Capítulo 29

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Tras servirse el desayuno que les habían llevado hasta sus recámaras, Heath y Genevieve se reunieron con Gisele para realizar un recorrido por el castillo Drummond durante la mañana. Al parecer, Heath había pedido un tiempo para que se acostumbraran, pues nadie los detuvo y se limitaron a saludarlos cuando pasaban.

Y Genevieve pensó que eso sería todo, hasta que Heath les enseñó los jardines del Castillo, donde Gisele no pudo evitar soltar una exclamación de emoción, antes de pedirles que la disculparan mientras se encaminaba a explorarlos. Ella sonrió mirando cómo su hermana se perdía de vista, aunque notó que era seguida por el hermano menor de Heath, Ashton, quien aparentemente había estado cerca. Suponía que lo hacía para asegurarse que estuviera bien.

–Dentro del castillo está segura –dijo Heath, como leyendo sus pensamientos– pero mientras Gisele y tú se acostumbren a vivir aquí y especialmente si en algún momento estarán fuera de los muros, prefiero que alguien las acompañe.

–¿Me estás diciendo que siempre habrá alguien vigilándome?

–Solo mientras conoces... –Heath empezó a explicar, pero encontró sus ojos, que lucían divertidos– no estás enfadada.

–Por supuesto que no. Es un lugar nuevo, desconocido para mí, agradezco tener alguien que pueda auxiliarme de requerirlo.

–Mi siempre práctica esposa –soltó Heath, asiendo su mano y mirándola con calidez– ahora, temo que tendremos que acudir a cumplir una formalidad que he estado postergando desde que llegamos, pues preferiría que lo hagamos juntos.

–Oh. Por tu expresión... –no pudo continuar, al no hallar palabras para describirla.

–Visitaremos a mi padre en sus habitaciones.

–¿Y eso es malo?

–No... solo... –Heath se pasó una mano por el cabello, inquieto– que no sabe lo que ha sucedido.

–¿Qué exactamente ha sucedido?

–Demasiado. Pero, específicamente, nuestro matrimonio. Todavía no lo sabe.

–Ah –Genevieve había estado tan nerviosa, que no se había fijado que el día anterior el padre de Heath no había estado presente en ningún momento desde su llegada. O al menos eso entendía–. Pero tu hermano gemelo...

–No te lo dije –Heath suspiró– se casó ayer. Con la que fue mi prometida.

–¿Cómo? ¿La ceremonia durante la que llegamos...?

–Era de ellos y había concluido –confirmó Heath–. Se casaron cumpliendo el compromiso que nuestros padres acordaron. Pero mi padre... él no está bien.

–¿Qué quieres decir?

–Al parecer, olvida cosas con más frecuencia. Se confunde. Y su estado de salud desde hace años estuvo declinando. Viejas heridas de guerra.

–¿Tu padre luchó en alguna guerra?

–Fronteriza. Es largo de explicar y poco importante ahora. Evie...

–¿Sí, Heath?

–No importa lo que diga... o haga –clavó sus ojos en los de ella– promete que te mantendrás firme a mi lado.

–Pero, Heath, si solo es tu padre y...

–Por eso. Porque es él y lo conozco, quiero que me lo prometas.

–Lo prometo –asintió Genevieve y apoyó su mano en el brazo de Heath, intentando tranquilizarlo– pase lo que pase, siempre me quedaré a tu lado –confirmó.

Una oportunidad (Drummond #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora