Luiza
—No te preocupes Emilio me va llevar a casa —contestó Duda y me crucé de brazos.
—Te podemos llevar si quieres —contestó Valentina y la miré.
—Tiene razón Dudu —me metí— Te podemos llevar.
—Están dudando de mi capacidad de dejar sana y salva a Duda? —cuestionó Emilio, Valentina y yo al unísono dijimos 'No'
—Lo siento chicas —Duda se colocó el casco— Nos vemos mañana, cuídense —Emilio arrancó la moto.
—Nos vemos —se despidió Emilio antes de retirarse.
Me giré a ver a Valentina y estaba como una estatua.
—Vamos a estar aqui toda la noche? —cuestioné y negó
—Vamos —esperó a que camine frente a ella y continuamos nuestro camino hasta el estacionamiento
Divisé su auto y caminé hasta el, cuando llegué, ella desbloqueo el auto y me abrió la puerta.
Es la segunda vez que lo hace y creo que es una de las pocas cosas buenas que tiene Valentina.
Porque cosas buenas hasta ahora solo dos.
La primera que es muy inteligente y la segunda que cuando quiere es atenta.
Subió a mi lado y me crucé de brazos, encendió el auto y salió de la universidad.
Volví a prestar atención en la forma que conducía, era cuidadosa e iba muy concentrada.
—
—Y no es peligroso? —cuestioné cuando se estacionó y ladeo la cabeza negando.
—No es peligroso Luiza —se bajó del auto y me abrió la puerta.
—Gracias Valentina —agradecí, no estaba muy acostumbrada a que tengan muchos detalles conmigo.
Sonrió y se sentó sobre su auto, abrió la bolsa de comida y me pasó la hamburguesa que pedí.
Discutimos casi media hora porque ella quería pagar todo y yo quería pagar mi cena, al final me dijo que como ella había invitado, ella tenía que pagarlo así que tampoco podía ir en contra de su lógica
Empecé a comer la hamburguesa, estaba con bastante hambre ya que lo último que hice en el día de comida fue el almuerzo y había pasado bastante horas de eso.
La miré por el rabillo del ojo y me estaba observando.
—Que? —dije y me detuve— Qué paso? —cuestioné y sonrió.
—Nada —dijo— A caso solo tú puedes mirarme? —cuestionó y casi tiro mi hamburguesa, se había dado cuenta que la estaba mirando.
Me quedé en silencio y ella le dio un mordisco a su comida e hizo que un chorro de mostaza caiga sobre su camisa, su cara era épica, tomé un poco de papel para ayudarla a limpiar, tomó mi mano.
—Valentina yo... —retiré mi mano— Te seré sincera, nunca he estado con chicas, eres bonita, inteligente y tienes dinero pero conmigo no va funcionar lo que sea que estés intentando —me sincere y sonrió.
—A ver —dejó a un lado su comida y se acercó, mi corazón empezó a latir a mil por segundo, se estaba acercando bastante — Si te llego a convencer de ser algo más que amigas, lo aceptarías Luiza? —cuestionó y reí.
—Has escuchando esa frase que dice 'la curiosidad mató al gato' —le cuestioné y asintió— Pues prefiero quedarme con la curiosidad —dije y empezó a reír.