Valentina
Es el receso y vinimos todos a la cafetería para poder tomarnos un café, contabilidad II estaba viniendo con todo.
—Ey Val, te extraños en el turno tarde —se acercó uno de mis ex compañeros y sonreí, se habían quedado después de la hora a compartir en la cafetería.
—Yo también —me llamaron la con la mano desde la mesa— Vuelvo en un rato —le dije a los chicos y caminé hasta ellos— A que ya no tienen alguien que les divierta como yo? —cuestioné y asintieron.
—Oigan esto —dijo Evillyn y todos le prestamos atención— ¿Por qué se suicidó Hitler? —cuestionó, ay no, Evillyn era malisima con sus chistes.
—Por qué? —cuestioné para escuchar con que salía.
—Porque le llego la factura del gas —contestó y yo juro que lo intenté pero estalle de la risa, no pretendía reírme pero me tomo por sorpresa la respuesta, me giré a ver al grupo y Luiza estaba cruzada de brazos y de inmediato se me borró la sonrisa.
—No es bueno que nos burlemos de eso —intenté salvar la situación pero ellos no paraban de reír.
—Ya no te sientes con los pobres? —cuestionó Gabriella de pie a mi lado y la miré por el rabillo del ojo.
—Nooo Valentina —habló Victor— No me digas que son becados —los vio y negué con la cabeza.
—Y si lo son qué? —cuestioné, no iba a discutirme con ninguno de ellos.
—Solo queríamos saber... —respondió Victor— No tiene nada de malo —continuo y asentí.
—Deja de meterte conmigo porque me vas a conocer Gabriella —la amenacé y sonrió, yo me consideraba una persona inmadura pero ella estaba pasando los límites.
—Ya te conozco Valentina y bastante —respondió y todos empezaron a reír pero cuando vieron mi cara se detuvieron de inmediato.
—Cuando no estés —hablé de mi ex— Volveré a sentarme aquí, permiso —pedí y me aleje de la mesa.
No fue buena idea acercarme a ellos en definitiva.
—Qué dijo Lala por eso vienes con esa cara? —cuestionó Igor y miré a Luiza quien estaba en silencio pero atenta a la situación.
—Ya la conoces... —respondí y me crucé de brazos.
—Es mejor que no te vuelvas a sentar con ellos —contestó y negué.
Ellos continuaron hablando y haciendo todo tipo de chistes, se reían bastante fuerte de vez en cuando y yo intentaba evitar hacer contacto visual con ellos.
—
—Saldré con Igor pero vamos a dejarte en tu casa —habló Duda y Luiza rodó los ojos.
—Eduarda voy a matarte —contestó y reí.
—Te prometo que será la última vez que saldremos a esta hora —respondió Duda, yo estaba atenta a la situación.
—Me dijiste que iba a quedarme en tu casa para irnos juntas en la mañana —le reprochó la ondulada.
—Puedo buscarte al terminar mi cita? —cuestionó y Luiza negó.
Tenía que aprovechar la ocasión para estar a solas con Luiza y no en el sentido sexual.
—No te preocupes de Luiza, puedo llevarla yo —me metí en la conversación y Luiza se cruzó de brazos.
—Prefiero que me lleves tú a que me lleve esta maldita traidora —se refirió a Duda y empecé a reír.
