Valentina
—Deja de soñar —me hablo Emilio y empujó mi brazo.
—Y tú deja de concentrarte en mi —contraataque.
Estaba recordando todo lo que aconteció las últimas veinticuatro horas, no podía creer que Luiza me besó y digamos que también tuve el atrevimiento de besarla en el baño.
—Flashback—
—Supongo que ya no me sentaré en la misma mesa que ustedes en la cafetería —me retiré, iba a seguir molestándola pero prefería alejarme, no quería incomodarla.
—No va hacer falta que lo hagas... —susurró y giré a verla, mis mejillas estaban ardiendo, no entendía a que se refería.
—Que? —cuestione, ella negó con la cabeza, empujó las almohadas y se sentó a horcajadas, mi corazón empezó a latir bastante rápido.
En este momento no sabía si estaba alucinando o era real, probablemente me haya quedado dormida de nuevo y estoy soñando esto.
Puso sus manos sobre mis mejillas y me hizo mirarla directo a los ojos, no estaba siendo un sueño o era bastante realista, cerró los ojos y se acercó a mis labios, yo estaba impactada, con mucho cuidado lleve mis manos a su cintura.
El beso iba lento y yo lo estaba disfrutando demasiado, no quería que sea algo desesperado, prefería que las dos lo hagamos de forma minuciosa.
Ya besé a tantas personas pero juro que esto era lo mejor que me estaba pasando hasta ahora, no mentí cuando dije que Luiza era un ángel.
Se separó un poco y empezó a reír, no sabía si lo hice bien o que estaba pasando pero estaba con muchas emociones en ese momento.
—Ya conocí el cielo —susurré y pegó su frente a la mía, cerré los ojos para poder disfrutar de su olor.
Volvió a darme un corto beso y sonreí, nadie diría que Luiza Campos me estaba besando y tampoco nadie me lo creería.
—Ahora voy a poder dormir con más tranquilidad —dijo aún sobre mi y reí.
—Fin flashback—
—Quieres salir esta noche? —cuestionó Emi y asentí.
—Mientras no me vuelvas a llevar a Lions —escribí en una hoja.
—La vez pasada con dos vasos de whisky y tres de cerveza olvidaste que no te gustaba el lugar —respondió y sonreí.
—Es que... —era un lugar divertido pero no me gustaba en cuanto al espacio y ugh, el olor náuseaso a sudor— voy a pensarlo —dije y asintió.
—Podrían guardar silencio un rato? —cuestionó Luiza girando, estaba sentada frente a los dos.
Chris se tapó la boca para no reír y Ally miró a Luiza.
—Y quien te manda a escuchar las conversaciones ajenas? —cuestioné para molestarla, giro la cabeza me miró entrecerrando los ojos y volvió su vista a la pizarra, sonreí porque me causaba gracia.
—No la pongas nerviosa, por favor —dijo Emi.
—Está bien —me crucé de brazos y continúe atendiendo la clase, era un repaso de las tres clases anteriores.
—
—Clau me sirves un café —le hablé a la chica que atendía en la cafetería de la universidad— No quieres un café? Yo invito —le ofrecí a Luiza quien estaba a mi lado.