Capítulo 13

1.9K 194 3
                                    


Tomada la decisión de ir a buscar al detective y aprovechando que lo de la donación ya ha sido tramitado porque Armando se encargará de todo y, por ende, ello me deja unas horas libres hasta que tenga que recoger a los niños del colegio, aparco el coche en una avenida y me bajo, sentándome a tomarme un café helado en una cafetería, ya que hace un calor bochornoso y necesito despejarme un poco la cabeza.

Busco su nombre en internet, encontrándolo en cuestión de minutos y marcando el número de teléfono que se adjunta en la página web de la agencia de detectives en la que trabaja mientras pego tragos a mi café americano granizado.

—Buenos días, le atiende Verónica, ¿en qué puedo ayudarle? —saluda una voz con profesionalidad.

—Hola, buenos días, Verónica, ¿podrías darme cita para ver al detective Adrián Batista?

—Claro, un segundo, por favor —responde la secretaria—. ¿A nombre de quién?

—Emma Go... —me corrijo, ya que casi suelto mis apellidos anteriores por fuerza de la costumbre—. Perdone, me he atragantado un poco con el café. Soy Emma Villado. Me gustaría contratar sus servicios para un asunto personal.

—Tenemos un hueco libre para mañana por la mañana, si quiere usted pasarse —me informa ella—. Si no, tendrá que esperar un mes, me temo. Adrián está un poco liado con un caso ahora mismo.

—Me parece perfecto pasarme mañana. Dígame la hora, por favor.

En cuestión de minutos ya tengo una meta más cumplida apuntada en la agenda de mi móvil.

Puedo ir tras llevar a los niños al colegio. Aunque no sé si Julio tendrá que quedarse ingresado en el hospital cuando lo lleve esta tarde, así que quizá tenga que posponerlo todo hasta que se ponga bien, ya que, como tengo todo el tiempo libre del mundo y ni una sola obligación que no pueda posponerse, pienso quedarme a su lado todo el tiempo que haga falta si eso pasa.

—¡Hecho! —exclamo para mí misma, sorbiendo mi café con ganas e ignorando la mirada momentáneamente sobresaltada del habitante de la mesa de al lado al escucharme.

De no tener nada más que «pasar tiempo conmigo misma en soledad hasta volverme loca de remate» a tener una agenda apretada de repente podría ser un poco agobiante para muchos, pero la verdad es que yo, si no soy productiva con algo, aunque sea ocupando las manos cosiendo o cocinando, me pongo ansiosa, así que moverme tanto me viene bien.

Así no le doy tantas vueltas a la cabeza. Lo tengo comprobadísimo.

Sentada cerca del aire acondicionado y lejos del agobiante calor, pienso en los siguientes pasos que debo hacer para lograr mi objetivo de un divorcio sin demasiados dramas (a no ser que sean necesarios) y a mi favor, para cuidar de mis hijos y que estos lleven bien todo el proceso y los cambios que ello conlleva.

Médico para Julio. Hecho.

Hablar con mamá para que me ayude a planificar el divorcio y a conseguir testigos entre sus amigos de la alta sociedad, por si los necesito para el juicio. Pronto.

Estar en el lado bueno del abuelo para que, cuando descubra que Araceli es su nieta, no nos dé la espalda a mamá y a mí como me temo que quizá sería capaz de hacer. En progreso.

Contratar a Adrián para que reúna pruebas de la infidelidad de Eric para el juicio de divorcio y el posterior reparto de bienes y de la custodia y, además, tener en mi mano información que mi tradicionalista abuelo podría considerar un punto a mi favor y en contra de los dos protagonistas, debido a sus valores conservadores. Muy pronto.

Visto lo visto, no lo estoy haciendo tan mal en un solo día, ¿verdad?

Visto lo visto, no lo estoy haciendo tan mal en un solo día, ¿verdad?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Soy la villana (✔) ✦ COMPLETA ✦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora