Valentina
Cuando la vi parada en la puerta mi corazón se detuvo por un momento, pase los días más difíciles de mi vida previo a esto, pensaba que ella no iba a volver conmigo y eso destruía mi corazón.
Veía en ella que la estaba pasando mal y dentro de mi egoísmo verla ahí parada frente a la puerta alegraba cada nervio que atravesaba mis músculos.
Yo no quería estar lejos de Luiza y si me aleje fue netamente por decisión suya.
Cuando la llevé a mi habitación y hablamos, las ganas de llorar que tenía eran enormes pero me mantuve serena porque quería ser un apoyo para ella.
Todo lo que paso destruyó mi corazón pero con cada una de las cosas me hice más fuerte, me sentía capaz de poder enfrentarme a cualquier cosa en estos momentos.
Estaba acariciando con las yemas de mis dedos su mano, cada diez segundos mi vista viajaba a su rostro no quería que se sienta incómoda.
No sé que paso, ni donde estuvo entonces era muy difícil para mi ayudarla, quería entender para poder procesar lo que sucedió pero ella se llamó al silencio y la respeto totalmente.
—Mañana debo de ir a casa de Lala —me comentó Juls— y su novia la insoportable también va estar.
—Entonces ven y así vemos una película que explote nuestra cabeza —ofreció Emilio.
Estos dos estúpidos estaban perdidamente enamorados uno del otro, aún no podía entender porque no se declaraban.
Juls va terminar saliendo con todo São Paulo para darle celos a él y aunque lo esté, Emilio la respeta demasiado como para armar un drama y más sabiendo que no son nada más que amigos.
—Lo haría pero tengo que partirme en dos para pasar con cada una el fin de semana —bebió un poco de agua.
Juls la trajo dos veces al apartamento y aunque no quería ser mala acepte que estén aquí, no socialice demasiado esos días porque la estaba pasando mal.
Me contó sobre su novia y aunque a mi me parezca dulce, Juls la detesta y dice que no quiere pasar tiempo con ella pero lo soporta por Gabriella.
Estábamos en el sofá, su cabeza se encontraba sobre mis piernas y yo estaba acariciando su cabello, había extrañado demasiado su cercanía.
Emilio y Juls dijeron que iban a ver una película en la habitación para no molestarnos, estábamos solas aquí.
La puerta se abrió y Luiza se sobresalto, puse mis manos sobre su brazo.
Me gire y era Eric quien llegaba.
—Mira que grata sorpresa —Luiza se sentó e hizo una media sonrisa.
—Estoy de vuelta —intentó sonar animada.
—Me alegra que estés por aquí, le dije a Valentina que ya hacía falta que nos vengas a visitar —palmeo su hombro, veía la incomodidad de Luiza.
—Pues ya ves —se acercó un poco más a mi— me van a tener de nuevo con frecuencia —Eric sonrió.
—Te pido que sea muy frecuente porque a veces me da pena rechazar la comida de Valentina pero como es mucho gasto lo acepto —empezó a reír y le tiré una almohada.
—Cocina tú entonces —reí también.
Emilio, Eric y yo nos pusimos de acuerdo en algunas cosas, una semana limpio yo, otra cocino, otra descanso y viceversa para los tres.
Bueno la semana en la que yo cocino es un desastre pero lo intento, no me salen bien pero tampoco son incomibles, un poco de error en la porción, cocción y en los condimentos.
