Correspondido

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Luiza

—Mierda —tiré la espátula cuando me queme, el agua caliente de la pasta cayó sobre mi brazo.

—Cuidado Luiza —dijo José y asentí.

Estaba muy apurada, había demasiada gente y Alejandra estaba enferma.

Él estaba haciendo la salsa corrí a lavar los cubiertos para que pueda haber más dentro de un rato.

Servi los platos y salí al frente para darle la bandeja a Patrícia quien estaba como loca entregando los pedidos.

Martin estaba en la caja y organizando los deliverys.

—Puedes llevarlos a la mesa? Termino esto y entro a lavar todas las vajillas por ti —asentí— la nueve.

—Permiso —llegué a la mesa y empecé a bajar los platos

—La soda —dijo el hombre y asentí, corrí al refrigerador y tome una de las sodas.

—Estos jóvenes cada vez vienen menos funcionales —negó con la cabeza y los demás rieron.

Ganas de partirle la bandeja que tenía en la mano, no me faltaban.

—Desean algo más? —cuestione muy amable, los tres me vieron y negaron con la cabeza— Permiso —pedí antes de retirarme de nuevo— Idiotas —dije a regañadientes, me saque el gorrito y lo deseche, iba a ponerme uno nuevo para entrar a la cocina.

Entre a la cocina y deje de nuevo la bandeja a un lado, había días donde los clientes realmente eran mal educados pero toca aguantar, no?

Don José ya se había ido, Patrícia estaba acomodando las sillas y Martin estaban limpiando el frente.

Valentina no iba a pasar hoy por mi, tenía que cenar con su padre y sus hermanos.

Eduarda queria ir a casa así que nos vamos a encontrar en mi apartamento, guarde las cosas que compre para merendar juntas.

Y terminé de poner un poco de desinfectante en la mesada para poder salir de la cocina.

No quería ir en bus, así que coloque mi mochila para ir caminando hasta el apartamento, no era para nada lejos.

—Chicos nos vemos mañana —me despedí de Patricia y Martín.

—Nos vemos Lu —Se despidió el chico.

—Cuidate —hablo ella moviendo las sillas.

Salí a la calle y me di cuenta que el calor era insoportable, siempre hace calor en enero pero hoy creo que es un día muy caliente.

Caminé unas cuantas calles y me faltaban dos más para llegar al apartamento, estaba asquerosamente empapada de sudor.

—Bonita no quieres que te lleve a casa? —me cerró el paso un hombre que iba en motocicleta.

—No —segui caminando.

Que le pasa a esta gente? Cero sentido común.

Avanzó un poco más y volvió a taparme el camino, levante la vista para mirarlo directamente.

—Eres un imbécil Emilio —empezó a reír a carcajadas— Estaba a punto de darte un puñetazo.

—Te ibas a romper la mano —golpeó el casco que traía puesto— Ya estas llegando, verdad? —asentí.

Él continuaba su camino a mi lado pero encima de la moto.

—Ya te inscribiste? —le cuestione y asintió.

Lover Of Mine |Valu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora