanco los ojos, intentando no impacientarse más con el menor de sus hermanos. Después de todo, apenas llevaban una semana de camino y todavía les quedaba un largo, larguísimo trecho.
–Porque sabe que estás vivo. Así que...
–Sabe también que no cumpliré el compromiso.
–¿En serio? ¿Se lo dijiste?
–Algo así. Estoy seguro de que lo entendió.
–Así que... se ofrecerá a ocupar tu lugar.
–Me temo que no le he dejado mucha opción.
–Y no suenas en absoluto arrepentido al respecto –soltó alegremente Ashton. Heath se encogió de hombros.
–No cambiaría nada si me arrepintiera alguna vez, lo que desde luego no he considerado siquiera. Si fuera así, ¿por qué iniciar este camino difícil que me espera al llegar a Savoir? ¿Y someter a Genevieve a ello? No, si no hubiera estado absolutamente seguro de que era lo mejor, lo único aceptable, jamás nos hubiera sometido a esto.
–Temes que no la acepten.
–Estoy seguro de que lo harán, cuando la conozcan, es imposible no adorar a Genevieve.
–No lo sé. Parece... –Ashton miró brevemente hacia atrás– hmmm...
–Cuida tus palabras, hermanito –advirtió Heath.
–Pequeña –dijo Ashton, como si eso fuera suficiente. Y, por la expresión de Heath, quizá lo era–. Quizá si tu prometida no hubiera sido la perfecta compañera para el regente de una de las tierras...
–Sí, que se trate de Soleil sin duda hará que sea más difícil que lo acepten –reconoció a regañadientes Heath. Pero no podía negar la verdad, él estaba familiarizado con los manejos en Savoir y tenía una idea de que esperar. O por lo menos lo que no encontraría. Y eso sin duda era una cálida bienvenida para su esposa.
–¿Difícil? Seguro, milord, si así lo quieres llamar –exclamó un tanto burlón Ashton.
–¿Podrías dejar de ser tan malditamente...? –Heath suspiró–. Parece que en este tiempo hubiera olvidado lo irritante que puedes llegar a ser.
Ashton soltó una carcajada, ignorando la molestia de su hermano mayor.
–Sabes que, no importa qué, hay alguien en Savoir que nunca la aceptará.
–Lo sé –reconoció Heath, sin hacerse ninguna ilusión al respecto.
Él era consciente que lord Wulfric Drummond jamás aceptaría a Genevieve Leroux, una joven desconocida y de origen humilde, como la esposa de su heredero. Sería inconcebible, aún si no estuviera comprometido con la que, a sus ojos, siempre había sido la perfecta esposa del futuro regente de Savoir. Lady Soleil Saint-Clair.
***
Genevieve se bajó lentamente del carruaje, tratando de no demostrar lo dolorida que se sentía. Lo cierto es que había probado montando a caballo también, pero esa había sido una experiencia que no se atrevería a repetir pronto. No importaba lo inútil que se sintiera, ella no podía volver a subir a una de esas bestias gigantes pronto. Eran un poco intimidantes, lo admitía, y ella no estaba nada acostumbrada a cabalgar, lo que hacía que todo fuera peor. Más incómodo, no solo por lo novedoso, sino porque era una demostración más, de lo poco que sabía de la otra vida de Heath, de lo que eso conllevaba y lo que tendría que afrontar.
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Una oportunidad (Drummond #1)
RomanceHeath Drummond se dirige al frente de batalla para rescatar a su hermano menor. Sabe que es una misión que puede costarle la vida, pero no le importa. En ese momento, lo único que importa es llegar a tiempo y cumplir su deber como el mayor de los he...