Capítulo 30

1.8K 207 11
                                    

Imperio de cristal (1994)

-Televisa


Llego a casa con los niños cuando ya casi ha anochecido, cansada tras un día más que ha sido bastante intenso, y me encuentro con una visión que se está convirtiendo en algo habitual: Eric está en casa.

Y esta vez, raro en él, no me está frunciendo el ceño ni me mira con recelo o, al menos, no con demasiado.

—Han llegado las invitaciones para la gala benéfica de la empresa de mañana por la noche —me dice mientras nos sentamos a la mesa, cosa rara, ya que de normal esperamos a que los niños lo hagan primero, pero estos han subido a asearse antes de cenar así que tenemos unos minutos para estar solos.

—¿Una gala? —inquiero, tomando asiento en mi lugar habitual, que recuerdo de repente que solía ser el de él, y estirando los brazos por encima de mi cabeza para hacer crujir mi espalda. Una de mis manías habituales.

He pasado demasiadas horas sentada y la vida sedentaria no me sienta bien. Necesito retomar el hacer pilates o algo que me mantenga en forma, por mucho que el cuerpo de Villado sea naturalmente bien proporcionado y ella no haga nada de ejercicio para mantenerse (menuda envidia de genes, aunque ahora ello solo me cause satisfacción) tengo que mantenerme saludable.

Eric alza una ceja al oír mi pregunta.

—Tú ayudaste a organizarla.

Busco entre mis recuerdos y ¡bingo! encuentro el que buscaba en seguida.

—Ah, sí. Esa gala —suspiro. No tengo ningunas ganas de socializar con la alta sociedad, por mucho que ahora sepa cómo comportarme a su alrededor. El solo pensarlo me agota, pero tengo que hacerlo lo quiera o no.

—Exacto. Esa gala —asiente, recostándose sobre su asiento. No se me ha escapado el breve desvío de sus ojos hacia mis pechos cuando me he estirado.

Así que lo hago de nuevo solo para ver qué hace esta vez, pero los ojos de Eric permanecen clavados en mi cara todo el tiempo, aunque se le nota que está haciendo un esfuerzo para no desviarlos de nuevo y uno de los músculos de su marcada mandíbula le tiembla un microsegundo.

La atracción mutua que hay entre nosotros, por mucho que él lleve meses sin aceptar los avances de Villado, es evidente.

—Voy a invitar a alguien a la fiesta. Me lo ha pedido y no quiero negarme —me dice de repente.

Lo miro con curiosidad, porque no es propio de él dudar como acaba de hacerlo ni informarme de estas minucias.

—¿A quién? —inquiero, sin saber la que se me avecina encima.

—A una vieja amiga. Quizá la recuerdes de cuando éramos adolescentes. Su nombre es...

—Araceli —finalizo por él en tono premonitorio, y un escalofrío me baja por la espalda causándome un poderoso estremecimiento.

Las campanas de alarma resuenan con fuerza en mi cabeza.

—Sí.

—Entiendo. —Si mi voz sonase más apagada y monótona, estaría muerta.

Mierda.

Parece que voy a conocer a la protagonista de este dichoso drama antes de lo que creía.


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Soy la villana (✔) ✦ COMPLETA ✦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora